VALÈNCIA. La recuperación del carácter residencial de Ciutat Vella está en juego en el Plan Especial de Protección (PEP) del distrito que el Ayuntamiento de València, y concretamente el área de Desarrollo Urbano del socialista Vicent Sarrià, está elaborando. Presentada ya la versión preliminar, se encuentra ahora en un período de exposición pública en que vecinos e interesados pueden presentar las alegaciones que consideren hasta el 26 de septiembre con el objetivo de acabar de pulir el texto. Y Amics del Carme presentará las suyas, entre las cuales pedirá que tanto Giuseppe Grezzi como Carlos Galiana, ediles de Movilidad Sostenible y Espacio Público respectivamente, desarrollen el articulado correspondiente a sus áreas. La asociación considera que dichos ámbitos están poco detallados en el PEP y pedirán mayor concreción en las medidas.
Y es que el Plan de Protección, respecto a movilidad, únicamente se limita a reproducir y citar el Plan de Movilidad general de la ciudad, algo que Amics del Carme quiere detallar más y que se establezcan unas normas singulares para el distrito. Estas pasan por caminar hacia la peatonalización del casco histórico de la ciudad "con servidumbres de paso". Es decir, que únicamente esté autorizado el paso para residentes, comerciantes, vehículos de carga y descarga y servicios públicos, mediante una identificación. Propuesta que cortaría de raíz el problema, reconocido por el mismo Grezzi, de que la zona se emplea como itinerario de paso. No parecen haberse aplacado las quejas vecinales con las medidas hasta ahora implantadas, como la peatonalización de algunas calles y la creación de bucles internos en el flujo del tráfico de algunos barrios del distrito.
En cuanto a la ocupación del espacio público, dependiente de la concejalía de Galiana, Amics del Carme presentará una alegación dirigida a ganar vía para los peatones a costa de las terrazas -un ámbito sensible en el que el edil ha batallado ya en varias zonas de la capital-. Una de las medidas que piden versa sobre que las terrazas no puedan ocupar más de la mitad de las plazas. Asimismo, entienden que, como mínimo, debe permitirse un ancho de espacio libre mínimo de 3 metros para el paso de peatones, y de un metro y medio entre terraza y terraza.
Exigencias restrictivas que pretenden impedir la "invasión" de la hostelería. Además, la asociación quiere prohibir que se establezcan terrazas a menos de 15 metros respecto a la fachada de Bienes de Interés Cultural (BIC) y Bienes de Relevancia Local (BRL), y tampoco a menos de 8 metros de las fachadas laterales. Todo ello, según apuntan en la asociación de vecinos, ya ha sido pactado con el concejal, pero "no ha tenido valor para aplicarlo". Por eso quieren que se incluya en el PEP.
Pero si alguna cuestión es clave en el PEP, es la regulación de los usos en toda Ciutat Vella. Y también hay correcciones a hacer aquí para Amics del Carme. Lo cierto es que el Plan prohíbe la implantación de hoteles y viviendas turísticas profesionales en los barrios de El Pilar, El Carmen, El Mercat, La Seu y La Xerea (no en el de Sant Francesc). Únicamente hay una excepción. Los edificios singulares o palaciegos -que tienen carácter residencial- podrán ser reconvertidos a usos terciarios, entre los cuales se encuentra el uso hotelero. Esto fue motivo de debate en el último encuentro informativo. El objetivo desde el consistorio es que aquellos que exploten estos edificios, se ocupen de su mantenimiento y rehabilitación.
La pega reside en que el PEP permite a los gestores anexionar otros edificios contiguos a estos singulares, propiciando lo contrario que pretende el Plan, regenerar la vida residencial de la zona. La alegación va dirigida a eliminar lo que consideran una "fagocitación del uso residencial". También en la mencionada área permite las viviendas turísticas ocasionales, las que particulares deciden alquilar pocos días al año hasta un máximo de 60, según el Plan. Y la asociación pide que este máximo se reduzca a la mitad.
En la otra parte, la del barrio de Sant Francesc, Guillem de Castro y la calle de la Paz, sí se permiten los hoteles y las viviendas turísticas profesionales, pero existe una condición para estas últimas: que guarden entre ellas una distancia mínima de 150 metros. Pero no establece la restricción para los hoteles, algo que Amics del Carme ve injusto porque considera que es una medida favorable a los gestores hoteleros en detrimento de las viviendas turísticas y se apoya, además, en el hecho de que hay cerca de 70 licencias turísticas en trámite.
Atención especial requiere la exigencia relativa a la protección del comercio tradicional. En zonas muy concretas del distrito el Plan prevé que se establezca una distancia mínima de 100 metros entre las cafeterías y bares. Pero no es suficiente porque, según la asociación "eso no protege el comercio local". Y en ese sentido piden que se incluyan en la ecuación los restaurantes, y que se aplique a toda Ciutat Vella. Esto afectaría también a la zona de carácter más comercial y hostelera del centro ciudad, en el barrio de Sant Francesc.
También adquiere especial relevancia la gestión de los solares vacíos que minan el casco históricos. El Plan fija un periodo de seis años a partir de su aprobación para que los propietarios inicien actuaciones en sus solares, algo que le parece excesivo a la asociación teniendo en cuenta que llevan décadas sin actividad alguna. Y en ese sentido, Amics del Carme pretende que el consistorio elabore, en seis meses a partir de la aprobación del Plan, un catálogo de solares y casas en ruinas. El fin es que, aquellos terrenos que lleven más de 25 años sin haber visto ninguna actuación sean incluidos en el registro de solares, lo que da la posibilidad a constructores, particulares, y a la misma administración, empezar allí las obras para recuperar el tejido vecinal del distrito.
Hasta el 26 de septiembre se pueden enviar alegaciones. Pero desde la asociación advierten que, de no modificar este Plan Especial, acabará sirviendo únicamente para "embellecer el barrio" y acabar de turistificarlo.