Cinco ciclos extienden su programa este verano para ejercer la sana costumbre de no ver conciertos en pantallas gigantes
VALÈNCIA. Cuentan los más viejos del lugar que hubo una época, justo después de que los dinosaurios reinaran en la Tierra -y un poco antes de que lo hicieran los festivales-, en la que los veranos se pasaban sin la necesidad de elegir al festival en el que depositar tu peculio destinado al ocio estival. Esa época se ha ido para no volver, aparentemente. Sin embargo, siempre siempre siempre -o casi siempre- existen alternativas al ocio predominante. Surgidas lejos de las fronteras del establishment cultural y del esparcimiento oficial, y en más de una ocasión muy lejos del eje costero-festivo y del circuito más transitado, estas alternativas se asoman con la excepcionalidad del salvavidas flotando en medio de un naufragio.
Desde ya -y un poco antes-, y hasta el final del verano, Nits al Castell, Singin’ In The Cave, Etnomusic Estiu, Sons al Botànic y Live The Roof, entre otros, ofrecen un camino diferente al que significa recorrer el cemento o el césped de un festival de música como destino vacacional. Maika Makovski, Alberto Montero, Maria Arnal i Marcel Bagés, Marinah, Carmen Boza, Perico Sambeat y Juan Perro son algunos de los nombres a apuntar en el calendario del verano al margen de los festivales.
El de Nits al Castell es, con total probabilidad, uno de los clásicos en cuanto a citas estivales con la música en la Comunitat. Este año cuenta, además, con la mejor propuesta del verano. La ventaja de contar con la red de seguridad de un ayuntamiento como el de Xàtiva propicia que el ciclo se pueda permitir ciertas alegrías presupuestarias; propicia, también, que se haya visto relacionado -Alfonso Rus mediante- con personajes envueltos en casos de corrupción como el de Imelsa. Casualmente, ha sido desde la salida de Rus del consistorio, cuando el programa de Nits al Castell se ha quitado la caspa que hacía acto de presencia en determinadas ediciones durante los últimos 20 años.
A Malú, Pitingo, Amaia Montero, Farruquito, David de María, Lolita o José Manuel Soto, en las últimas dos ediciones les han sucedido Sílvia Pérez Cruz, Manel, Iván Ferreiro, Estrella Morente o Marlango. Ni tan mal. Un año después de celebrar su vigésimo aniversario, Nits al Castell ofrece el que probablemente sea su mejor cartel musical hasta la fecha. Al concierto inaugural de Raimundo Amador hay que sumarle los de Els Amics de les Arts (14 de julio), Maika Makovski & Brossa Quartet (21 de julio), Maria Arnal i Marcel Bagés (21 de julio), y Juan Perro (28 de julio). El sello del trabajo de una agencia como Pro21 junto a la administración pública se deja ver especialmente en citas como la del 21 de julio: el doble concierto de Maika Makovski & Brossa Quartet junto a Maria Arnal i Marcel Bagés está destinado a ser una de las citas del verano de 2018.
Nota del autor: por si queda alguien que en el último año no haya visto a Maria Arnal i Marcel Bagés en concierto -¿queda alguien?-, el dúo también forma parte del programa musical de Sagunt a Escena, donde actuarán el 28 de agosto.
La citada Maika Makovski es uno de los nombres del programa de conciertos caniculares de esta temporada en la Comunitat. Singin’ in the Cave es una de esas propuestas que encajan a la perfección con la urgencia vital de abandonar la civilización e irse a vivir a una cueva. Al menos durante un rato. Su programa en les Coves de Sant Josep (Vall d’Uixó) es, en los últimos tiempos, una de las mejores alternativas a sudar rodeado de desconocidos bajo el sol de las seis de la tarde: un concierto en la Sala de los Murciélagos (uno de los lagos más grandes de las cuevas), desenchufado y desde una balsa, y sin los aprietos térmicos y físicos de un gran festival.
En la línea de anteriores ediciones -en las que han contado con Enric Montefusco, Gener, Tórtel, Maria Arnal i Marcel Bagés o Ramírez Exposure-, la programación de Singin’ in the Cave vuelve a echar mano del folk pop menos agresivo y mejor considerado. Al de Maika Makovski (20 de julio) y el próximo de June’s Kaleidoscope (13 de julio) -ambas con las entradas agotadas desde hace tiempo-, habría que añadir los conciertos de Joana Serrat (3 de agosto), Alberto Montero (31 de agosto) y Coque Malla, que pondrá el broche al ciclo el 21 de octubre.
Existen soluciones lejos de castillos y cuevas con las que saciar la falsa necesidad de mezclarse con una multitud para terminar viendo un concierto en un par de pantallas gigantes. Escenarios más prosaicos sin que haga falta salir de la ciudad. De día, gente medio muerta caminando por la acera, más caliente que una cerilla; por la noche, como cantaban The Lovin’ Spoonful, es otra cosa completamente diferente. El Museu Valencià d’Etnologia ha previsto una docena de conciertos que acaban el 21 de septiembre y que, cada noche a partir de las 22 horas, se celebrarán en los patios del Centre Cultural de la Beneficència: el Etnomusic Estiu 2018.
En el programa de conciertos -de entrada libre hasta completar aforo-, que deja ver la mano de Paco Valiente en la coordinación artística del museo, hay desde son cubano a afrobeat, folk-pop de cosecha nacional, swing, música de raíces balcánicas o jazz. El peso evidente del atractivo del Etnomusic Estiu 2018 reside fundamentalmente en los conciertos de Perico Sambeat (14 de septiembre), Marinah -ex Ojos de Brujo- (31 de agosto), Juan Zelada (27 de julio) y Jóvenes Clásicos del Son (3 de agosto).
Otras alternativas a las aglomeraciones de festival vienen de más atrás y tienen en verano el último tramo de sus programas. Es el caso de las nuevas ediciones de Sons al Botànic y Live The Roof. Los primeros, que inauguraron 2018 con el concierto de Nudozurdo en abril, cuentan todavía con tres citas más hasta el final de la canícula. Carmen Boza y Tulsa interpretarán sus últimos discos, el 13 de julio y el 21 de septiembre, respectivamente; la primera se encuentra inmersa en la gira de presentación de su colección más importante hasta la fecha tras desvincularse de Warner, y la segunda cerrará el ciclo con uno de los mejores discos del año como excusa. Entre las dos, Maga, el 24 de agosto.
Otro de los ciclos, clásicos instantáneos del verano en la ciudad, es el Live The Roof; ese programa de conciertos auspiciados en azoteas de hoteles. Un escalón por debajo, a nivel de programación, con respecto a otras ediciones, el Live The Roof de este año se ha trasladado al Veles e Vents (donde comparten programación con propuestas como la de Dijous al Veles, con Indian Hawk, Les Femmes o Sempere): El Kanka -que ya ha agotado las entradas para su concierto del 1 de agosto- y Lichis (15 de julio) completan, por el momento, un cartel enteramente masculino y del mismo corte pop-rock.