opinión

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, no resuelve

Hizo alusión en varias ocasiones a su famoso 'data dependant', haciendo visible que analizará las variables macroeconómicas de manera continua

29/01/2024 - 

MADRID. Tras los últimos comentarios de la máxima responsable del Banco Central Europeo (BCE) en el foro económico de Davos, con los que prácticamente confirmó el primer recorte de tipos en verano -junio o julio-, había expectación con la reunión del pasado 25 de enero. El motivo no era otro que se explicara más al respecto y, quizás, añadir algún comentario o matiz en sus palabras que aportaran una mayor claridad para con la política que quieren llevar a cabo en este 2024.

Las conclusiones de dicha reunión son que el BCE mantiene los tipos de interés en los niveles actuales. El organismo presidido por Christine Lagarde deja las tres principales referencias del precio del dinero (tipo de depósito, de préstamo y el marginal de crédito) sin cambios y con esta ya encadena tres pausas en los tipos. Previsiblemente veremos recortes de tipos en este 2024; de hecho el mercado descuenta hasta cuatro disminuciones y un 70% de posibilidades de que el primero se produzca en la reunión prevista para el mes de abril. Mientras tanto, seguiremos con la tasa de depósito en el 4% y la de préstamo (la más importante) en el 4,5%.

En su comparecencia posterior, Lagarde hizo alusión en varias ocasiones a su famoso 'data dependant', haciendo visible que analizará las variables macroeconómicas de manera continua para tomar decisiones en consonancia; y de la misma forma nos emplazaba a ir reunión por reunión. Los periodistas insistieron, pero ella no desveló la fecha exacta del inicio de los recortes de tipos ni quiso dejar frases definitivas para la hemeroteca, como sí le sucede con cierta frecuencia a su homólogo Jerome Powell.


Por otro lado, salió a la palestra el delicado tema de la confianza de los trabajadores del organismo en su presidenta, y nos permitió ver la versión más tajante de Lagarde. Lo hizo tratando de cerrar filas con respecto a la unión de sus miembros y a la satisfacción laboral que tienen, añadiendo además que están ahí para servir a los europeos.

La presidenta nos trasladó verbalmente un listado de los parámetros a los que presta atención y que van más allá de la inflación. Lagarde citó los precios de las materias primas energéticas, los cuellos de botella en las cadenas de suministro, las tensiones geopolíticas en el Mar Rojo, las dificultades para el transporte marítimo… 

Presiones salariales

Pero de todos ello incidió repetidamente en el que se ha convertido en el foco del debate, y no es otro que las presiones salariales. Este indicador es, a priori, el principal motivo por el que el BCE sigue aplazando los recortes de los tipos de interés. Y, el pasado miércoles, se pudo apreciar como Lagarde lo hacía responsable del ralentizado ritmo de descenso de la inflación subyacente.

En paralelo, parece que la subida en el coste laboral es la variable clave de los próximos meses mientras la economía de la 'locomotora europea', Alemania, ya ha mostrado una contracción del 0,3% en 2023 y pone la voz de alarma para los próximos datos de la Eurozona a los que tendremos que estar muy atentos.

Adrián Hostaled es analista de XTB

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