VALÈNCIA. Cuatro semanas después de traspasar el umbral de la denominada ‘nueva normalidad’ la Comunitat Valenciana registra veinte brotes activos de coronavirus y un aumento de los contagios diarios similar al de hace dos meses, un delicado escenario que ya ha obligado a la Generalitat a establecer medidas restrictivas para tratar de contener los nuevos focos de la pandemia. La decisión, que implica el refuerzo del uso obligatorio de la mascarilla y la suspensión del ocio nocturno en Gandia, llega tras una semana en la que la aparición de brotes se ha acelerado con la detección, en cinco días, de una docena de focos, mientras que en la primera quincena de ‘nueva normalidad’ solo se habían contabilizado dos.
“Desde el momento en el que la gente vuelve a interactuar, surgen los rebrotes”, asegura el catedrático de Parasitología de la Universitat de València, Rafael Toledo, quien advierte de que el riesgo está, más allá de la aparición de nuevos focos, en la pérdida de su trazabilidad. “Conforme se vayan haciendo grandes, los brotes pueden llegar a fundirse entre ellos y generarán un problema de transmisión comunitaria” que ya se advierte en determinadas zonas de Aragón y Cataluña. No es de extrañar por tanto que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, justificara este sábado el cierre de pubs y discotecas en Gandia, entre otros motivos, “para no perder la trazabilidad” de ese brote, una decisión que se replicará “en todos aquellos lugares en los que se den circunstancias similares”.
De momento, y como apunta Toledo, estos nuevos focos surgen en espacios donde se producen concentraciones de personas y en los que un solo infectado puede transmitir el virus al resto. Sanidad asocia muchos de ellos a los entornos familiares, donde establece el origen de más del 65 % de los focos registrados hasta ahora en la Comunitat. En este sentido, uno de los brotes más relevantes quizás sea el de Castellón, que se expandió tras una reunión familiar en San Juan y afecta a 35 personas, aunque se conocen otros como el de Lliria, donde hay tres personas diagnosticadas, o el de Manises, que cuenta con siete positivos.
También es habitual que los focos se relacionen con entornos laborales, como ejemplifica el caso de la empresa cárnica de Rafelbunyol, pero las autoridades autonómicas han puesto el acento en el ocio nocturno porque podría haber actuado como elemento de expansión en varios casos destacados. El más evidente es el brote de Gandia, que se propagó en un local de ocio según fuentes de la conselleria y ya alcanza los 70 contagios, aunque también se encuentra en estudio uno de los dos focos de Santa Pola, vinculado a una discoteca.
Asimismo, se observa que la gran mayoría de los nuevos focos de la Comunitat se localiza en municipios costeros, desde Benidorm y Santa Pola hasta Peníscola, pasando por Cullera. De entre ellos, hasta ocho brotes, el 40 % del total detectado hasta ahora, se sitúan en València y las comarcas de l’Horta, un área de gran movilidad y una de las más pobladas de todo el territorio valenciano. Por su parte, los casos más alejados del mar hay que buscarlos en Lliria y Elche, con tres afectados cada uno, y Calig, cuyos contagios se habían asociado primero a Peníscola.
La creciente detección de los brotes se traduce también en un aumento de los contagios diarios por PCR, de los que informa periódicamente la Conselleria de Sanidad. El pasado martes, de hecho, se comunicaron 54 nuevos casos, la cifra más elevada en más de dos meses, mientras que la media móvil semanal alcanzó el viernes los 34 contagios diarios, un registro que no se producía desde el 12 de mayo. Todo ello evidencia el repunte de los positivos en la Comunitat, aunque en ese incremento también influye la mejora de la capacidad diagnóstica.
“Se dice que el número de contagios es similar al de mayo, pero hay que contextualizar el dato. Hoy en día se realizan muchísimas más pruebas de las que se hacían entonces, y por lo tanto se detectan muchos más casos”, asegura Toledo, quien mantiene que en las circunstancias de diagnóstico actuales “los números de los nuevos contagios de mayo serían bastante más altos”. Así, y pese al incremento de los positivos por PCR, para el catedrático de Parasitología no se está, al menos de momento, exactamente en la misma situación que sesenta días atrás.
Por su parte, indicadores como los ingresos hospitalarios han experimentado un crecimiento ocasional que se ha consolidado en la última semana, en la que por primera vez desde hace varios meses el número de personas ingresadas solo ha padecido aumentos. Estos incrementos, si bien todavía no son significativos como apuntan los expertos, ya han provocado que el número total de pacientes hospitalizados pase en siete días de los 55 a los 68. El dato actual se aleja por tanto de la cifra más baja de ingresos registrada en la Comunitat, que fue de 51 el pasado 6 de julio.
El crecimiento de las hospitalizaciones coincide además con los informes científico-técnicos del Ministerio de Sanidad, donde se apunta que entre el inicio de los síntomas y la instauración de la gravedad transcurre al menos una semana. En este sentido, destaca el aumento de los ingresos en hospitales de la provincia de Castellón, donde a principios de mes se contabilizaban menos de cinco casos y ahora, según los datos de la Conselleria de Sanidad, hay 18 personas hospitalizadas. Una cifra superior a la que se registra en Alicante (16) pero muy inferior a la que alcanza Valencia (34).
Ante este escenario, solo dos autonomías, como son la Comunidad de Madrid y las Islas Canarias, además Ceuta y Melilla, mantienen todavía las normas iniciales sobre la obligatoriedad de la mascarilla. La Comunitat Valenciana fue, este sábado, la última en pasarse al lado de aquellas regiones que o bien ya han reforzado su uso o lo harán próximamente, como es el caso de Castilla-la Mancha. “La transmisión de un patógeno es un asunto probabilístico, y conforme más barreras se pongan, más se reduce la transmisión”, asevera Toledo. Con todo, el catedrático de la UV advierte de sus límites, ya que aunque la población “lleve mayoritariamente la mascarilla” suele desprenderse de ella en reuniones sociales o familiares, donde precisamente se originan muchos de los brotes.
Es por este motivo que la consellera de Sanidad incidió, tras anunciar que se reforzaba su obligatoriedad excepto en playas, piscinas y espacios naturales, en que las mascarillas también deben llevarse en lugares como terrazas. “El hecho de sentarnos en una mesa no quiere decir que debamos desprotegernos", sostuvo la consellera, quien recordó que la mascarilla debe colocarse desde el tabique nasal hasta barbilla incluida. “No es que haya una alternativa, o mascarilla o distancia, es que tendrá que haber distanciamiento y mascarillas", sentenció.