VALENCIA. El rótulo del Banco de Valencia situado en la que fue su sede central de la calle de las Barcas es lo único que queda de la emblemática entidad financiera fundada en 1910 y vendida por un euro a CaixaBank en 2013, dos años después de ser intervenida por el Banco de España.
La entidad catalana, que mantenía el rótulo Banco de Valencia junto al de CaixaBank en las oficinas del grupo en Valencia y Castellón, ha decidido ahora retirar el que era el último vestigio del antiguo banco, pues una vez dentro de la oficina el cliente se encontraba una sucursal de CaixaBank tanto en la estética como en los productos.
De hecho, el Banco de Valencia dejó de existir como tal en 2013, tras ser absorbido por el banco entonces presidido por Isidre Fainé, aunque mantenía el rótulo por una cuestión sentimental.
Según han explicado fuentes de CaixaBank a Valencia Plaza, en su día "se optó por un periodo de transición y de convivencia entre las marcas en las provincias de Valencia y Castellón que ha durado algo más de tres años. Tras este periodo, CaixaBank considera que apostar por su marca como única denominación favorece la transparencia y la cercanía en su relación con los clientes, además de destacar la notoriedad del banco líder en España".
La entidad apuesta por CaixaBank como única marca, "implementada ya en todos los canales digitales y en los cajeros, con el fin de favorecer la transparencia y la cercanía en su relación con los clientes y con la sociedad".