VALÈNCIA. Una de las consecuencias de la debacle electoral que sufrió el PPCV de Isabel Bonig en las urnas el pasado 28 de abril -donde perdió 12 escaños en Les Corts Valencianes- es que dejará de recibir aproximadamente 1,6 millones de euros.
Una cantidad que proviene de la asignación del Parlamento valenciano por representación y la subvención de la Junta Electoral resultante de los votos recibidos y el número de escaños conseguidos en las urnas.
La pérdida de esta importante suma tuvo este miércoles ya sus primeras consecuencias. La presidenta regional del Partido Popular trasladó a ocho de sus asesores -algunos contratados por el propio partido y otros pertenecientes al grupo parlamentario- que se iba a prescindir de sus servicios.
Un mensaje que trasladó en la sede de los populares situada en la Plaza de América y que, más allá del malestar generado por el motivo de la reunión, despertó aún si cabe más desazón por las razones que se alegaron para acometer tal decisión, pues el discurso se realizó con escasas autocríticas sobre los resultados obtenidos en las urnas.