VALÈNCIA.- Tres de tres. Tres mujeres al frente de los Colegios Oficiales de Graduados Sociales de la Comunidad Valenciana. Carmen Pleite Broseta es la presidenta valenciana, pero también lidera el Consejo autonómico. Una realidad que se corresponde con la evolución de la profesión, donde el 52% de registradas son mujeres. «Ha sido una batalla lenta, pero constante, y esperamos que se traslade al resto de sectores», afirma Pleite, una apasionada del oficio. De hecho, pese a haberse licenciado en Derecho, nunca ha ejercido como abogada. Su carrera se ha centrado en la empresa privada, donde ha gestionado las relaciones laborales. La entrevista tiene lugar en pleno debate por la creación de un Sindicato de Trabajadoras Sexuales.
— ¿A usted le parece conveniente que exista?
— No lo creo, aunque sí debería estudiarse a fondo qué ocurre con ese colectivo y plantear otro tipo de soluciones. Es una realidad latente, y hay diversas fórmulas administrativas para hacerle frente. Pero si la Administración está diciendo «no a la prostitución», y hay muchos colectivos sensibilizados con el tema, no me parece lógico crear un sindicato.
— ¿Cómo explicaría la figura del graduado social a alguien totalmente ajeno?
— Es el hilo conductor entre la Administración y la pequeña o mediana empresa. Nuestra primera faceta son los Recursos Humanos: integrarnos en el departamento de Relaciones Laborales y gestionar al personal de una compañía. Otro apartado es el jurídico y técnico: podemos llegar al Juzgado de lo Social y en primera Instancia al TSJ para recursos de suplicación, sobre todo en negociaciones de empresas con sus trabajadores. Y por último, trabajamos el ámbito de la gestión, que consiste en mantener la relación laboral de la empresa con la Administración con respecto a todas las fórmulas legales que se exigen.
* Lea el artículo completo en el número de noviembre de la revista Plaza