MADRID. “Súbete y conduce” es el reclamo que se lee en el lateral de los coches como invitación a utilizar este “nuevo sistema de movilidad que consiste en una flota de vehículos eléctricos de uso compartido”, según definición de David Bartolomé, responsable de desarrollo de negocio Car2go en España.
Su aspecto es amigable pero no es un carrito de golf, es un Mercedes Smart fortwo eléctrico con el que poder desplazarse a velocidad moderada por toda la ciudad, sin restricciones. En total 350 coches que desembarcaron en Madrid el pasado 11 de noviembre con un modelo de carsharing flexible de la mano de Car2go, filial de la multinacional alemana Daimler AG.
El modelo de negocio integra las siguientes premisas: alquiler, a demanda, coche compartido y eléctrico. A partir de ahí, el funcionamiento es sencillo. Tras registrarse al precio de 19 euros “para toda la vida” y validar el carnet de conducir en uno de sus establecimientos físicos, el usuario lo único que tiene que hacer es descargarse la aplicación gratuita de Car2go.
A través de ella podrá localizar dónde se halla el vehículo más cercano y reservarlo con pocos minutos de antelación. Una vez alcanzado, pulsa otro botón de la app para que el coche se abra y, ya dentro, activa la llave que está en su interior con el pin que le han facilitado. No hace falta afinar el oído al arrancar porque el coche no hace ruido, pero puede estar seguro de que está cargado porque un operario de la compañía se ha preocupado antes de hacerlo en uno de sus hub y lo ha hecho con energía renovable certificada.
Una vez en camino, la única preocupación del conductor será alcanzar el punto de destino, ignorando las zonas restringidas al tráfico (apr) y el color de las zonas de aparcamiento porque podrá circular y estacionar (sin ticket), donde desee. El mismo procedimiento puede utilizarse en el camino de regreso pero tampoco pasa nada si se opta por otra alternativa y se desentiende del coche allí (modelo A B que no te obliga a volver al punto de origen). Para calcular el coste sólo habrá que multiplicar por 0,19 céntimos de euro cada minuto transcurrido desde que se inicia el servicio (11,4 euros la hora). Ni un céntimo más, porque el seguro a terceros también va incluido.
Tampoco existe límite horario para los desplazamientos pero sí que las condiciones varían si se abandonan los 53 kilómetros cuadrados de la zona de operación, la llamada almendra de Madrid (la circunvalación de la M-30), en cuyo caso habrá que devolver el vehículo a dichos límites. Otra de las ventajas es que, una vez registrado, el usuario podrá utilizar car2go en cualquiera de las otras 15 ciudades europeas donde está el servicio operativo, recordando, eso sí, que las tarifas son distintas. “La media está en 0,29 céntimos el minuto aunque hay zonas del norte de Europa donde los precios son más elevados”, aclara David Bartolomé.
Este es el modelo de carsharing flexible que la multinacional alemana acaba de replicar en Madrid mediante su filial Car2go. La única peculiaridad que convierte al de Madrid en un programa piloto con respecto a los existentes ya en 31 ciudades de 9 países de Europa, Estados Unidos y Canadá, es la infraestructura de recarga eléctrica organizada en hubs centralizados y propiedad de la compañía. Asimismo, Madrid es la cuarta ciudad de mundo que dispone de una flota 100% eléctrica. En el resto de las ciudades opera con una flota de gasolina o híbrida.
Tanto esfuerzo se merecía un recibimiento con honores, y los tuvo. Serio con su compromiso de rebajar los niveles de contaminación, el Ayuntamiento de Madrid ejerció de anfitrión cediendo su sede -la galería de cristal y anteriormente patio de coches- en el Palacio de Telecomunicaciones para la presentación del proyecto. De la Plaza de Cibeles pasaron a la Plaza de Callao para darle un enfoque más popular a la iniciativa. David Bartolomé reconoce el buen trato recibido por las instituciones municipales, a cuyo servicio trabajó en el área de movilidad de la Empresa Municipal de Transportes, pero se desvincula de todo signo político. “El proyecto fue presentado y bien acogido por todos, también por la oposición”, aclara.
Dando por válido que la iniciativa haya arrancado sin coste económico para las instituciones, la solución de Car2go es más que plausible en una ciudad que sufre episodios graves de contaminación y que sobrepasa con frecuencia los límites autorizados de dióxido de nitrógeno en el aire. Soluciones de movilidad para evitar la boina se han arbitrado pero ninguna satisfacía la necesidad, a veces inevitable, de utilizar el coche núcleos urbanos donde impera lo que Bartolomé llama “urbanismo funcional. Es decir que vives en un barrio, trabajas en otra zona y haces la compra en otra”.
Enrique Dans, profesor de IE Business School y prestigioso bloguero, dijo en el acto de presentación: “El problema de movilidad que estamos viendo en ciudades como Madrid es de total sostenibilidad…y sobre todo lo que sabemos es que las soluciones clásicas, sin estar mal, no son suficientes”.
Como respuesta a esas deficiencias Car2go se alza como la solución integral que posibilita el uso del coche en la ciudad, sin congestiones ni contaminación, a coste reducido y sin gastos fijos. Otro beneficio que ha acarreado su implantación de manera transversal ha sido la creación de “empleo verde”, sin concretar el número de puestos de trabajo generados.
También consideran los responsables de car2go que es pronto aún para hablar de usuarios registrados y facturaciones pero sí califican de “muy positiva” la acogida en un mercado de carece de perfil determinado. “Lo único que comparten es que todos tienen carnet de conducir, por lo demás los hay de ambos sexos, de todas las clases sociales y de todas las edades. La tecnología, en este caso, no parece un problema serio”, dice Bartolomé.
A falta de datos propios nos valdremos a título orientativo de otros facilitados por la compañía a escala global: más de 1.100.000 de clientes alrededor del mundo, 650.000 de ellos en Europa. Desde su inicio se han realizado más de 50 millones de alquileres y se han conducido alrededor de 350 millones de kilómetros. Cada 1,4 segundos se alquila un car2go.
Como reconocimientos internacionales car2go ganó el EPA Clean Air Excellence Award de la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos en 2010, el italiano Premio all'Innovazione amica dell'ambiente en 2012 y el TU-Automotive Award en 2015.