VALÈNCIA. Toni Cantó salió este martes de Les Corts con una bolsa que contenía algunos objetos personales que guardaba en su despacho y dejando atrás un grupo parlamentario descolocado donde algunos apenas podían contener las lágrimas y otros ocultaban con dificultad su alegría. La tercera planta del edificio de los grupos era este martes un cóctel de emociones; incertidumbre por la salida del que ha sido su líder durante dos años, pero también por el futuro que aguarda a la formación.
El anuncio de su renuncia del lunes pilló a la totalidad de los diputados a pie cambiado. Ninguno, ni tan siquiera sus colaboradores más próximos, conocían sus intenciones y la reunión que él mismo había convocado para formalizar su adiós se hizo esperar como agua de mayo entre un descontento mayoritario por la forma en la que se ha producido su marcha -se enteraron por la prensa-.
Antes de entrar en materia, sin embargo, Cantó comenzó la mañana exponiendo ante la prensa los motivos de su portazo, cargó contra la dirección nacional de Ciudadanos y descartó seguir en política: "Me voy porque no me siento representado por la cúpula de mi partido. Los que se están alejando más de la esencia del partido son la propia Inés (Arrimadas) y su núcleo duro. Ayer me quedé muy tocado con la política, he perdido la ilusión en ella", zanjó, ante las preguntas sobre la posibilidad de ser fichado por el PP tras admitir que, en principio, seguirá militando en Cs.
Apenas eran las 11:30 de la mañana. Mientras tanto, los diputados esperaban en sus despachos, excepto Ruth Merino, que se encuentra en las quinielas para sucederle al frente de la sindicatura, y Fernando Llopis. Ambos fueron los encargados de seguir la agenda parlamentaria y acudieron a la Junta de Síndics en representación de Cs para definir el orden del día del pleno de la próxima semana.
Una cita tras la que la portavoz adjunta expuso su "sorpresa" por la salida de quien en su día le fichó: "Decepcionada no estoy, pero sorprendida sí. Ahora ya estamos asimilando las cosas; es su decisión y la respetamos. Nada es totalmente blanco o negro". También admitió que sería un "reto" asumir la sindicatura y negó que Arrimadas pudiera estar alejándose de la esencia del partido, tal y como había asegurado minutos antes el también actor.
La reunión de grupo se retrasaba una hora más de lo previsto y los diputados se iban cambiando de despachos para no superar aforos. Durante un largo rato el hall del tercer piso del edificio que alberga los despachos de sus señorías se convirtió en un desfile de caras largas disimuladas tan solo por la mascarilla que las tapaba. Y finalmente, tras 59 minutos de encuentro a puerta cerrada en el que alguno de sus diputados preguntó a la desesperada si existía alguna posibilidad de que reculara en la decisión, Cantó salió aparentemente emocionado y puso fin a su etapa de síndic, si bien el acta todavía no la ha entregado.
"Ahora nos toca pasar el duelo", resumía una parlamentaria a preguntas de este diario. "Pero nos toca también llevar este barco a la orilla", añadía, tras reconocer que el grupo se queda deshecho y sin un liderazgo claro en el peor momento de la formación, dado que Ciudadanos ha encadenado en menos de año y medio una debacle en las urnas nacionales, otra en las catalanas y ha perdido el gobierno de Murcia y las encuestas en Madrid no son nada halagüeñas para la supervivencia del partido naranja. Hay quien se mostraba todavía más duro con la determinación del Cantó. "Nos ha abandonado", se llegó a escuchar sin mayores florituras.
El grupo, no obstante, no solo se queda deshecho, sino que también se tornará ingobernable para quien asuma la portavocía. Si a principio de la legislatura Cantó contaba con una mayoría de apoyos entre los parlamentarios, ahora esta queda en barbecho con la entrada de Asunción Sanchis. La nueva diputada reforzará el peso de los afines al ex secretario de Organización, Emilio Argüeso, en un grupo de 18 diputados donde ellos pasarán a ser 10: Patricia García, Cristina Gabarda, Yaneth Giraldo, José Antonio, Eduardo del Pozo, Mercedes Ventura, Jesús Salmerón, Vicente Fernández, la propia Sanchis y Luis Arquillos, que a pesar de apoyar en su día a Cantó, habría cambiado de bando en las últimas horas.
Como demostración de fuerza, los 'argüesistas', de hecho, reclamaron en la tarde de ayer en una reunión que se produjo entre la dirección nacional y el grupo parlamentario que la candidata o el candidato a síndic deberá ser consensuado entre ambas facciones. El perfil que agrada a la dirección nacional -que será la que finalmente tome cualquier decisión al respecto- es el de la parlamentaria Mamen Peris, que ya fue portavoz de Cs en la Diputación de Valencia en la legislatura pasada. Sin embargo, este sector rehúsa apoyarla al frente de este puesto y plantean a Fernández como su candidato.
La cuestión, por el momento, sigue sin resolverse -de hecho, a efectos prácticos Cantó continúa siendo diputado porque no ha entregado el acta-. Así, la reunión vespertina con la dirección nacional sirvió simplemente para trasladar a los diputados que "el proyecto continúa" y para avanzarles que en los próximos días la Secretaría de Organización nacional mantendrá encuentros telemáticos con cada uno de los parlamentarios para "conocerlos más", saber cuáles son las apuestas de cada uno, a quién apoyarían si se produjera una votación y, de paso, tantear los equilibrios internos. "Nos van a pasar lista como en el colegio", resumía un diputado a este diario.
Ahora bien, la ingobernabilidad del grupo que quedó manifiesta en la citada reunión no solo se trasladará a estas primeras negociaciones sobre el futuro de la portavocía que, como tarde, tendrá que resolverse antes de la sesión de control al president de la Generalitat, Ximo Puig, del próximo jueves. Todo parece indicar que esta se hará extensiva también al día a día dentro del grupo; sabedores de la relevancia que han adquirido, los 'argüesistas' no descartan llevar la voz cantante en las votaciones de las iniciativas parlamentarias y, de lo contrario, amenazan con irse.
Con estos mimbres, varios diputados advierten que su resistencia en los escaños tras haber barajado marcharse y seguir los pasos de Fran Hervías, -partidario de que el futuro de Cs pasa por una unión con el PP-, vendrá aparejada a un intento de "fractura desde dentro" y no descartan que en algún momento puedan romper la disciplina de voto.
Un escenario que, si bien es cierto que se antoja complejo que la dirección nacional vaya a permitir sin ejecutar expulsiones, también se convertiría en un bumerán para la propia cúpula del partido: perder al menos a nueve diputados supondría decir adiós a la mitad de la representación que tienen ahora mismo en Les Corts, pero también a sus correspondientes ingresos, lo que dejaría más debilitada si cabe a la formación.
Por el momento, las especulaciones sobre el futuro del síndic continúan. También entre los que eran sus diputados afines: "Me gustaría pensar que no tiene nada, pero todo el mundo dice que sí", sostenían un parlamentario a preguntas de Valencia Plaza.