VALÈNCIA. No todas las bicicletas plegables son iguales y las Brompton han conquistado el mercado gracias a un diseño único que no ha variado con el tiempo. De hecho, no hay muchas diferencias entre aquel prototipo diseñado por Andrew Ritchie en 1979 y los que ahora se ven en la calle. Aquel día Ritchie no inventó la bicicleta plegable pero sí un diseño ingenioso y un proceso de fabricación artesanal que también se conserva en nuestros días.
Pero, ¿qué tiene de diferente? Básicamente destaca por su forma de plegado, el espacio reducido que ocupa y la facilidad de transportarla una vez plegada. Su tamaño es tan reducido que la puedes llevar en el autobús, meterla en el bar o en la oficina. Además, gracias a las ruedas que incorpora, es muy fácil tirar de ella utilizando el manillar. Pese a ese diminuto tamaño, la Brompton montada es una bicicleta robusta, manejable y estable, incluso yendo a gran velocidad.
A primera vista puede parecer bastante simple pero ofrece tantas posibilidades de personalización que es posible hacer una bicicleta a tu gusto. Por ejemplo, se pueden elegir hasta cuatro tipos diferentes de manillares: manillar S (trayectos en velocidad), manillar M (una posición más cómoda), manillar P (especial para turismo y paseos largos), y manillar H (para personas altas). También se puede personalizar el sillín, el guardabarros e incluso las velocidades (1, 2, 3 o 6), aunque para una ciudad como València tres marchas son suficientes. Sin olvidar los portaequipajes, neumáticos, el color y la suspensión trasera que puede ser blanda o dura. Y si la quieres aún más especial, puedes optar por sus modelos de edición limitada (Black Edition, Nickel Edition y CHPT3).