VALÈNCIA (EFE/Paula Jiménez Belmonte). El aumento de las temperaturas en España y otros países del sur de Europa por el cambio climático está empezando a tener un impacto sobre el turismo y dará lugar a una transformación, con un incremento de los veraneantes que elegirán el centro y norte del continente durante los meses más calurosos del año, en detrimento del sur.
Así lo augura un reciente informe del Centro Común de Investigación europeo, que cree también que el sur recibirá, no obstante, más viajeros en primavera y otras estaciones menos cálidas.
“Estos últimos veranos ha habido un cambio claro de tendencia entre muchos turistas que han preferido evitar el calor extremo, viajando a destinos más fríos como los países nórdicos”, asegura a EFE la bloguera de Viajeros lowcost y organizadora de viajes, Alba Borrero.
Según datos de un informe del Centro Común de Investigación europeo, el primer estudio que ha realizado una evaluación regional para explorar la influencia del clima en la demanda turística europea, las regiones costeras del sur verían reducido su número de turistas en casi un 10 % en verano si la temperatura subiera tres o cuatro grados centígrados.
Por el contrario, en ese escenario los destinos costeros del norte de Europa crecerían en popularidad en torno a un 5 % durante los meses de verano y principios de otoño.
En las regiones del sur, la caída de la demanda en verano se verá en parte compensada por el aumento de las visitas en el resto de las estaciones, según el mismo informe.
Alba Borrero, que trabaja actualmente en el sector turístico en Islandia, asegura haber conocido “a muchos europeos” que han elegido este país “como destino de última hora para huir del calor de Europa”.
Aunque las compañías, por su parte, aún no notan esa reducción de turistas hacia los destinos más calurosos en verano, ya se están preparando para un posible cambio de tendencia en Europa: “Es algo a lo que permanecemos atentos”, aseguran a EFE fuentes de la empresa de viajes Ávoris.
“El aumento de las temperaturas medias y los fenómenos de las olas de calor pueden conducir a que los destinos hasta ahora más populares en verano deban adaptar sus ofertas y promociones para atraer visitantes en épocas más templadas del año”, añaden.
Así lo refleja el informe europeo, que sugiere que los patrones de estacionalidad experimentarán "cambios sustanciales", con repercusiones variables según las regiones.
“Basándome en los datos de la comunidad científica, desafortunadamente estamos casi en el punto de no retorno”, afirma a EFE por su parte el creador de contenidos de Chavetas.es, blog de viajes profesional, Isaac Martín.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró el pasado mes de julio que “la era del calentamiento global ha terminado. Ha llegado la era de la ebullición global”.
Entonces, ¿provocará el calentamiento global que cambien los patrones del turismo en el largo plazo? “Empieza a haber una tendencia de que los viajeros europeos busquen en verano alternativas a los países mediterráneos del sur que, sin embargo, siguen siendo los destinos preferidos”, explica Eduardo Santander, director de la Comisión Europea de Viajes (ETC, por sus siglas en inglés).
El 34 % de todas las pernoctaciones de turismo en la Unión Europea (UE) durante 2022 se produjeron en julio y agosto y la estacionalidad turística más fuerte en el mismo año se observó en Croacia, Grecia, Bulgaria, Italia y Francia, según datos de Eurostat.
No obstante, los cambios en el turismo ya son una realidad, puesto que según la ETC el número de viajeros que tenían previsto pasar sus vacaciones en Grecia, España o Portugal entre junio y noviembre de este año cayó un 4 %.
Por ello, una de las soluciones podría ser cambiar la temporada de verano a otros meses o repartir las vacaciones a lo largo del año, algo que ya ocurre en países vecinos como Bélgica, donde las semanas de vacaciones escolares en verano se han visto reducidas para tener mayor disponibilidad durante otros meses. ¿Es posible en otros países?
En el caso de España, sería algo difícil: “Cambiar la temporada de verano requiere una reestructuración significativa, que afecta a muchos sectores económicos y sociales, no solo el turístico”, informa Ávoris.
Acortar las vacaciones de verano y distribuirlas durante el año puede ser una forma de “abordar la situación”, algo con lo que coincide Isaac Martín, pues asegura que "amoldar las fechas vacacionales para evitar el calor extremo" podría ser una solución.
Esta nueva posible distribución de las vacaciones es algo que ya muestra el informe de la CE, puesto que aunque el turismo en verano descienda en las regiones del sur de Europa, se verá "parcialmente compensado" por el aumento de las visitas turísticas en primavera, otoño e invierno.
El cambio climático supone un reto para el turismo, que en estos momentos se está recuperando después de la covid-19, reflejado en datos como que Europa superó este julio el millón de vuelos mensuales por primera vez desde la pandemia.
El atractivo veraniego de los destinos como los países del sur de Europa podría estar en peligro, y según la bloguera Alba Borrero “es una realidad que ya está empezando a suceder”. Sin embargo, fuentes de Ávoris aseguran que “esto es algo que solo el paso del tiempo nos permitirá ver”.