grand place / OPINIÓN

Bye bye England…

10/07/2018 - 

“Two World Wars and one World Cup… Duda! Dudaaaa!”. Los “hooligans” ingleses vociferaban el domingo esta canción sabedores de lo cerca que tienen la segunda copa, tras clasificarse la selección de Inglaterra para la semifinal del Mundial de fútbol de Rusia con su victoria frente a Suecia por 2-0. 

No, no es una crónica de fútbol, es la crónica anunciada de la debacle que pasó desapercibida horas después cuando el Ministro para el Brexit David Davis anunció su renuncia a la Primera Ministra británica Teresa May. Ebrio de goles y de cerveza, el pueblo británico no reparó en que se acababan de quedar sin su representante ante Europa. 

Es más, tampoco un día después los británicos parecían darse cuenta de que acababa de dimitir su Ministro de Asuntos Exteriores, esperanzados como estaban ante el duelo con Croacia que les llevaría a la victoria final, una vez eliminada la anfitriona Rusia del Mundial. Sí, el controvertido y líder euroescéptico Boris Johnson también se va, él y su flequillo color paja. 

Las tres victorias que rememoraba el domingo a gritos el pueblo inglés fueron contra Alemania, de nuevo el motor de Europa. Y aquí es donde nos encontramos, en el punto de partida de una Unión Europea unida e impasible y un Reino Unido inflexible y dividido. 

El Gobierno conservador de Theresa May se tambalea después de que la Primera Ministra tomara las riendas de las negociaciones para la salida de Europa, ante la pasividad de Davis y las excentricidades de Johnson. Tres días antes, logró el consenso de su gobierno para su nueva propuesta de un Brexit suave para encarar la última fase del proceso negociador que debería terminar este otoño.

 En la cuerda floja, los tories británicos no ocultan su división, mientras May nombra como Ministro del Brexit en sustitución de Davis a Dominic Raab. “Brexiter” duro. Duro con los inmigrantes y con las feministas, este abogado hijo de un refugiado judío de la Segunda Guerra Mundial y casado con una brasileña no cumple con lo que predica.

Así que, no nos lo creemos. May, que viene de unos orígenes anti-Brexit y que llegó al Gobierno con un “Brexit significa Brexit”, no ha elegido al azar. Es más, el tiempo apremia y, mientras sus votantes siguen expectantes el Mundial de fútbol, prepara su hoja de ruta, el segundo “White Paper” para seguir negociando ante Bruselas, es decir, cediendo ante Europa.

Entre las gentiles concesiones británicas se encuentra un plan para la relación comercial futura de su país con la Unión. La reciente estrategia plantea un área de libre comercio de mercancías que obligaría al Reino Unido a respetar la normativa europea, pero sin participar en su creación. ¡Pues qué novedad…! Esto ya se lo anunciaron los noruegos antes de emprender su última aventura europea. 

Nada por inventar. Ya existe el Espacio Económico Europeo, formado por Islandia, Noruega y Liechtenstein para permitir a estos países formar parte del mercado interior europeo sin estar en él. Es decir, cumplen toda la normativa comercial y aduanera de la Unión Europea pero no participan en las decisiones sobre ésta. No votan.

 

Y les cuesta muy caro, advirtieron los noruegos a May, cuando los británicos pedían un referéndum por las calles… “Si quiere hacer como Noruega, va a tener que aceptar la mayor parte de la normativa de Bruselas pero no tendrá una voz en la mesa”, anunció Mats Persson, director de Open Europe, hace ya siete años.

Y así es. Está resultando tan caro como que va a hacer saltar por los aires a May y al gobierno conservador. Precisamente porque esa fórmula mágica no existe. May no puede prometer libertad de bienes, y restringir la libertad de movimiento de servicios y de personas. Precisamente porque Bruselas ya le dijo desde un primer momento que las cuatro libertades -también la de capitales- van juntas y son inamovibles. 

Theresa May tiene que presentar estos días ante el Parlamento su propuesta, si no le presentan antes una moción de censura, con los laboristas enseñando ya los colmillos. Y, mientras, el pueblo británico pendiente de la victoria final en Rusia, como si les fuera la vida en ello, como si se hubieran equivocado de bando…, 80 años después.  Brexit significa Brexit.