Cristina Mora (izquierda) y Carmen Martínez, la alcaldesa (derecha). Foto: VPVALÈNCIA. Carmen Martínez, actual alcaldesa de Quart de Poblet que renuncia a volver a optar al cargo, aprendió mucho de su antecesor en el sillón presidencial de este municipio de alrededor de 25.000 habitantes ubicado en l' Horta Sud. Entre ambos sumarán 42 años de mandato y prácticamente abarcan toda la etapa democrática de alcaldías exceptuando el primer bienio, con Onofre Colomer al frente.
La doctora Carmen Martínez Ramírez, médico de Familia, dirigió, además de la lógica delegación de Sanidad en el Consistorio, otras áreas como Cultura, una incipiente Igualdad o Juventud. Había superado los 35 años y llevaba ya más de tres mandatos como concejal. El por entonces alcalde, Ramón Segarra, recién jubilado de administrativo del Banco de Valencia y del que en principio se especulaba con que optaría a la reelección, se fijó pronto en sus cualidades y, una vez renunció a continuar, impulsó su candidatura.
El anuncio de la transición se produjo en los albores de 1999, el año de aquellas elecciones locales. Han pasado casi cinco lustros; no obstante, las similitudes resultan más que evidentes. Carmen Martínez ha hecho pública su decisión de no continuar casi en el último minuto fijado por el reglamento de candidaturas socialistas. En cualquier caso, el hecho de que apurara no significa que no tuviera bien calibrada su decisión ni más que atado su relevo.
¿En quién se ha fijado? En la que podría su réplica actualizada, tanto política como incluso físicamente. En una concejal que cumple también su tercer mandato, que dirige áreas de cercanía con la ciudadanía - y de poco desgaste político- como Cultura, Turismo o Igualdad y que viene del ámbito del sector público. Si la actual alcaldesa ejercía de médico de familia, Cristina Mora despunta como profesora de Música en un instituto. La edad de la sucesora también prácticamente se equipara con la de Carmen Martínez cuando fue designada aspirante a alcaldesa.
Además, le cede -si confirma Mora (el mismo apellido, por cierto, que el de la histórica dirigente local del PP, Amparo Mora, aunque no comparten familia) su rango de alcaldable y accede a la vara de mando- un amplio legado. 24 años dan para mucho, como lo dieron los 22 de Ramón Segarra. En el caso de Martínez, con hitos como la supresión de las vías del tren y la llegada del metro, la transformación urbana, el carácter referente en proyectos europeos, los procesos de participación o el espacio verde del Molí d' Animeta.
Aunque el principal reto de Mora consistirá en recoger el testigo que Segarra entregó a Martínez y que esta última le ha decido para mantener a Quart de Poblet como pulmón de lo que se ha conocido ya tradicionalmente como cinturón rojo. Cuando el PP conquistó localidades limítrofes como Aldaia, Mislata o Xirivella, Quart, con su alcaldesa al frente, resistió como uno de los últimos bastiones del socialismo metropolitano.
Ahora, a tenor de las encuestas, el PSPV, que venía arrastrado en 2019 por la corriente electoral favorable a su marca, se adentra en un complicado remolino que amenaza con engullir su color rojo característico y allanar el camino de la alternancia azul del PP. En este contexto, Cristina Mora afrontará su primer reto como cartel electoral. A buen seguro, como Segarra con ella, Carmen Martínez le hará de cicerone en los próximos meses.
La actual alcaldesa recordará igualmente cómo accedió a la vara de mando en 1999 en tiempos convulsos para el PSOE, cuya imagen se había deteriorado por los casos de corrupción y la crisis económica. Otra similitud más. Definitivamente, Martínez parece haber hallado en Mora, además de a una discípula aventajada, a su alter ego. Ha emulado a Segarra esculpiendo, cual Pigmalión, a su sucesora. En este caso, casi a su espejo retrotraído en el tiempo.
