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EN CONCIENCIA  / OPINIÓN

Buscando las tramas del guion de la “operación Pegasus”

5/05/2022 - 

En narrativa audiovisual hay un manual que, desde 1979, se usa en las facultades de comunicación: “El libro del guion” de Syd Field.

Este texto explica que, cuando se crea un argumento audiovisual, hasta el final no se tiene una visión general: uno solo va viendo la escena que ha escrito, la que está escribiendo y la que va a escribir.

 Saber dónde se va, y no perderse, es muy importante. Para eso, el guionista tiene tener claro un “paradigma” con tres actos (planteamiento, confrontación y resolución) que le orienten. Con este mapa fijado, se trata de hacer avanzar la historia en la dirección deseada. Para eso están los “plot points”.

Explica David Esteban Cubero que “si la trama es una cuerda, los plot points (puntos de trama) son los nudos que la retuercen y la conducen a su desenlace, aportando conflicto, sorpresa y tensión”. De la elección de unos buenos plots points depende no solo que el relato lleve al desenlace querido, sino también que sea creíble, coherente, divertido y que tenga éxito de taquilla.

La política actual tiene mucho de narrativa. De hecho, la técnica del storytelling es un arma poderosísima de persuasión que se usa con el fin de crear (o convertir) opiniones de los ciudadanos hacia objetivos concretos a través de relatos.

La narrativa, además, tiene también una enorme utilidad para descifrar la realidad. Una buena manera de entender acontecimientos es leerlos como si fueran un guión de película.

La semana pasada el informe del “CatalanGate” inundó todos los medios. Haciéndose eco de algunas informaciones, estratégicamente publicadas en dos periódicos internacionales, la prensa alertó de una supuesta operación masiva de espionaje doméstico, con motivación política, mediante el programa Pegasus. Las víctimas eran los independentistas.

Este plot point empujaba a Sánchez a retorcer el Reglamento del Congreso para meter a Bildu, a ERC y a la CUP en la Comisión de Secretos Oficiales. Pese a la bronca parlamentaria, y a la cacería por la cabeza de Margarita Robles, el Gobierno consiguió los votos de Bildu (no así de ERC) para sacar su “decreto fetiche” con el que pretende mantenerse en Moncloa. El guion de la legislatura del “gobierno progresista” parecía, así, seguir avanzando.

Este lunes, sin embargo, se ha producido un extraordinario “giro argumental”, lo que en el argot audiovisual se denomina un “plot twist”. En una rueda de prensa convocada de urgencia, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, anunciaba que el espionaje de Pegasus ha alcanzado a la ministra de Defensa y al presidente. El Gobierno ha puesto en conocimiento de la justicia dos informes del Centro Criptológico Nacional.

¡Toma ya! El cambio repentino e inesperado ha logrado sorprender por completo al espectador. Y no sólo porque el presunto espiador resulta que es en realidad el espiado. También porque la confesión ha despertado más preguntas que respuestas.

- ¿Por qué, si esto sucedió hace meses, no se puso entonces en conocimiento de la justicia y sí se hace ahora?

- ¿Por qué, si se sabía que esto había sucedido en el contexto de la crisis internacional con Marruecos, no se comunicó a la ministra de Exteriores? ¿Tiene esto algo que ver con algún reciente viraje de nuestra política exterior?

- ¿Por qué, teniendo una Comisión de Secretos Oficiales (ahora con formaciones que no condenan el terrorismo y que parecen haber tenido conexiones con Putin), el Gobierno ha desvelado ante la opinión pública española (pero también internacional) una vulnerabilidad que debería ser secreta?

- ¿Por qué Unidas Podemos, y especialmente los independentistas, reconocen que solo la caída de Robles y de la directora del CNI podría reconducir las relaciones con Sánchez? ¿Podría tener esto algo que ver con que el CNI, dirigido por Paz Esteban, habría podido facilitar pruebas clave sobre el vínculo de Puigdemont con Putin que la Justicia investiga en la operación Vohol?

Mientras la trama de los espías nos tiene a los españoles anonadados, ayer apenas tenía repercusión en medios el anuncio de que el fin de la barra libre del BCE en compra de deuda pública va a devolver la española a los máximos de 2015. Me malicio que este plot point silencioso puede convertir a la opereta que esta siendo esta legislatura en una tragedia.

El “paradigma” de los socios de Sánchez está claro: quieren destruir España desmontando en distintos actos, una a una, todas sus instituciones clave. Que cada lector deduzca cuál es el paradigma del PSOE y del presidente.

Quiero terminar recordando que tanto los giros leves de los plot poits como los drásticos de los plot twist tienen siempre gran relevancia en la historia. Mucho ojo, señor Sánchez, que suelen usarse para cambiar inesperadamente el destino de los personajes. A menos que haya un giro inteligente y rápido de guion.

 A ver cómo acaba esto.

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