VALÈNCIA. Diversas propuestas se han barajado sobre el futuro de las antiguas bodegas de Vinival en la Patacona (Alboraia). El uso de este espacio emblemático ha sido el centro del debate del barrio costero en los últimos años hasta el punto de ser la temática presentada como Trabajo de Fin de Máster (TFM) por el exestudiante de arquitectura Paco Chinesta, con una propuesta que genera gran expectación: la construcción de una centro de pilota valenciana.
El proyecto, denominado "Centre d'Artesans de la Pilota Valenciana", busca dar solución a uno de los puntos más estratégicos y, a la vez, más deteriorados del muncipio costero. Partiendo de las preexistencias de las antiguas naves de Vinival, la propuesta plantea una intervención urbana que integrará todo el complejo y le dotará de un nuevo programa: la promoción de la Pilota Valenciana.
El espacio será la ubicación tanto para el diseño y producción de elementos en talleres como para la misma práctica del juego. De esta forma, el centro pretende convertirse en un catalizador y foco para la promoción de este deporte tradicional, profundamente arraigado a la artesanía valenciana. El pilotari, considerado un artesano por la elaboración de sus propios guantes en la pista, encontraría en este centro un espacio ideal para su oficio.
Más allá de su valor deportivo, el proyecto "Centre d'Artesans" persigue aunar tradición y modernidad, fomentando el patrimonio cultural valenciano y revitalizando una zona degradada por el vandalismo. La idea se presenta como una oportunidad única para recuperar un deporte autóctono en peligro de extinción y crear un espacio de encuentro para la comunidad, que en los últimos años se ha visto dividida por la polémica en torno al futuro de las bodegas Vinival.
El proyecto también incluye la participación de los organismos que forman parte de la Pilota Valenciana, buscando integrarlos en esta propuesta. De este modo, el "Centre d'Artesans" pretende convertirse en el punto de referencia contemporáneo de la pilota valenciana, proporcionando espacios tanto para la práctica del deporte como para la divulgación y continuidad de las artesanías que lo rodean.
Paco Chinesta explica cómo surgió la idea para su TFM: "Me pareció muy interesante actuar sobre la zona de VINIVAL, principalmente por el atractivo que poseen estos edificios tan singulares, el poder estudiar cómo son y darles una segunda vida". "Además, otro atractivo es su entorno, la zona de trabajo era grande pero controlada, lo que en un principio permitía experimentar con gran diversidad de soluciones",añade el arquitecto.
La idea de este trabajo surge de una primera propuesta de realizar un Centro de Artesanos, dedicado a una o varias artesanías. En ese momento, Chinesta comenzó a buscar cuál podría ser la artesanía más idónea, teniendo en cuenta todos los condicionantes del lugar, tanto preexistencias como el entorno más próximo.
"El pilotari com a artesà i el trinquet com a centre d'artesans".
Inicialmente, en Alboraia parecía lógico que las primeras ideas se dirigieran a la producción de horchata o, más ampliamente, a la gastronomía. Sin embargo, Chinesta quiso ir más allá y explorar otras alternativas. "Una vez todo bien analizado, me parecía muy interesante dedicar el Centro de Artesanos a algo muy propio de los valencianos y que aún hoy en día sigue siendo sinónimo de artesanía por todos lados. Se trata de la Pilota Valenciana, el deporte autóctono", confiesa el arquitecto. Con esta idea en mente, todo encajó para Chinesta, inspirándolo con la frase: "El pilotari com a artesà i el trinquet com a centre d'artesans".
Al observar tanto la forma como los colores del edificio más representativo, con esos paramentos curvos de fábrica de ladrillo caravista marrón, Chinesta recordó los dedales utilizados para practicar una de las modalidades del deporte, el raspall. Este edificio, que se hizo pensando en representar unos depósitos, en su nueva vida cobraría un nuevo significado, los dedales, transmitiendo el contenido de este edificio tan rotundo.
Otra preocupación que llevó a Chinesta a centrarse en la Pilota Valenciana fue la falta de lugares donde los pilotaris pudieran entrenar y practicar este deporte, ya que en la capital solo existen dos trinquets y en Alboraia, ninguno.
La actuación propuesta busca diluir el impacto de los edificios en planta baja, consiguiendo una permeabilidad que permita diferentes recorridos a través de ellos. Esto se logra situando en las partes bajas de los edificios unos volúmenes que acercan los diferentes edificios entre sí, transformando los grandes espacios exteriores industriales en zonas más controladas por la escala humana.
El edificio principal lbergará un trinquet representativo, zonas de gimnasio, vestuarios, aulas, salas de conferencias y prensa, y todo lo necesario para los espectadores. También contendrá la sede de la federación de pilota valenciana, una tienda gestionada por ellos, un museo para la divulgación del deporte y una zona dedicada a los artesanos de la pilota.
Por otra parte, el segundo edificio contendrá una serie de trinquets en paralelo que permitirán jugar varias partidas al mismo tiempo. Además, incluirá una zona de bar-restaurante, un binomio inseparable en la cultura de la pilota valenciana. Finalmente, el tercero y más pequeño, se destinará a una residencia para los pilotaris.
El proyecto también contempla la creación de espacios públicos que permitan la práctica de partidas de pilota, tanto improvisadas como programadas, completando así el concepto del "carrer com a espai de joc".
En el debate sobre el futuro de las bodegas Vinival, algunos vecinos abogan por la conservación de este patrimonio industrial, mientras que otros apuestan por un desarrollo urbanístico que dinamice la zona. La dicotomía entre la preservación del legado histórico y el progreso en el desarrollo urbano se pone de manifiesto en las distintas voces que intervienen en el debate.
Sin embargo, la propuesta del "Centre d'Artesans" parece ofrecer un equilibrio entre ambas posturas. Al integrar las antiguas naves en un proyecto innovador y sostenible, se preserva la memoria histórica del lugar mientras se le da un nuevo uso que beneficia a la comunidad. De esta forma, la Patacona podrá recuperar su esplendor y convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible y respetuoso con el patrimonio cultural.
El proyecto del centro de Pilota Valenciana en las bodegas Vinival representa una oportunidad única para revitalizar la Patacona y darle un nuevo impulso. “Aportar más ideas para intervenir sobre esta zona puede encontrar la mejor solución posible para todos”, recalca el ya arquitecto. La combinación de tradición y modernidad, deporte y cultura, patrimonio y desarrollo, tiene el potencial de convertir este espacio en un referente cultural y social para Alboraia y toda la comarca de l'Horta Nord.