VALÈNCIA (VP/EP). En torno al 90% de los bonistas de Codere han aceptado el plan de reestructuración de deuda que aprobó la empresa el pasado 11 de mayo en su junta general de accionistas, según ha informado la compañía en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, los tenedores de cerca del 89% de los bonos sénior de 500 millones de euros y el 94% de los tenedores de los bonos de 300 millones de dólares, ambos con vencimiento en 2023, se han adherido al acuerdo 'lock-up'. Con este acuerdo, la empresa espera inyectar 225 millones de euros adicionales y capitalizar 367 millones de deuda.
Los bonistas podrán seguir adhiriéndose a este acuerdo hasta el próximo 28 de mayo. Aquellos que confirmen su consentimiento a la reestructuración antes de esta fecha, tendrán derecho a percibir una "comisión de aceptación", sujeta a la implementación de la reestructuración, equivalente al 0,25% del importe de principal de los bonos.
Codere también ha informado que ya ha suscrito los contratos de compraventa de bonos para la emisión de bonos súper sénior adicionales en dos tramos. Estos bonos puente se dividen en un primer tramo de 31 millones, que se emitió el 27 de abril, y un segundo tramo de 72 millones, que será emitido el 24 de mayo. Esta emisión ha estado asegurado por un grupo de bonistas. Una vez cerrado el proceso de reestructuración, Codere espera emitir otros bonos súper sénior por valor de 125 millones de euros para completar su financiación adicional.
Por otro lado, Codere registró unas pérdidas de 91,5 millones de euros durante el primer trimestre de este año, un 5,8% inferiores a las del mismo periodo de 2020, debido principalmente a los cierres relacionados con el Covid-19, el aumento de los gastos en pasivos financieros y, en menor medida, a la devaluación de sus monedas operativas frente al dólar.
Según ha explicado la compañía, su negocio continúa afectado por el impacto de la pandemia, que sigue siendo severo en muchos de los países donde opera, con cierres actualmente totales de sus operaciones en Italia, Argentina y Uruguay, y restricciones operativas en el resto de sus mercados. Como consecuencia, el grupo obtuvo en el trimestre unos ingresos operativos de 127,2 millones de euros, un 54,3% por debajo del año anterior.