Entrevista

Murcia Plaza Cultura

Jaime Lorente: "Cuando habitas lugares oscuros como la trata de mujeres, no entras de golpe"

  • Jaime Lorente en un fotograma de la película.

El actor murciano vuelve a la gran pantalla. Lo hace en un papel muy distinto al que le dio la fama, ese ladrón de buen corazón que era su personaje, Denver, en La casa de papel. Hace ya unos años de eso, pero Jaime Lorente no olvida que tanto la serie de ladrones como Élite, ambas con el sello Netflix, dieron un vuelco sideral a su carrera. Tampoco olvida sus orígenes, reivindicando esa escuela de interpretación que son las series diarias, como El secreto de Puente Viejo, en la que participó hace casi diez años.

 

Jaime Lorente estrena Hamburgo, un thriller ambientado en los bajos fondos donde el entorno y el paisaje turbio que rodea a los protagonistas es un personaje más. Interpreta a Germán, un tipo con poca suerte que se ve obligado a ejercer de taxista para su amigo proxeneta. En su nuevo trabajo encontrará a Alina, una mujer también con poca suerte que persigue lo mismo que él: huir de ese mundo en el que se han visto atrapados.

 

 

Estrenas Hamburgo, que está ambientada, bueno, en la trata de mujeres, que es un tema, por decirlo suave, muy turbio, ¿no? Es difícil, digamos, para, claro, para la gran mayoría de la población aproximarse porque desconocemos ese mundo.

 

Bueno, incluso para mí mismo, ¿no? Sí. he trabajado como actor de representar a un personaje que comparte este conflicto tan terrible, es súper delicado. Porque hay algo en el estómago que se te despierta. Primero por la desinformación que hay, empiezas a indagar y descubres lugares terribles y peligrosos y, al final, uno tiene que interpretar más o menos eso y es complicado. Yo creo que la película navega en este contexto y a través de este contexto también se cuenta la historia y la profundidad de unos personajes.

 

Para el que vaya a ver la película, le advertiría de alguna forma de que es una película de personajes. Que no esperen, aunque está en clave thriller, una americanada. Lo que importa es la historia tanto de tu personaje, de Germán, como el de la actriz rumana, Ioana Bugarin.

 

Sí, al final eso es fundamental. Es el reflejo del interno de unos personajes que están viviendo una situación en un contexto súper complicado como es el de la trata, ¿no? Ese es el ejercicio de la película.

 

El tema es muy complicado porque al final es comerciar con personas que, pues, parece sacado de otro siglo. No sé cómo te sentiste al leer el guion. Si sentiste miedo de que esto pueda estar pasando hoy en día, respeto por acercarte a una historia tan sensible o directamente asco.

 

Bueno, primero el descubrimiento que supone este mundo. Uno mismo no sabe que estas situaciones están pasando. Uno empieza a investigar y se da cuenta de que hay lugares donde todo esto se sigue permitiendo, entonces eso es terrible. Y al final encarnar personajes que conviven con estas cosas es muy difícil. Es una cuestión muy difícil. Solo a través de la información y de conversaciones con Lino, que hizo un trabajo previo brutal, pues hemos llegado a representar este mundo desde una forma muy objetiva.

 

Este tipo de personas se mueven precisamente en la oscuridad, con lo cual para nosotros es muy muy difícil conocerlos. ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de todo este mundo?

 

Me ha llamado muchísimo la atención, primero, el hecho de que sigan existiendo estos procesos de trata, que es una barbaridad. Luego, las dinámicas que utilizan para que esto siga vivo. Cómo todo corresponde a la tipología de hombres que se dedican a enamorarlas, que empiezan a pedir favores, que se empiecen a prostituir porque ellos necesitan cubrir una serie de deudas, y al final van por lo emocional hasta que la enganchan y las convierten en presa en trata. Esos protocolos instaurados para terminar con la vida de esta persona me parecen terrible.

 

¿Cómo te preparas para un papel así, sin caer en los clichés que podemos tener todos de este mundo?

 

Pues mira, al final es que hemos tenido un proceso, un ensayo brutal. Primero, el trabajo de información de Lino, sobre este tema, para tener muy claro el contexto. Y luego, al final, ha sido un trabajo de, bueno, normalizar, aunque suene terrible, el contexto de los personajes para saber qué son y por qué son.

 

Al final, mi personaje fue la primera edición y hemos construido desde la huida, desde un hombre que huye de sí mismo por miedo a mirarse en el espejo y reconocer lo que es. Y como en esa huida de sí mismo termina dándose con su propia realidad, la realidad que ha creado y a la que ha vuelto. Hemos intentado ir a lo sensible, hemos intentado, sin trabajar en la emoción, sí respetarla mucho y sí construir un personaje desde la sensibilidad, no tanto del cliché.

 

Con tu personaje debes tener una actuación muy contenida porque él se comporta así. Es un mundo que no le gusta, él no está cómodo. Ha caído ahí porque no tenía otra salida.

 

Cuando uno habita en lugares tan oscuros, uno no entra de golpe. Va dando pequeños pasos en su vida, esos pequeños pasos le van llevando hacia la oscuridad y de repente ya se encuentra en un lugar sin luz, ¿no? ¿Y qué pasa? ¿Qué es lo peligroso de estos mini pasos? Que al final tú vas normalizando poco a poco, ¿no? Quizás si fuese un personaje al que lo hubiesen metido ahí de golpe, se saldría porque toda esa realidad le choca.

 

Cuando tú vas entrando en esos lugares pasito a paso, eso se va normalizando de a poco y al final terminas habitándolos. Y al final, si los habitas, los defiendes, ¿no? Por mucho que tú estés en contra. Al final, si hay un conflicto interno, si miras como actor hacia el personaje, pues sí, vale, a lo mejor es un personaje muy sensible, pero está aceptando de alguna forma esa realidad, ¿no? Porque la está compartiendo y forma parte de ella.

 

  • Jaime Lorente en un fotograma de la película. -

 

Eres uno de los nombres más conocidos de nuestro cine y de nuestra ficción principalmente por dos series en las que tuviste la suerte de participar, como son Élite y La Casa de Papel, que fueron éxitos rotundos, no solo en España, sino en todo el mundo. ¿Cómo llevaste este cambio de estatus?

 

Pues mira, lo he llevado como he podido, ¿no? Ahora estoy en un momento de agradecimiento con respecto a eso porque sé que me ha dado cosas muy bonitas y sé que sigo trabajando gracias también a lo que he significado en esos momentos. Pero de golpe

no me pude acostumbrar, no pude normalizarlo, fue a través de mucha terapia y de mucho también conflicto conmigo mismo. Uno pierde un poco la perspectiva de quién es, uno pierde su definición, porque de repente se convierte en el personaje y todo el mundo le llama por ese nombre, y se mira con sus ojos, entonces uno se siente un poco perdido. Hay que hacer un ejercicio de encuentro con uno mismo y, bueno, si eres responsable contigo y con tu vida, pues al final encuentras lo positivo, ¿no? Pero sí que es verdad que es fácil perderte cuando tienes una exposición tan grande.

 

¿Cómo viviste ese cambio del éxito brutal en Latinoamérica? Empieza a venir una fama brutal desde allí y eso como que tiene su eco expansivo en España.

 

Bueno, pues es una alegría tremenda. Al final de alguna forma uno ya había pasado el duelo de cerrar una serie que a nivel personal había significado tanto para todos…No la amamos por lo que se ha convertido después. Es que el proceso de hacerla fue muy especial y todos los que compartimos ese rodaje, sin saber aún si iba a ser un éxito o no, hicimos una comunión súper bella. Entonces ya habíamos pasado ese duelo de haber cerrado una etapa importante y esa segunda vida, pues fue una alegría tremenda.

 

 

La fama te llega fuerte, como decimos, con La Casa de Papel y con Élite, pero tú ya llevabas un tiempo curtido en esto y habías participado también en una serie que no te dio tanta fama, pero yo creo que sí te dio muchas tablas en esto, que fue El Secreto del Puente Viejo. ¿Qué lecciones saca un actor de trabajar en una serie diaria, que son tantos capítulos, tantos rodajes, me imagino que muchos días de grabación? ¿Qué gana un actor participando en una serie de este tipo?

 

Pues mira, yo soy un grande sensor del trabajo de las diarias, y la admiración que tengo hacia los equipos que las llevan a cabo. Primero porque son equipos muy resolutivos. Luego, a nivel actoral, creo que te dan unas tablas que ningún otro sitio podrá llegar a tener. O sea, el volumen de trabajo te hace coger una línea rápida. Ahora, en la trayectoria del trabajo, hay mucha gente que no puede llevarla a cabo. He visto compañeros que han dicho, no puedo, esto es demasiado para mí, y la han dejado. Yo tengo un respeto y una admiración súper grande.

 

Sí, claro, porque al final son series que la sigue mucha gente, por eso se hacen y por eso se venden, y ahí están los datos de audiencia de muchas de ellas, pero que quizás para el gran público están un poco denostadas de alguna forma, tú lo sabrás bien, pero es un poco lo que dices, ¿no? Primero que os da mucho trabajo, porque ha trabajado muchísima gente, y segundo que os da muchas tablas.

 

Creo que siempre hay un complejo, ¿no? Hay tanto desconocimientos de cómo se hacen las cosas. Si hubiese más conocimiento, la cosa cambiaría. Además, a mí me gustaría verlos sacando una diaria adelante.

 

¿Crees que el éxito de series como La Casa de Papel, que encima gana un Emmy, ayuda a acercar al público más escéptico con el cine español?

 

Sí, pero ayuda porque también hubo un montón de trabajos previos que gracias a ellos se pudo hacer una ficción como La Casa de Papel. Creo que, en España, desde hace muchísimo tiempo, hemos trabajado para mejorar el mundo que tenemos a la altura de otros países, y esto es una demostración.

 

¿Tú siempre quisiste ser actor o más bien artista? Lo digo porque como también has escrito poemas, cantas, actúas…

 

Mira, a mí me sigue dando un poco de vergüenza definirme algo. Si me definiese algo, diría actor porque mi formación es esa. No por el trabajo, sino me defino más por mi formación que por el trabajo que desempeño. Hay cosas que me nacen, que me generan preguntas, y pues actuando o de otra forma me gusta tratar de resolverlas. Entonces no me defino nada en concreto.

 

Lo digo también porque muchas veces uno tiene el sueño de pequeño o cuando tiene conciencia de yo quiero ser actor, pero claro, en tu caso, por lo que veo, tus inquietudes han sido muy variadas.

 

Sí, siempre han sido así, pero me pasa con todo en la vida. Me pasa con los deportes, me pasa con la comida, me pasa con las relaciones. Ahora no porque ya mi vida es muy estable, pero sí, sí, siempre he sido muy inquieto.

 

Esto es algo también que le pregunto sobre todo a gente fuera de Madrid. ¿Veías muy lejos el poder vivir del arte o de la actuación, empezando desde Murcia?

 

¿Sabes qué pasa? Que mi vocación con respecto a eso no ha sido conquistar un lugar concreto, sino ser algo en concreto. Y creo que en ese ejercicio de querer ser o de ser simplemente, las cosas positivas llegan. Pero ahora mismo, por ejemplo, yo jamás me puse los objetivos materiales que están relacionados con conquistar una serie de lugares en mi mente. Ahora mismo sí creo que hay mucha gente que nos vende esa puta mierda. Creo que hay mucha gente que está poniendo el foco en lo material solo y eso me parece tremendo.

 

Además, sobre todo en vuestra profesión, se lo escucho mucho principalmente a Javier Gutiérrez, hay un 92% de paro entre los actores.

 

Sí, es increíble. A veces me cuesta mucho gestionar cómo estoy tomándome un café con un amigo, que ya considero amigo, que se dedica a lo mismo que yo, pero su vida es absolutamente diferente. ¿Cómo un mismo trabajo puede tener versiones tan distintas?

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo

Óscar Bernàcer se pasa a la ficción con el "thriller rural" 'En l'eixam'
El film valencià 'La invasió dels bàrbars' inaugura el FICCAT