CASTELLÓ (EFE). BP perdió 2.487 millones de dólares (2.312 millones de euros) en 2022 por su salida de la rusa Rosneft, que le supuso un lastre de más de 25.700 millones de dólares sobre un resultado operativo que fue record gracias al encarecimiento de la energía.
De hecho, la petrolera británica ha detallado este martes que su resultado operativo (sin contar el impacto de su salida de la citada empresa rusa ni otros cargos extraordinarios) se duplicó (115,7 %), hasta alcanzar los 27.653 millones de dólares.
Además, el encarecimiento de la energía -disparado a raíz del inicio de la invasión rusa de Ucrania- facilitó que la compañía incrementara en más de un 50 % sus ingresos entre 2021 y 2022, hasta los 248.891 millones, y que el ebitda (resultado bruto de explotación) subiera un 62 % hasta 60.747 millones.
El pasado 27 de febrero, tres días después de que Rusia invadiera Ucrania, BP anunció su salida del gigante energético ruso Rosneft, donde mantenía un 19,75 % en el capital social desde 2013.
La pérdida neta de 2.487 millones de dólares en 2022 contrasta con la ganancia de 7.565 millones de 2021. Sin embargo, el resultado operativo (derivado únicamente de su actividad y sin tener en cuenta factores extraordinarios, como la salida de Rusia) pasó de 12.815 a 27.653 millones.
Sólo en el cuarto trimestre del año, el resultado neto de BP -que como otras empresas del sector está tratando de aumentar su producción para atender la escasez de suministro derivada de las sanciones impuestas a las exportaciones rusas- escaló hasta los 10.803 millones de dólares, más del cuádruple que un año antes (2.326 millones).
Las cuentas difundidas hoy por BP se recibieron en Bolsa con una subida cercana al 6 % pasada la media sesión, aunque también fueron vistas con cierto recelo en la medida en que coinciden con el pronunciado encarecimiento de la factura energética de empresas y particulares que se está registrando en Reino Unido y otros países europeos.
"Estamos ayudando a proporcionar la energía que el mundo necesita hoy y, al mismo tiempo, invirtiendo con disciplina en nuestra transición y la transición energética", ha defendido al respecto el consejero delegado de BP, Bernard Looney, al presentar estas cuentas, de las que ha destacado que los costes de producción son los más bajos desde 2016.
Como en España, en Reino Unido el Gobierno ha impulsado la creación de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las compañías energéticas que ha sido muy criticado por el sector.
Looney también ha destacado que la petrolera británica -que difunde sus cuentas en dólares porque es la divisa en que cotiza el crudo- ha conseguido reducir en un 30 % su deuda, hasta situarla en 21.422 millones, para acumular así once trimestres consecutivos de reducción.
"Lo que es más importante", ha añadido el directivo, es que están cumpliendo con sus accionistas, con recompras y un dividendo creciente.
Así, en el último trimestre, BP completó la recompra de acciones por 3.200 millones de dólares (2.979 millones de euros), mientras que el flujo de efectivo en esos tres meses fue 5.100 millones.
Para este año, BP tiene intención de destinar el 40 % de su excedente de flujo de caja para reforzar su balance mientras sigue centrada en la inversión, en tanto que también está comprometida a utilizar flujo de caja para la recompra de acciones.
Según sus proyecciones, BP espera hacer una recompra de acciones de 4.000 millones de dólares por año y dice tener capacidad para elevar un 4 % anual su reparto de dividendo.
Por el momento, BP ha anunciado un dividendo de 6,610 centavos por acción ordinaria que espera pagar el próximo 31 de marzo a los accionistas ordinarios, mientras que el equivalente en libras será anunciado el 14 de marzo, que será calculado según el tipo de cambio del mercado durante tres días -entre el 8 y el 10 de marzo-.
Además, la empresa indicó que espera que las emisiones de carbono de su producción de petróleo y gas se reduzcan entre un 20 y un 30 % para 2030, en comparación con niveles de 2019, aunque las inversiones previstas muestran que el ritmo de descarbonización no será tan rápido como se preveía.
De hecho, Greenpeace ha defendido que los planes ecologistas de BP "parecen haber sido fuertemente socavados por la presión de los inversores y los gobiernos para ganar aún más dinero sucio con el petróleo y el gas"; desde Friends of the Earth hablan de unas cuentas que suponen una "herida" para millones de personas que tratan de superar el invierno por el alza del coste energético.