VALÈNCIA. El fuerte temporal ha destruido un importante número de infraestructuras en la provincia de Valencia, incomunicando a muchas poblaciones y dificultando el acceso a otros puntos. Carreteras arrasadas y anegadas y líneas de metro desaparecidas son solo algunas de las consecuencias de la peor Dana en la historia de España. Y la situación no se resolverá en el corto plazo. Harán falta meses para que se restablezcan la mayoría de servicios con normalidad, especialmente en Cercanías o algunas líneas de Metrovalencia. Un panorama que afectará de lleno en el transporte diario de miles de personas que precisan de estos medios para poder desplazarse.
De esta forma, la alta velocidad entre Madrid y Valencia no se recuperará al menos hasta dentro de tres semanas, porque la infraestructura está muy dañada y han colapsado dos túneles, el de Chiva y el de Torrent. Peor escenario es el de los Cercanías, con entorno a 80 kilómetros de vía "completamente destrozados", por lo que se tardarán meses en restablecer el servicio. Algo similar a lo que se prevé para la red de Metrovalencia, actualmente cerrada, y que empezará a rodar con el tranvía para ir poco a poco abriendo líneas, aunque muchas costará meses que vuelvan a estar operativas.
Tampoco será fácil la reanudación del tráfico por carretera. La catástrofe meteorológica ha afectado a 80 kilómetros de la red del Estado, con graves daños en la A-3, que conecta Madrid con Valencia, o la A-7, aunque el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha previsto soluciones temporales.
En concreto, en una comparecencia este jueves, el ministro de Transportes, Óscar Puente, detalló que la autovía A-7, es la que mayores daños ha sufrido a lo largo de unos 15 km, tanto en el bypass de Valencia como, sobre todo, a la altura de Quart de Poblet y hasta la localidad de Silla. Especialmente, provoca muchas dificultades el viaducto colapsado en la zona de Quart de Poblet, en la circunvalación de Valencia, por la que circulan unos 100.000 vehículos al día, siendo el punto más crítico.
Este hecho provoca el corte total de los movimientos en la A-7, desde y hacia el sur, entre el enlace de la A-3 hasta la localidad de Silla."Su reposición va a llevar meses, pero ya estamos trabajando en soluciones provisionales y en la implantación de alternativas que ayuden a poder circular tráficos, con restricciones de velocidad", subrayó el ministro.
La alternativa que se plantea es el desvío del tráfico por la V-30 y la V-31 en las condiciones en las que la DGT establezca, por lo que no será una conducción normal, pero sí suficiente para que el tráfico se restablezca en unas carreteras ya de por sí con mucho tráfico, al que ahora se añadirá el de la A-7. Mientras, se trabaja en una solución temporal en la A-7, habilitando carriles paralelos en los que la velocidad estará limitada a 40 kilómetros por hora. Hasta ese momento, dentro de unas semanas, se usará la V-30 y la V-31.
Por su parte, la autovía A-3, que conecta Madrid con Valencia, registra "tremendos daños", dijo el ministro, aunque el acceso a la ciudad de València está abierto con restricciones. Las zonas más afectadas se encuentran en Requena, Utiel y Chiva, con graves daños en la calzada.
En lo que se refiere a las carreteras convencionales, las que unen Requena-Utiel-Teruel también han sufrido incidencias graves con colapsos en estructuras y cesiones de terreno. Así, la N-330 tiene daños en drenajes y cuenta con un puente colapsado en el km 194; mientras que la N-322 ha tenido el colapso de una estructura en el km 454. Además, toda la red de carreteras autonómicas está seriamente dañada como la CV-36 que tiene sus cinco viaductos colapsados.
Por su parte, la red de Cercanías se encuentra en una situación "gravísima", reconoció Puente, con desaparición de plataformas, vías y la infraestructura en sí, por lo que "no se podrá contar con ellas a corto plazo", avanzó. Así, en torno a 80 km de red están totalmente destruidos. "La circulación va a tardar mucho tiempo en reponerse", admitió. Un hecho que va a afectar de forma directa a la vida de miles de valencianos que diariamente utilizan este servicio. De hecho, esta red recibió cerca de 20 millones de viajeros anuales en 2023, según el informe Anual del Sector Ferroviario elaborado por la CNMC.
Especialmente afectada está la línea C-3 (Valencia Nord-Utiel) con 90 km dañados, de los que 45 km están en situación de zona 0. Por su parte, la C-2 (Valencia Nord-Moixent) y la C-1 (Valencia Nord-Gandía) tienen una menor afección, aunque cierto es que algunos tramos están totalmente inoperables. Así, por ejemplo, la C-2 y la C-3 , en un tramo en la zona de Silla que comparten, están totalmente destrozados.
Por su parte, las líneas C-5 (Valencia Nord-Caudiel) y C-6 (Valencia Nord-Castelló) están en condiciones de ponerse en circulación a pesar de los daños, pero no se hará hasta que las condiciones atmosféricas así lo aconsejen y en función de las recomendaciones de movilidad.
De hecho, la C-6 comparte la vía con el Euromed hacia Barcelona, pero tampoco está funcionando aún por la alerta naranja en Castellón y por las restricciones de movilidad que las autoridades aconsejan. Sobre esta línea cayó un camión en la zona de Burriana, incidencia que ya se ha solventado y solucionado.
Por otro lado, la línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia continuará cortada al menos durante tres semanas, afectando así a cerca de 8 millones de viajeros anuales, cifra de usuarios de la red en 2023. En concreto, según señaló el ministro, esta conexión tiene dos puntos de afectación muy grandes, uno en el túnel de Chiva, con más de 1 kilómetro de vías que han cedido completamente, y otro en el túnel de Torrent, con casi 3 km inundados.
Por lo tanto, se tendrá que reponer 1,2 kilómetros de infraestructura de alta velocidad, lo que tardará un mínimo de tres semanas, "siempre y cuando no surjan más complicaciones", según Puente, quien hizo hincapié en que "ya se está trabajando, a pesar de la dificultad de acceder a ese punto mediante vagonetas e, incluso, con exploración a pie con personal de Adif".
Con todo, el ministro fue muy claro y tanto la adecuación de carreteras como la del tráfico ferroviario en la provincia de Valencia "va a costar reparar y reponer, no solo económicamente, que también, sino en esfuerzo y tiempo", subrayó.
También la red de Metrovalencia tardará meses en recuperar la normalidad y la conexión con ciertos municipios del área metropolitana de València, especialmente los del sur, por los graves desperfectos que ha causado la Dana en la provincia. La previsión es ir paulatinamente reabriendo el servicio que no será completo en el corto plazo.
Lo más inmediato será la reanudación del servicio del Tranvía. Para esta labor, según informa la Generalitat, se ha diseñado un plan de reapertura en tres fases con el objetivo de restablecer las circulaciones lo antes posible. La primera de ellas es establecer en la sede de Machado un puesto de mando alternativo para poder controlar las líneas de tranvía tras quedar inoperativa la sede principal. La previsión inicial es que las líneas de tranvía vuelvan a estar en funcionamiento a partir de la semana del 11 de noviembre.
De forma paralela se trabaja en la restauración de líneas como la L3, la L5 y L7 de metro, que se podrán reabrir en una segunda fase. Esta parte de la red ferroviaria de Metrovalencia no presenta daños "significativos" y, una vez restablecido el sistema de control central, en el "medio plazo" podría recuperarse. Fuentes consultadas por este diario calculan que en tres meses podrían volver la la L3, de Rafelbunyol al aeropuerto de Manises; la L5, Marítim-Serrería al aeropuerto; y la L9, de Alboraia a Riba-Roja del Turia.
Finalmente, las líneas más afectadas son las que conectan con localidades más al sur de la ciudad y que actualmente están anegadas y con mayores problemas. Tanto es así que no existe una previsión aproximada para recuperar las conexiones de Metrovalencia con estos municipios a través de las líneas 1 y 2. La idea, en un principio, es actuar primero desde la parte norte al sur de estas dos líneas, es decir, los tramos que van de Llíria a València y de Bétera a la ciudad para, más tarde, restablecer el servicio desde Torrent Avinguda a València y desde Castelló (Ribera Alta) al 'cap i casal'.