Castellón pierde peso con los cambios del Consell: la 'pedrea' de secretarios autonómicos pasa de largo

CASTELLÓ. La remodelación del Botànic impulsada por el president, el morellano Ximo Puig, pasa de largo en Castellón. Ni siquiera la pedrea de las secretarías autonómicas mejora el peso provincial en el Gobierno valenciano. Al contrario, una vez concluida la reestructuración y con la renuncia de Vicent Marzà (Compromís) como conseller de Cultura y Educación, ningún cargo de relevancia lleva la marca de la terreta. Los escasos nombramientos aprobados este viernes por el Consell, y que afectan a castellonenses, se limitan al tercer escalón.

El ascenso de Clara Tirado, natural de la capital de la Plana pero afincada en València desde hace años, y Silvia Cerdà, concejala en el Ayuntamiento de Onda, como nuevas directoras generales de Cooperación al Desarrollo e Industria, respectivamente, se interpreta como un premio menor. Al menos, así lo señalan algunas voces socialistas, que confiaban en un mayor protagonismo castellonense en el reparto de carteras tras asistir a cinco cambios en las últimas semanas.

En efecto, Castellón ha pasado de ostentar hasta tres consellers durante la época del PP (Alejandro Font de Mora, Víctor Campos y Vicente Rambla en la sexta legislatura, entre 2003 y 2007) a desaparecer literalmente del mapa con la actual coalición que conforman el PSPV, Compromís y Podem-EU en la Generalitat. Ese ostracismo llama todavía más la atención si se tiene en cuenta que en el anterior mandato hubo una aportación destacable de la provincia con el citado Marzà, en Educación, y la vallera María José Salvador como titular de Vivienda y Obras Públicas, además de Puig en calidad de jefe del Ejecutivo valenciano.

Hay que descender un peldaño institucional para encontrar presencia de representantes castellonenses. El benicense Francesc Colomer (Turismo) y el morellano Andreu Ferrer (Presidencia), ambos del principal socio del Botànic, asumen sus secretarías autonómicas desde la novena legislatura. El castellonense Enric Nomdedéu, de la formación valencianista, también acumula años de experiencia en Empleo y como director general de Labora. La segorbina Gemma Fajardo (PSPV), en Justica y Administración Pública, y el valldeuxense Alberto Llorente (Podem-EU), en el área de Transparencia y Participación Ciudadana, son los que llevan menos tiempo al haber sido nombrados con el ciclo 2019-2023 ya iniciado.

En el tercer escalón la cifra de provinciales igualmente resulta significativa. Además de las mentadas Tirado y Cerdà, aparecen César Jiménez, director general de la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVha), Vicente García Nebot (Urbanismo) y Víctor García (Infraestructuras Educativas), entre otros. En cualquier caso, esa notable representación se debe a la propia estructura de las Consellerias, con numerosas ramificaciones en función de los departamentos. Por ejemplo, solo en Presidencia se contabilizan 12.

Especulaciones y quinielas

Hace unas semanas Puig anunció una reestructuración del Consell. La primera de calado desde que llegó al Palau en 2015. Empujado por los procesos judiciales, anticipó movimientos, pero sin dar más detalles. El hermetismo sobre los cambios disparó la rumorología, siendo inevitable la inclusión de algún castellonense en las quinielas. Sonó especialmente con fuerza el nombre de Francisco Toledo. Al final, ninguno de los hipotéticos entró en los planes del morellano pese a tocar cuatro carteras distintas, como son Sanidad, Hacienda, Política Territorial y Universidades.

Sin consellers, las posibilidades para Castellón de mejorar su estatus en la Generalitat se centraron en las secretarías autonómicas. Incluso, determinados sectores del socialismo dieron por sentado al menos un nombramiento, más cuando el control del president en la provincia resulta incuestionable tras la victoria de Samuel Famolir como secretario general en el mes febrero. Esas esperanzas se desvanecieron por completo este viernes cuando se conocieron las postreras designaciones.