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Botànic, Botànic... ¿quieres más a papá o a mamá?

10/09/2018 - 

VALÈNCIA. La proximidad de las elecciones autonómicas ha dado paso a una creciente -y lógica- rivalidad entre los dos partidos que conforman el Gobierno valenciano fruto del Pacto del Botánico, en el que también participó Podemos externamente prestando su apoyo parlamentario desde fuera del Ejecutivo. 

La competencia es evidente y se ha plasmado en las últimas semanas en gruesos enfrentamientos públicos que en los últimos días han venido rebajándose tras la reunión entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la número dos del Consell, Mónica Oltra. Así, aunque desde ambas formaciones se coincide en que no debe alcanzarse ese nivel de belicismo, también se admite como lógico que exista ese marco competitivo y se integra dentro de la normalidad de partidos que, en buena medida, comparten espacio político. Y en esta disputa, la de lograr el apoyo del electorado de centro-izquierda, una de las premisas básicas es la de arrogarse los éxitos emanados del Botánico.

Más allá de la subjetividad desde la que algunos puedan observar aquel histórico acuerdo -el PP lo califica como el Pacto del Titanic-, a lo largo de más de tres años de legislatura se han logrado diversos cumplimientos de promesas electorales de los partidos gobernantes que, ahora que se acerca el momento de visitar las urnas, ambos quieren enarbolar como bandera. O lo que es lo mismo, para las dos fuerzas políticas del Consell resulta fundamental que el electorado que valora determinadas medidas identifique las mismas con sus siglas y no con las del socio de gobierno.

En esta carrera, el PSPV que lidera Ximo Puig cuenta con una ventaja: ostentar la Presidencia de la Generalitat permite un rango mayor de visibilidad que el de Mónica Oltra a la hora de resaltar la acción de gobierno. El jefe del Consell es la máxima autoridad y puede aprovechar su potencia de fuego mediática para lograr la identificación de los éxitos de gobierno con su figura. 

Para ello, además, no se escatima en esfuerzos. Poco antes del parón veraniego, desde el PSPV se difundía un tríptico con motivo de los tres años de gobierno de Puig bajo el lema: 'Tres años de palabra'. En el documento, se ponía el acento en una docena de medidas como el programa Edificant para construir y reformar colegios, la Xarxa Llibres para que los escolares no paguen libros de texto, la reducción en plazos para las ayudas a la dependencia, la eliminación del copago, la Ley LGTBi... entre otras.

Una maniobra que desde Compromís observaron con cierto recelo dado que la mayoría de mensajes promocionados pertenecen curiosamente a consellerias que están bajo su control. Es decir, en la coalición algunos consideran que los socialistas se están arrogando éxitos para el presidente que han partido de la formación valencianista.

Precisamente, esta es la ventaja de ostentar la Presidencia. Bajo el paraguas del mandato de Puig, puede incluirse cualquier medida de Botànic y el jefe del Consell sacar un rédito superior que los consellers que la hayan promovido. Un punto fuerte de cara a una campaña de carácter presidencialista como la que se prevé por parte del PSPV.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el Palau. Foto: EVA MÁÑEZ

No obstante, en la otra orilla, Compromís tiene sus propias armas en esta batalla de cara a atraer los éxitos del Botànic para sus siglas. Además de la figura reconocible y mediática de Oltra, la obediencia estrictamente valenciana de la coalición puede consolidarse como una ventaja muy interesante en el actual escenario nacional.

Así, al llegar el cambio de Gobierno, el propio portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ya envió a Pedro Sánchez un mensaje en el que evocaba el Pacto del Botánico y le instaba a aplicarlo en su mandato. No obstante, el PSOE viene pasando apuros en el Congreso (el techo de gasto y en breve los presupuestos), evidenciándose sus dificultades para articular mayorías parlamentarias. 

Un espacio donde Compromís, con cuatro diputados, puede tener mucho que decir y en el que su objetivo es el de perfilarse como el principal defensor de los valores del Botánico ante la siempre complicada posición de los socialistas valencianos en el Congreso, donde deben seguir la disciplina de voto marcada por el PSOE. De inicio, todavía está pendiente una reunión entre Baldoví y la ministra de Hacienda, María José Montero, para debatir sobre el techo de gasto que el Consell -a través del responsable socialista Vicent Soler- dio por bueno, lo que generó una fuerte marejada entre los socios del Consell.

Pedro Sánchez, Mónica Oltra y Joan Baldoví en una imagen de archivo

Es decir, la formación valencianista debería mantener en los próximos meses una unidad de discurso reivindicativa que, en el caso del socialista Ximo Puig, puede sufrir mayores grietas al estar sometido en cierta medida a las urgencias y necesidades de Pedro Sánchez en Madrid. 

De esta manera, asuntos como el techo de gasto, la reforma del sistema de financiación o el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2019, pueden ser claves en esa pelea entre Compromís y PSPV por arrogarse el ADN de valencianía del Pacto del Botánico.

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