VALÈNCIA (EFE). Caixa Ontinyent someterá a la aprobación de la asamblea general que se celebrará el día 27 la constitución de la Fundación de Obra Social, que gestionará el nuevo monte de piedad que la caja quiere poner en funcionamiento el próximo año en la antigua sede del Banco de Valencia del municipio.
Para evitar cualquier interacción con la actividad crediticia de la caja, se ha considerado conveniente que el nuevo servicio se gestione bajo la forma jurídica de una fundación, para cuya creación se propone una aportación al fondo dotacional de 30.000 euros, según ha informado a EFE el jefe de Secretaría y de Obra Social de Caixa Ontinyent, Vicente Ortiz.
Sería precisamente en el campo de actuación de la Obra Social donde se ubicaría el monte de piedad ya que en su origen -la entidad nació en 1884 como caja de ahorros y monte de piedad, que mantuvo hasta 1964, cuando cayó en desuso el servicio- tuvo un espíritu social.
Además de esos 30.000 euros de dotación, se reservarán otros 30.000 para posibles actividades del monte de piedad, aunque Ortiz no cree que sea posible este año.
El presupuesto propuesto para este año recoge otros 47.000 euros que se dedicarán a iniciar los estudios sobre el edificio de Banco de Valencia, propiedad de la caja desde hace veinte años, para concretar las necesidades de rehabilitación y sus posibles usos.
Caixa Ontinyent baraja dos escenarios: buscar una ubicación provisional para poder comenzar a operar con el monte de piedad cuando se constituya la Fundación, que podría ser el Centro Cultural de la calle Maians o el edificio central de plaza San Domingo; o bien, si así lo recogen los estudios, rehabilitar el edificio situado en la misma vía durante el año que viene.
La antigua sede del Banco de Valencia, con una superficie superior a 1.200 m2, cuatro plantas y semisótano, podría albergar también espacios comunes para uso de la Fundación y para otros colectivo, lo que contribuiría a mejorar esta zona de Poble Nou, un barrio deprimido y con escaso tráfico de viandantes.
La caja valenciana "nunca ha renunciado" a recuperar el monte de piedad y, dado que se ha producido un notable incremento de este tipo de operaciones por la crisis, el monte de piedad puede ofrecer mejores condiciones, confianza, transparencia y garantía de recuperación del bien.
En el ámbito de actuación de la caja -las comarcas centrales- no existe ningún monte de piedad y, por tanto, el nuevo servicio atendería a una población de 36.000 habitantes en Ontinyent, más las localidades vecinas y la comarca, que sumarían unas 80.000 personas.
Según Vicente Ortiz, esta alternativa de financiación se basa en el principio de la inmediatez y la sencillez, y por ello en los últimos años se ha producido un aumento de actividad tanto en los montes de piedad de España -todos ellos vinculados a antiguas cajas de ahorro- como en casas de empeño y de compra de oro.
Su característica principal, ha destacado Ortiz, es la inmediatez de crédito -entre el 60 y el 70 % del valor de la prenda- y la posibilidad de recuperar la prenda (de valor económico y sentimental) en el plazo de un año, renovable por otro.
Pasado ese tiempo y en el caso de que el cliente no pueda recuperar su prenda, dispone de un plazo de dos meses para decidir si lo recupera, y en caso negativo se subastará para cobrar la deuda.
"Lo romántico" para Vicente Ortiz es que el monte de piedad solo cobra los gastos de la subasta, y si se obtiene un valor mayor a la deuda, la diferencia va para el cliente, "nunca para el monte de piedad".
La media de crédito por operaciones es de unos 700 euros, normalmente a doce meses y con un interés de entre el 6 y el 9 %, si bien Caixa Ontinyent pretende estar en la parte baja de esa horquilla.
El servicio del monte de piedad se prestará con personal propio de la Obra Social y se subcontratarán los servicios de tasación.
Los montes de piedad se rigen por una regulación no específica, el Estatuto de ahorro popular de 1933 y una normativa del 29, además de disposiciones recogidas en el Código Civil y los propios reglamentos de cada monte.
Según la memoria de la CECA correspondiente a 2014, los montes de piedad son una alternativa más de financiación disponible en el mercado basados en el crédito pignoraticio al estar garantizados con prendas, y en España existen catorce servicios de este tipo, uno de ellos en la Comunitat Valenciana, el de la Fundación Bancaja.