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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Carta abierta al presidente del Gobierno: "Mariano, nosotros somos más baratos"

2/04/2017 - 

Querido Mariano, querido Presidente:

Este domingo estarás en nuestra tierra, según se ha anunciado, para clausurar el congreso del PPCV. A estas alturas de tu andadura política ya estás acostumbrado a dos cosas: a ser ovacionado por los tuyos y a que todos –los demás e incluso los tuyos- te pidan y te pidan… La ovación la tienes garantizada, incluso en la frase que sacará el telediario. Y por si los demás se despistan algo, aquí estamos nosotros para pedirte. 

Los valencianos podemos pedirte bastantes cosas. La mayoría cuestan dinero, y siempre nos barruntamos que por “h” o por “b”, o no se hará así, o no se hará ahora, o sencillamente no se hará. Pero para privarte del enojoso argumento de que no hay presupuesto, máxime después de haber anunciado tan generosas inversiones en Cataluña, aquí te pedimos algo que no cuesta dinero: que tu Gobierno haga lo necesario para que la Comunitat Valenciana pueda legislar en materia civil. 

"Aquí te pedimos algo que no cuesta dinero: que tu Gobierno haga lo necesario para que la Comunitat pueda legislar en materia civil"

A ti, registrador de la propiedad, no tenemos que explicar lo que esto supone. Ya sabemos que, como viejo y brillante opositor, debiste maldecir en su día de los Derechos Forales, esos apéndices de todos los temas que parecían estar ahí para fastidiar. ¡Ojalá hubiera prosperado García Goyena –debiste pensar- y tuviéramos todos un único Código!. Pero mira por donde no fue así. No fue así, y hoy es otra cosa : las “legislaciones forales” juntas, una encima de otra, son bastante más voluminosas que el Código Civil. Claro que, en el fondo, ya no son especialidades forales, sino Derecho Civil Autonómico (como ocurre en otros sectores del ordenamiento con competencias exclusivas de las CCAA o compartidas o concurrentes con el Estado).

Además, hablando en serio, una cosa es el farragoso estudio del Derecho, y otra es que la gente, dentro de un orden, pueda hacer en su vida privada lo que quiera, siempre que no perjudique a otro y que sea razonablemente justo. Esto es el Derecho Civil: el derecho de las personas en su relación con sus iguales en su ámbito privado, personal o patrimonial.

A nosotros, los valencianos, nos gustaría que, si nos casamos, eligiéramos a la persona con la que queremos compartir la vida sin pensar en los bienes; si queremos poner en común las ganancias, o todos, lo tenemos muy fácil yendo al notario; pero no queremos que el primer problema matrimonial o prematrimonial venga de que planteemos a nuestras pareja si no le parecería más conveniente pactar en capitulaciones el régimen de separación. Nos gustaría que, si los esposos con hijos quieren otorgar testamento conjuntamente e instituirse herederos recíprocamente –lo que aquí se llama testament de l´u per a l´altre- lo puedan hacer, y no que salgan del Notario pensando que lo han hecho sin ser cierto. 

Nos gustaría que, si queremos pactar nuestra sucesión con nuestros hijos, entregándoles ahora unos bienes y reservando otros, no tuviéramos que recurrir a subterfugios varios y lo pudiéramos hacer, como pasa en la problemática Cataluña o en la no problemática Aragón. O que pudiéramos regular una legítima moderna para caso de necesidad, o incluso prescindir de ella en según qué casos, como lo hacían nuestros antiguos fueros en ciertas épocas. Imagínate la importancia que esto tiene, por ejemplo, en la sucesión en la empresa familiar, que es mayoritaria en el tejido empresarial de esta tierra. Y así, un montón de cosas. ¡Fíjate tú que cosas tan graves y tan imposibles te pedimos!

Nosotros tenemos la convicción de que, si por ti fuera, no habría mayor problema. Todo el mundo dice, incluso los que no te votan, que en la distancia corta eres un tipo entrañable, de los que viven y dejan vivir. Pero luego ya se sabe: a uno le cae encima todo el aparato del Estado … Por eso hemos querido dirigirnos a ti, y hacerlo en este tono amigable y algo socarrón, que tu bien entiendes.

Mira, Mariano: en esto, como en la copla, son las cosas del querer. El PPCV de antes –hoy casi innombrable- quiso, y promovió una reforma de nuestro  Estatuto de Autonomía en 2006 para hacerlo posible, que tu votaste en las Cortes Generales y que nadie impugnó ante el Tribunal Constitucional. Y luego nuestras Corts aprobaron tres leyes en materia de Derecho de Familia –sobre régimen económico matrimonial, custodia compartida y parejas de hecho- que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucionales no por su contenido, sino porque afirma que no tenemos la competencia que claramente resulta de ese Estatuto no impugnado. 

"Te negaste a hacer lo que los gobiernos de España han hecho en reiteradas ocasiones cuando negocian con sus adversarios: retirar los recursos ante el Tribunal Constitucional"

A propósito de esa nueva abolición foral por la vía del Tribunal Constitucional, al que nosotros no vamos a desobedecer a pesar de discrepar de él –no te preocupes, que no nos tendrás que regar de millones para conseguirlo- 180 ayuntamientos de esta Comunidad han aprobado mociones adhiriéndose a la petición que ha formulado la Associació de Juristes Valencians. Ayuntamientos de todos los colores, porque esta reivindicación no tiene sesgo político partidista. Esos Ayuntamientos representan por ahora a cuatro millones de valencianos que quieren que se les permita hacer esas cosas tan sencillas, del modo como legalmente procede: pudiendo legislar en materia civil.

Y está claro que igual que unos quieren, otros no quieren. Por desgracia, el más importante de los que no ha querido ha sido tu Gobierno. Te negaste a hacer lo que los gobiernos de España han hecho en reiteradas ocasiones cuando negocian con sus adversarios: retirar los recursos ante el Tribunal Constitucional. Tú no los quisiste retirar, sabiendo que eran leyes impulsadas y aprobadas por tu propio partido. ¡Que para dispararse al pie, vosotros os las pintáis solos! 

Hace unos días se acercó por aquí el Ministro de Justicia, y, al margen de su memorable respuesta sobre el corredor mediterráneo, cuando le preguntamos sobre el particular en el Club de Encuentro Manuel Broseta, contestó que lo que deberíamos hacer es ¡cambiar nuestro Estatuto! Que éste, por no querer, no quiere ni enterarse. Y además, ha declinado reunirse con el Conseller competente en la materia, que le había pedido una reunión (algunos pensamos que eso le iba en el sueldo, pero debe ser que estamos equivocados). La reunión, finalmente, ha sido en el Ministerio con los segundos escalones, y aunque probablemente la altura jurídica del encuentro haya sido mayor, queda claro lo importante: no existe la más mínima voluntad política.

Parece que tu partido, a instancias de militantes valencianos, incluyó en la ponencia política que los valencianos pudiéramos legislar en materia civil, o sea lo que ya dice nuestro Estatuto. Y según parece, el próximo domingo lo va a hacer también aquí en Valencia. Cómo en la copla, que esto del querer no tiene fin ni principio ni tiene como ni porqué: o sea, que aquí estamos dando vueltas al asunto, pero al final los platos rotos. 

Y como lo que tenía que haberse hecho no se hecho, ahora la cosa es un poco más difícil. ¿Qué nos gustaría? Una mínima reforma constitucional que finalmente garantizara esta competencia prevista en nuestro Estatuto, que tú aprobaste como diputado, pero que el actual Tribunal Constitucional dice que está fuera. ¿Qué es difícil? Si, claro, pero ya habéis hecho dos, una de ellas de mucho más profundo calado político. Y algún partido con el que has pactado te está pidiendo otra para los aforamientos. 

De todas formas, Mariano, aunque no es fácil, es mucho más barato, y te lo piden la inmensa mayoría de los valencianos.

Queda con Dios.

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