VALÈNCIA. El PSPV-PSOE celebrará los próximos 22, 23 y 24 de marzo en Benicàssim su congreso extraordinario. Un cónclave que servirá para escenificar el adiós del hasta ahora secretario general, Ximo Puig, y bendecir la llegada de la ministra Diana Morant como nueva líder de los socialistas valencianos.
Un relevo que, sin perjuicio de los conceptos y valores clásicos del partido, implicará algunos cambios sustanciales en la manera de conducir esta fuerza política y también de la forma en la que es percibida. Algo lógico en cualquiera transición de liderazgo.
Una de las primeras novedades en el discurso de Morant que se ha podido comprobar en las últimas semanas es su mano tendida al líder de Ens Uneix y alcalde de Ontinyent, el exsocialista Jorge Rodríguez. Un dirigente en su día apartado por el PSPV a raíz del denominado 'caso Alquería' del que fue exonerado definitivamente el pasado año tras cinco años y medio investigado.
En las elecciones locales del año pasado, Ens Uneix consiguió de forma ajustada el diputado provincial de la Vall d'Albaida , que a la postre fue decisivo para inclinar la balanza de la Diputación de Valencia, donde existía un empate entre los bloques de derecha (PP y Vox) e izquierda (PSPV y Compromís). Pese a que muchos daban por hecho que Ens Uneix, de corte progresista, llegaría a un acuerdo con la formación socialista, las negociaciones no llegaron a buen puerto. El aspirante del PSPV a presidir la corporación provincial, Carlos Fernández Bielsa, vio como la representante de Ens Uneix, Natàlia Enguix, se votaba a sí misma -tal y como había advertido- en el pleno de constitución, lo que provocaba un empate que convertía en presidente al candidato del PP, Vicente Mompó, al ser el aspirante que había logrado más votos en las urnas.
El pleno terminó con escenas de tensión. Afines a Bielsa profirieron algunos insultos y gritos sobre Rodríguez a la salida de la sesión, lo que terminó de resquebrajar la relación que en el pasado había tenido el líder de Ens Uneix y varios de sus colaboradores con las siglas socialistas.
En aquel momento, se establecieron multitud de teorías sobre lo ocurrido, al margen de las versiones oficiales que se manifestaron respecto a la posición mantenida por el partido de la Vall d'Albaida. Uno de los motivos que se esgrimió desde esta fuerza política fue, precisamente, el liderazgo de Ximo Puig en el PSPV. Rodríguez y los suyos no perdonaban que el entonces presidente de la Generalitat le hubiera apartado de la Diputación y que posteriormente le hubiera presionado para que sino no se presentara a la alcaldía. Más aún, abundaban en que tras la absolución, el líder socialista tampoco tratara de restituir públicamente a Rodríguez, además de afearle también que hubiera ascendido en varias ocasiones a la ahora secretaria de Estado Rebeca Torró (en su momento nombrada consellera por Puig y, tras perder la Generalitat, portavoz en Les Corts), que en el pasado fue la mano derecha de Rodríguez.
De hecho, desde Ens Uneix, llegó a transmitirse a Bielsa y su entorno que Rodríguez podría replantearse el cambio de apoyos en la Diputación cuando Puig dejara de ser líder del PSPV, lo que contribuyó a generar una corriente de opinión de que el pacto fallido en la corporación se debía a la animadversión de Ens Uneix por el ya expresidente de la Generalitat. Una versión que caló a medias en la formación socialista, donde en líneas generales consideran que Rodríguez simplemente, vio unas condiciones más ventajosas en pactar con el PP.
Esta última tesis es la que ha terminado de imponerse por la vía de los hechos. Es más, ya hace casi tres meses que Puig hizo pública la convocatoria de un congreso extraordinario que incluía su retirada del liderazgo y hace semanas que se conoció que Morant sería la nueva secretaria general ante el acuerdo con los otros aspirantes.
Desde ese momento, la ministra ha hablado de poder "restaurar el daño" hecho a Rodríguez y también sobre su deseo de que "haya oportunidad" de hablar sobre la Diputación. Una oferta que, de una manera más vehemente, realizó Bielsa días atrás: "Aspiramos a que Jorge Rodríguez deje de gobernar con el PP y con Vox -partido que les apoya en el gobierno de la Diputación- y gobierne con los partidos progresistas que queremos seguir mejorando la vida de la gente. Cuanto antes mejor". Desde Ens Uneix, ya han respondido en privado y públicamente: "Estamos contentos y no tenemos ningún problema de gobierno con el PP".
Pero, ¿cuáles son las razones por las que Ens Uneix no romperá con el PP en la Diputación pese a que el PSPV haya cambiado de líder y mostrado interés en retomar la relación?
-Inversiones. Desde el principio del acuerdo con el PP y, especialmente, tras entrar a formar parte del gobierno de la Diputación a través de la vicepresidencia que ostenta Natàlia Enguix, Ens Uneix varió su discurso basado en las rencillas con el PSPV y reenfocó los motivos del pacto hacia las inversiones en su comarca. Bien es cierto que si los socialistas hubieran gobernado, también habrían cedido a esas peticiones, pero la ventaja del pacto con el PP reside en que la Generalitat también puede implicarse en las reivindicaciones de Ens Uneix en la comarca. Algo que ya se vio en la visita que realizó el jefe del Consell, Carlos Mazón, a Ontinyent, que acompañó con un compromiso para acelerar la puesta en marcha de todos los servicios del hospital, entre otras cuestiones.
-Desgaste amortizado. El PSPV insistió mucho tras la pérdida de la institución en las explicaciones que debería dar Ens Uneix a sus votantes por haber facilitado al PP gobernar la institución junto al apoyo prestado por Vox. Sea cual fuere ese desgaste inicial, puede considerarse amortizado. Esto no descarta que pueda pasar factura a futuro si surge alguna polémica, pero la lógica indica que si las decisiones que se adopten desde la Diputación durante el mandato benefician visiblemente a Ontinyent y a la comarca, ese supuesto impacto quedaría minimizado.
-Buena sintonía entre Rodríguez y Mompó. Una clave en este tipo de alianzas de gobierno son las relaciones personales. La percepción, más allá de la cordialidad política habitual, es que el trato entre Rodríguez y el popular Vicente Mompó, es más que bueno. Es más, los encuentros en los que ha participado Mazón también han generado la sensación de que existe en líneas generales una favorable sintonía. Esto contrasta con las relaciones con el PSPV, la fuerza que podría gobernar la Diputación si Ens Uneix decidiera dar un vuelco. Rodríguez y los suyos no parecen tener especial simpatía por Bielsa -especialmente tras la investidura fallida- y respecto a Morant les genera recelo su proximidad con referentes del PSPV cercanos a Puig como José Manuel Orengo, de Gandia, con quien trabajaron en su día en la Diputación precisamente antes de que estallara el 'caso Alquería'.
-Libertad para desmarcarse de Vox. Esta fue una de las condiciones puestas por Ens Uneix en su pacto con el PP: dejaron claro que el partido de ultraderecha no debería estar en el gobierno y también avanzaron que no votarían propuestas con las que no estuvieran de acuerdo aunque significara ir también contra la formación popular y viceversa. Esto ocurrió recientemente, con una moción a favor de la defensa del plurilingüismo en las aulas que salió adelante con los apoyos de PSPV, Compromís y Ens Uneix. Una discrepancia pactada y advertida que no generó tensión con el PP.
-Concesiones en puestos estratégicos. Otro punto a favor para que el acuerdo resista es el apoyo del PP para que Ens Uneix asuma determinados cargos estratégicos. Días atrás, el diario Levante-EMV informaba del nombramiento de Jorge Rodríguez como vicepresidente de la Comisión de Consumo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), entidad presidida por el PP. Antes, Mompó les había cedido el control de Egevasa (estratégica para Ens Uneix por su influencia en su comarca).
Al margen de todas estas razones, Ens Uneix se encuentra inmerso ahora en el impulso a la alianza de partidos locales independientes. Un proyecto de ámbito nacional con el que aspiran también a presentarse en las elecciones autonómicas.
Una maniobra que preocupa tanto a PSPV como a Compromís, que consideran que si esta fuerza política se articula adecuadamente, puede afectarles tanto en los comicios locales como autonómicos. Es más, especialmente en la formación socialista, la maniobra les recuerda al PSI vinculado en su día a Rafael Blasco, que supuso una pérdida de votos para el PSPV años atrás.
Un proyecto que, los distintos analistas coinciden, creen que al margen de sus objetivos legítimos, puede beneficiar al PP en términos demoscópicos.