VALÈNCIA. Los 'chicharros' se han convertido en los grandes animadores de un tiempo a esta parte en la bolsa española. Muy especialmente en las últimas fechas ante el fortísimo ritmo impuesto por los especuladores de turno sobre este tipo de valores, que se traduce en espectaculares movimientos y explosivos volúmenes sin noticias que justifiquen tales oscilaciones más propias del mercado de divisas.
Antes de ayer las mayores (y espectaculares) caídas de todo el Mercado Continuo se dieron entre este tipo de valores, con Amper viviendo un auténtico 'martes negro' como contó este diario. A la tecnológica madrileña, que se desplomó un 23,38%, le siguieron Deoleo (-15,38%), Montebalito (-14,93%), Grupo San José (-13,54%), Sniace (-12,37%), Dogi (-11,36%), Abengoa (-10,91%), Biosearch (-10,53%) y Fersa (-10,40%), por citar las que sucumbieron a doble dígito.
Pues bien ayer miércoles sucedió todo lo contrario, es decir, las mismas -salvo alguna excepción como Abengoa- rebotaron con fuerza haciendo las delicias de los especuladores, que con un puñado de euros mueven a su antojo estas compañías. Todo ello con volúmenes de contratación muy por encima de su media diaria anual.
Al frente de los avances se situó precisamente Amper (+18,78%) acompañado por Sniace (+18,24%), Deoleo (+12,12%), Fersa (+6,25%) y, entre otros, Coemac (+6,06%). Todos ellos cotizan actualmente por debajo del euro, lo que en la jerga se conocen como 'penny stocks'. O 'chicharros', que al fin y al cabo vienen a ser lo mismo.
Pese a no tener un origen concreto, hablar de ellas es hacerlo de compañías de baja capitalización -que atraviesan o han atravesado situaciones económicas complejas-, sujetas a fuertes fluctuaciones porque son poco líquidas -y cuando entra dinero o papel lo acusan-, con elevadas volatilidades y, entre otros aspectos, suelen estar ligadas a un ciclo económico.
Las mismas que de golpe y porrazo -y sin ningún motivo aparente más allá de la propia especulación- se disparan espectacularmente. O caen en picado como sucedió antes de ayer con Amper (ver gráfico adjunto) donde ni siquiera la empresa encontraba una respuesta a semejante e histórico desplome... como tampoco ayer al fuerte rebote claro.
"Hay que ir con pies de plomo al operar con este tipo de valores porque hay que asumir muchos riesgos al tratarse de empresas muy estrechas. Lo difícil no es comprar sino vender y más si hay que hacerlo de forma rápida porque no tienen la liquidez que las del Ibex 35 y las órdenes se ejecutan a muchos precios (si se ejecutan claro), incrementando así los gastos de la operativa", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil consultada por este diario.
"Se está viviendo una auténtica 'fiebre' en torno a los 'chicharros', que me recuerda a aquellos de finales de los 80 y principios de los 90 como Dimetal, Papelera Española, Nueva Montaña Quijano, Bami... y ninguna sigue en pie por cierto", añaden las mismas fuentes insistiendo en "no dejarse llevar por las proclamas de los especuladores de turno que inflan el precio y cuando consideran que está muy arriba comienzan a vender atrapando a no pocos pequeños ahorradores". Avisados quedan.