Asistimos en los últimos días con tristeza, incertidumbre e impotencia a las consecuencias de la dejación de funciones del conseller de Economía Sostenible, el señor Climent, ante el inminente cambio de gestión de las ITV valencianas. Mientras que los empresarios salientes, desde la máxima responsabilidad y lealtad institucional, llevamos meses planteándole cauces de diálogo constructivos que favorezcan una transición tranquila del modelo, el máximo responsable de la reversión mira hacia otro lado de forma mentirosa, ilegal e irresponsable. Porque los que llevamos años al frente del buen funcionamiento de este servicio público esencial le venimos invitando desde que anunció la reversión, en diciembre de 2020, a trabajar el cambio invirtiendo el tiempo que sea necesario para garantizar que la inspección técnica de vehículos no colapse. Algo que parece que ocurrirá con la inacción del conseller como máximo testigo y con las prisas, el acoso y las amenazas con las que han decidido acometer el paso a la gestión directa bajo una falsa sensación de tranquilidad.
Su tranquilidad, más que por garantizar que el servicio de las ITV siga funcionando perfectamente como en los últimos 25 años, pasa más bien por tener la falsa recreación de que el caos que nos espera será culpa de los empresarios. Es decir, está tranquilo porque ha construido un relato con el que culpa a las concesionarias de su incapacidad para hacer una transición ordenada, que no afecte a la prestación del servicio. Demuestra que le importan bien poco los conductores, los taxistas, los transportistas y el resto de sectores afectados por su capricho político. Y no le importan porque cree que, usándonos como cabeza de turco, él ya obtiene un rédito electoral. ¿Es este señor el representante de la economía valenciana o un comercial electoral de su partido?
El conseller sabe, como también es conocedor el gerente de la empresa pública, de la ilegalidad en que incurren cuando nos quieren obligar a mantener los contratos que tenemos con los proveedores de los suministros esenciales en las estaciones. Porque también sabe perfectamente que no van a poder asumir la gestión el 3 de marzo sin esos suministros y recursos humanos que quiere que asumamos los empresarios salientes a pesar de concluir ese día la prestación de nuestra gestión. Entonces, ¿por qué en vez de amenazarnos con llevarnos a los tribunales si no seguimos dando cita previa para fechas posteriores a la finalización de nuestro contrato no atiende a lo más cabal, que pasa por hacer las cosas como corresponde en una democracia avanzada? ¿Por qué prefiere amenazarnos como si viviéramos en una república bananera?
Ante tal escenario, remitimos esta carta abierta a Ximo Puig. Pedimos su amparo, en clara defensa de los valores en los que creemos y que, entendemos, él también cree y practica: los propios de una democracia avanzada. President, coja las riendas de la situación antes de que sea demasiado tarde. Todavía estamos a tiempo de hacer una transición que favorezca a todos, incluido al electoralismo de su conseller. Abra un paréntesis que permita invertir el tiempo en una hoja de ruta realista, un calendario de actuaciones que cambie el modelo de gestión sin incurrir en amenazas, sin utilizar a los empresarios de cabeza de turco, sin convertir a los conductores y profesionales de la automoción en víctimas y con diálogo.
Diálogo para trazar adecuadamente los pasos para el cambio de gestión, para el que no tenemos nada que objetar, solo que se debe hacer con las debidas garantías para todas las partes. Un cambio que, entre otros aspectos, requiere licitar contratos de suministros, establecer los conceptos de garantía jurídica de todas las partes, auditar individualmente a los trabajadores, redactar un convenio sectorial de las ITV valencianas, recuperar el tiempo perdido por los daños causados por las prisas del conseller, tener en cuenta la participación de la Intervención General para el traspaso de los bienes y garantizar que se sigue prestando este servicio público esencial que tan bien ha funcionado en la Comunitat Valenciana con el modelo de colaboración pública-privada.
Francisco Llopis es portavoz de la Asociación de Entidades Concesionarias de la Comunitat Valenciana para la Inspección Técnica de Vehículos (Aecova-ITV)