Cuando lo público es sinónimo de lo bueno, y es que los valencianos no estábamos acostumbrados a ello…
VALÈNCIA.- Muchas veces los diseñadores y las asociaciones profesionales hablamos de ‘casos de éxito’ para referirnos a compañías que apuestan por el diseño, esas que se posicionan gracias a planteamientos empresariales basados en el diseño. Tradicionalmente, en la Comunitat Valenciana se ha hablado del sector privado con especial hincapié en la industria del mueble, y las únicas menciones a lo público eran las arcaicas bendiciones a un Impiva ya desaparecido y cuyas semillas de políticas de diseño fueron ya desmanteladas.
Pero hace apenas un mes, en la gala de entrega de los Premios ADCV a la excelencia del diseño valenciano, el escenario fue testigo de un importante cambio. Y es que más de la mitad de los premios fueron entregados por personas relacionadas con la administración, y algunos de ellos fueron a parar también a encargos realizados por distintas instituciones valencianas. Hace dos años era impensable, y ahora este cambio de ciclo se ve reflejado en el diseño entrando en el panorama valenciano y en su comunicación institucional a través de los espacios públicos de la Generalitat o el Ayuntamiento de València. Y es que estas instituciones se han convertido en casos de éxito, en ejemplo para municipios y autonomías, en el paradigma y modelo del buen hacer en cuanto a contratación de diseño, casi de la noche a la mañana.
Dos años bastan para ver resultados diarios, cartelería y mupis de las ciudades engalanadas para anunciar les Fogueres, las Fallas, el 9 d’Octubre o campañas de comunicación o concienciación de regidurías y consellerias firmadas por profesionales de primera fila del diseño o la ilustración.
*Lea el artículo completo en el número de julio de la revista Plaza