MADRID (EP). El Banco Central Europeo (BCE) considera que las entidades de la zona euro se encuentran aún lejos de cumplir las exigencias de supervisión de la institución en cuanto a gestión de riesgos medioambientales y climáticos, por lo que ha decidido introducir plazos escalonados específicos para cada banco con el fin de alcanzar una plena alineación con todas sus expectativas para finales de 2024. "El vaso no está ni medio lleno", ha reconocido el ejecutivo holandés del BCE, Franck Elderson, para quien, si bien las entidades han dado los primeros pasos al respecto del riesgo climático, hay una diferencia entre hablar de pasos y empezar a actuar "y hay una diferencia aún mayor en hacer lo que se necesita". "En pocas palabras, el vaso se está llenando lentamente, pero aún no está ni siquiera a la mitad", ha advertido.
Tras concluir su revisión temática sobre los riesgos ambientales y relacionados con el clima, en la que han tomado parte 186 bancos con un total de activos combinados de 25 billones de euros, incluyendo 107 entidades significativas y 79 entidades menos significativas, el BCE señala que, incluso si el 85% de los bancos ahora tienen al menos prácticas básicas en la mayoría de las áreas, todavía carecen de metodologías más sofisticadas e información granular sobre riesgos climáticos y ambientales.
Asimismo, el banco central reconoce que existe una preocupación supervisora relacionada con las capacidades de ejecución de la mayoría de los bancos, donde la implementación efectiva de sus prácticas todavía está rezagada, añadiendo que los bancos continúan subestimando significativamente la amplitud y magnitud los riesgos climáticos, y casi todas las entidades (96%) tienen puntos ciegos para identificarlos.
"La mayoría de los bancos aún no han respondido a la pregunta de qué harán con los clientes que ya no tengan fuentes de ingresos sostenibles debido a la transición verde. En otras palabras, demasiados bancos aún esperan lo mejor y no se preparan para lo peor", ha advertido Elderson. De este modo, el BCE ha establecido plazos específicos para cada institución para lograr la plena alineación con sus expectativas para finales de 2024, señalando que, si bien puede haber excepciones en casos individuales.
En un primer paso, el BCE ha comunicado su expectativa de que, como mínimo, los bancos clasifiquen adecuadamente los riesgos climáticos y ambientales y realicen una evaluación completa de su impacto en las actividades bancarias "a más tardar en marzo de 2023". En un segundo paso, y a más tardar a finales de 2023, el BCE espera que los bancos incluyan los riesgos climáticos y ambientales en su gobernanza, estrategia y gestión de riesgos.
En un último paso, para finales de 2024 se espera que los bancos cumplan con todas las expectativas de supervisión restantes sobre riesgos climáticos y ambientales descritas en 2020, incluida la integración total en el Proceso de evaluación de la adecuación del capital interno (ICAAP) y las pruebas de estrés. A este respecto, el BCE ha advertido de que los plazos se controlarán de cerca y, si es necesario, "se tomarán medidas".
"No puede haber más preguntas sobre responsabilidades. Los bancos deben tener los riesgos completamente medidos y cotizados", ha apostillado Elderson. "Hemos dicho a los bancos las consecuencias de supervisión que enfrentan si no cumplen con sus responsabilidades climáticas. Los plazos se controlarán de cerca y, si es necesario, se tomarán medidas de cumplimiento", ha advertido.