VALÈNCIA. La colaboración público-privada es necesaria en la economía valenciana para hacer llegar la innovación a las pequeñas y medianas empresas. Esta fue una de las conclusiones del desayuno organizado por Valencia Plaza en el Hotel Valencia Palace bajo el título 'Innovación valenciana en la colaboración público-privada'.
Al encuentro asistieron Blanca Marín, secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos y Comercio, Sandra Gómez, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de València, José María Toro, Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la CV (AERTE) y presidente de la Comisión de Colaboración Público Privada de la CEV, Alejandro Carbonell, CEO Green Urban Data, María Martínez, CEO MatMap, y Carlos Muñoz, director general de Becsa.
También estuvieron presentes Inmaculada Bordera, project manager de Smart Cities Avaesen, Rafael Mossi, coordinador de Gestión de Proyectos de la Cámara Comercio de Valencia, Jesús Casanova, director general del CEEI Valencia, Olivia Estrella, secretaria general de la AVI, Begoña Vilata, directora de Comunicación de Redit, Javier Mateo, subdirector de Emprendimiento en Valencia Activa y Salvador Coll, director de la Ciudad Politécnica de la Innovación UPV
Blanca Marín, secretaria autonómica de Economía Sostenible, recordaba que la Comunitat Valenciana ha sido pionera en la colaboración público-privada en materia de innovación. "Los CEEI se pusieron en marcha hace casi 30 años y han funcionado bien, igual que los institutos tecnológicos", señalaba Marín. "La innovación no es un título o una opción, es una necesidad para la supervivencia de las empresas en la Comunitat Valenciana. El tejido pyme dificulta que muchas empresas innoven de forma autónoma y por eso destinamos 25 millones a los institutos tecnológicos".
Sandra Gómez, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de València, destacaba que se ha generado un clima de diálogo entre empresas y administración. "Desde el área de deDesarrollo Económico teníamos claro que, si queríamos que València fuera una ciudad donde las cosas ocurrieran, teníamos que contar en un sector privado", destacaba. "Tenemos que interiorizar que debemos de apoyarnos más en nuestro sector privado con un control riguroso de la calidad de los servicios".
Entre sus proyectos innovadores han puesto en marcha Valencia Tech city. "Se trata de una plataforma cuya premisa fundamental es la colaboración público privada para situar a València como la capital de la nueva economía mediterránea donde la innovación sea uno de los sectores fundamentales de forma transversal", aseguraba. "Queremos que el tejido tradicional entienda que hay mucho talento en las universidades o el ecosistema emprendedor y que pueden mejorar sus procesos de producción". Gómez recordaba que en la Comunitat el 91% del las empresas son pymes. "Tienen que interiorizar que es necesario trabajar en conjunto para marcarse objetivos comunes, porque innovar en solitario puede ser inasumible", reconocía.
José María Toro, de Aerte, reconocía que la colaboración público-privada ha tenido luces y sombras, pero esencial para conservar el Estado de Bienestar. "La situación actual entre empresa y administración está basada en la desconfianza. Que haya una entidad con ánimo de lucro se ve de forma peyorativa", lamentaba. "Parece que cuando un servicio se externaliza se privatiza, pero es la administración quien tiene el control, sin embargo hace falta un mayor seguimiento para que sea transparente y público", aseguraba. "El problema no es de ideología sino de prejuicio". Toro también destacaba que sin innovación es muy difícil mirar como empresa en el largo plazo. "La innovación, si tú no lo haces, va a venir otro que lo va a hacer. Si no cambiamos nuestro modelo de atender a la gente, caminando hacia la excelencia, estaremos contando cuánto nos queda para cerrar nuestra empresa".
Alejandro Carbonell, CEO Green Urban Data, explicaba cómo han trabajado con el CEEI, en proyectos europeos, la Universidad Politècnica de València o la Agencia Valencia de la Innovación. Sin embargo, lamentaba la cantidad de proyectos con los que se pretende innovar y acaban guardados en un cajón. "Hay que intentar encajar esas dos posturas, donde nosotros pensamos a largo plazo y la sociedad a corto plazo", señalaba. Por este motivo, Carbonell veía necesario el desarrollo de proyectos con perspectiva de ser comercializados.
María Martínez, CEO de MatMap, reconoce que a pesar de los numerosos debates sobre la economía circular la legislación está pensada para sistemas lineales. "Nosotros hemos encontrado un espacio limitado para operar con nuestra empresa", lamentaba. Además, añadía que la administración debería hacer un mejor trabajo de comunicación para que las empresas entendieran a quién acudir para cada colaboración. "No hay un trabajo de comunicación global de lo público hacia lo privado para entender donde puedes encontrar determinadas ayudas o apoyarte". Además, apuntaba las dificultades con los plazos. "Los tiempos de lo privado no son los tiempos de lo público, son lentos. Si espero a una compra pública innovadora no voy a sobrevivir", lamentaba.
Carlos Muñoz, director General de Becsa, aseguraba que son una empresa tradicional dedicada a la construcción pero volcada con la innovación. "Colaboramos con los centros tecnológicos y la universidad, tenemos proyectos en marcha y algunos han salido con muchos proyectos", aseguraba. Sin embargo, lamentaba que su dificultad parte de la rigidez de la propia norma de la administración, que un muchas ocasiones les dificulta poner en práctica las innovaciones. "Los proyectos de innovación en muchas ocasiones no son caros y la repercusión puede ser muy grande, pero a veces pueden ser difíciles de implantar".
Inmaculada Bordera, project manager de Smart Cities Avaesen, explicaba como han sido pioneros a nivel europeo en poner en marcha un think tank de smart cities con 150 miembros en el que unen a ayuntamientos con las soluciones que hay en el mercado. "En los grupos de trabajo que tenemos se genera un networking muy interesante entre soluciones y necesidades y entre administración pública con las empresas", señala. "Tenemos una matriz donde se ponen los retos y nos sentamos con los departamentos de los ayuntamientos, que son muy estancos. Con esta fórmula estamos consiguiendo que las dos partes hablen un idioma común".
Rafael Mossi, coordinador de Gestión de Proyectos Cámara Comercio de Valencia, destacaba que su intención es colaborar en el cambio de modelo productivo. "Nosotros no nos debemos a nuestros asociados sino al sentir general de las empresas valencianas. Más de 3.000 personas se están formando en la escuela de negocio y en programas como InnoCámara", destaca. "Todo esto de la innovación está bien si al final somos más competitivos".
Jesús Casanova, director general de CEEI Valencia, destacaba la creación de 25.000 puestos directos e indirectos de trabajo a lo largo de su historia, la organización de 2.500 actividades presenciales y el asesoramiento de manera personalizada a 7.500 emprendedores. "Con el paso del tiempo nos hemos ido acomodando en el apoyo a la consolidación de las empresas", señalaba. Además, destacaba su Emprenemjunts, donde colaboran entidades relacionadas con la innovación y el emprendimiento. También ponían el foco en las Páginas Naranjas con 5.400 empresas, donde ayudan a que interesados contacten a las empresas.
Olivia Estrella, secretaria general de la AVI, señalaba que la actividad de la agencia es construir los diálogos tecnológicos sentando a administraciones, científicos, institutos tecnológicos y empresas a través de comités estratégicos en temas como Salud, energía o economía circular. "No queremos generar comités eternos, sino que en tres meses generamos soluciones", apuntaba. Además, destacaba la labor de concienciación que debe realizar la AVI como coordinador de toda la política de innovación de la Generalitat Valenciana. Actualmente tienen en marcha seis programas para los que se han recibido más de 200 solicitudes.
Begoña Vilata, directora de Comunicación de Redit, recordaba que los ingresos de 97 millones de los institutos tecnológicos más del 60% proceden de facturación por asesoramiento y ayudas a empresas. "Los fondos públicos competitivos nos permiten estar por delante de las necesidades de las empresas", aseguraba. Vilata destacaba que una de las patas fundamentales es el think tank, donde realizan estudios e informes que ponen a disposición de las empresas. "Realizamos estudios en los que medimos el impacto de la colaboración de las empresas con los institutos y hemos comprobado que las empresas que trabajan con centros tecnológicos son un 7% más productivas y exportan un 25% más fuera de la Unión Europea".
Javier Mateo, subdirector de Emprendimiento en Valencia Activa, reconocía que una de las misiones de la administración es transmitir cómo de estratégica es la innovación para la sociedad, para la empresa y para el sector económico, más allá de una palabra necesaria para conseguir subvenciones." Hay que innovar de la mano del mercado e ir colocándolo. Tenemos que ver cómo poner los mecanismos desde la parte pública para potenciar o promocionar la innovación solvente y sostenible", destacaba.
Además, aseguraba que para Valencia Tech City van a marcar ratios para de objetivos con el fin de medir lo que hacen. "Si no mides no mejoras", reconocía. Mateo también destacaba la realización de jornadas para juntar el sector industrial con startups que puedan darles una solución innovadora. "Es labor de la administración generar un contexto para que se unan", destacaba. "Cuando hablamos de innovación hay que evangelizar al respecto". Además, destacaba la iniciativa Valencia Startup Market para llevar las startups a la Plaza del Ayuntamiento para que la ciudadanía lo toque y lo conozca.
Salvador Coll, director de la Ciudad Politécnica de la Innovación UPV, apuntaba a que, desde la crisis, han percibido un cambio de tendencia desde la colaboración administración, empresa y universidad. "Lo que vemos desde 2008 hasta ahora es que hemos bajado en dos tercios el número de acciones que hacemos con empresas valencianas", lamentaba. "Sí que hemos visto un incremento de actividad con el resto de empresas de España porque la universidad ha mirado más fuera de lo que lo hacía antes y hemos compensado la bajada de la empresa valenciana con el resto de España. No percibimos un cambio de tendencia y que la situación sea positiva", lamentaba. "El tamaño es importante para las empresas pero nos tenemos que creer la innovación", aseguraba. "En tema de innovación las grandes invierten la mitad que las europeas y la cuarta parte que las alemanas".
La secretaria autonómica de Economía reconocía que el desvío de recursos del sector privado hacia el sector inmobiliario resintió la innovación, pero discrepaba de la evolución. "La Comunitat Valenciana es la segunda autonomía con más crecimiento en el índice de innovación, además de ser una de las que más ha obtenido a través del instrumento Pyme para la inversión en I+D", destacaba. Si bien es cierto, compartía la lentitud en reaccionar de la administración. "La burocracia es mayor de la necesaria, pero estamos actuando para que se produzcan esos cambios. Por ejemplo, tramitando las convocatorias anticipadas para que las empresas dispongan de la información necesaria a principios de año o realizando cambios en la Lotup para facilitar la tramitación de proyectos de energía renovable.