Casa Caridad alerta de la cronificación de estancias en centros de acogida 

14/12/2021 - 

VALÈNCIA. (EFE) Casa Caridad ha alertado de que las personas que acuden a sus centros de acogida temporal en València alargan sus estancias por la falta de oportunidades laborales, las dificultades para encontrar vivienda y la demora en la tramitación y aprobación de una prestación económica de la administración.

La crisis generada por el coronavirus afecta en mayor medida a las personas sin hogar, cuya pobreza se convierte en crónica, como muestra que un 60 % de beneficiarios de los centros de acogida de Pechina y el multicentro de Benicalap permanece de media en los albergues más de tres meses, cuando en 2019 era el 21 % de los usuarios.

Asimismo, Casa Caridad ha duplicado la entrega de productos básicos (alimentación e higiene) al pasar de 659 bolsas en noviembre de 2020 a 1.226 en el mismo mes de este año, y desde el inicio de la pandemia ha destinado 220.000 euros para ayudas directas a familias con el fin de evitar que caigan en una situación de sin hogar.

La gerente de Casa Caridad, Guadalupe Ferrer, ha explicado que el proceso administrativo para acceder a una prestación económica es largo, ya que consta de diferentes fases hasta su aprobación y se dilata lo que las personas beneficiarias tarden en obtener unos ingresos que les permitan encontrar una casa.

El siguiente obstáculo es la dificultad para acceder a una vivienda o habitación de alquiler, y en muchos casos las prestaciones económicas son de baja cuantía y el proceso de salida del albergue se prolonga por los precios de mercado.

También está la situación de personas que entran dentro del perfil de tercera edad o diversidad funcional, que están a la espera de asignación de plaza en residencia o en vivienda tutelada.

El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, ha apelado a la necesidad de trabajar junto a las administraciones públicas para encontrar una solución de vivienda a estas personas, ya que los centros de acogida son un primer recurso.

La entidad dispone del edificio de viviendas supervisadas Fénix Pechina, donde actualmente conviven veintidós personas, y Fénix Benicalap, con cuatro.

El servicio para recibir productos básicos (alimentación, higiene y material de protección contra la COVID-19), que se puso en marcha en marzo de 2020, ha beneficiado a 930 personas en noviembre, de las que el 40 % son españoles y el resto extranjeros, entre ellos personas venidas de Latinoamérica que quedan fuera de la atención de los circuitos oficiales.

En el último mes más de 40 personas diarias que duermen en la calle han acudido a las instalaciones de Casa Caridad para su acogimiento, y en total, entre sus diferentes servicios, ha atendido a 1.400 personas el mes pasado.

Uno de los objetivos de Casa Caridad desde el inicio de la pandemia es evitar que las personas vulnerables puedan perder su vivienda y caer en una situación de sin hogar. Para ello, ha puesto en marcha ayudas económicas directas para que familias con algún recurso habitacional puedan pagar alquileres, facturas, adquirir productos frescos en supermercados o tratamientos médicos.

Desde marzo de 2020, ha destinado cerca de 220.000 euros para ayudas directas a familias, el 40 % para vales de supermercado, el 35 % al pago de alquiler y soluciones habitacionales, y el resto a tratamientos de salud (7 %) y pago de suministros (6 %).

También se ha apoyado a las familias en la realización de cursos de formación y reinserción laboral; gastos escolares; medios de transporte; o la obtención de documentación de ayudas para el retorno a países de origen, entre otros.

Para estas navidades, ha puesto en marcha la campaña #RegalaNormalidad con el objetivo de hacer reflexionar a la sociedad valenciana sobre el concepto "normalidad" que para muchas personas es tener un empleo, un techo donde dormir o unos ingresos para pagar facturas o adquirir alimentos.

La crisis económica ha generado nuevos perfiles de usuarios, personas que han perdido su empleo o han entrado en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y ha agravado la situación de población migrante.

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