VALÈNCIA (EFE). La Comisión Europea está dispuesta a organizar el envío de agua a España a través del mecanismo de solidaridad RescUE si el país no puede hacer frente sólo a la persistente sequía y el Gobierno solicita ayuda a Bruselas.
"En teoría, y en la práctica, si España pide barcos con agua estoy seguro de que podremos encontrarla y organizar y financiar el transporte", declaró el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic en una charla con EFE y otros medios de comunicación.
RescUE es un mecanismo de solidaridad que cofinancia la Comisión Europea y que funciona como el último recurso que activan los Estados miembros cuando se ven superados por una calamidad que no pueden afrontar con medios nacionales, aunque está abierto a peticiones de todos los países del mundo.
Se constituyó durante la pandemia para crear reservas estratégicas de equipos médicos y ha ido ampliando sus capacidades.
El año pasado se centró especialmente en compartir esfuerzos para hacer frente a los incendios forestales, doblando la capacidad de respuesta para dotarse de 10 aviones anfibios medianos, 14 ligeros y 4 helicópteros medianos disponibles en su reserva estratégica.
No se ha empleado nunca en problemas vinculados a la escasez de agua, pero es una evolución que la Comisión Europea no descarta.
"Si España pide agua, por supuesto que lo organizaremos, lo financiaremos y habrá quienes ofrezcan ayuda, seguro", señaló Lenarcic.
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico ya ha iniciado gestiones para llevar agua en barcos desde la desalinizadora ubicada en Sagunto hasta Cataluña si no remite la sequía que sufre esa región, pero el Gobierno no ha manifestado intenciones de pedir también ayuda a los socios comunitarios.
El pasado martes, la Comisión Europea presentó un análisis sobre los esfuerzos de adaptación de la UE a los riesgos climáticos que se apoyaba en un informe de la Agencia Europea del Medioambiente, en el que Bruselas daba especial importante a los recursos hídricos y advertía sobre la posibilidad de que la escasez de agua desate "conflictos" en territorio comunitario.
Las inundaciones, crecidas, oleajes ciclónicos, sequías o incendios forestales graves, que ya "se están convirtiendo en una amenaza para la salud y una causa recurrente de pérdidas sociales, ambientales y económicas", se irán ampliando y harán que haya "partes más grandes de Europa afectadas por el estrés hídrico, así como un creciente riesgo de megasequías".
Estos riesgos pueden desembocar en "una mayor competencia por los recursos hídricos entre sectores y usos, incluido el riesgo potencial de conflictos dentro y entre los Estados miembros sobre recursos hídricos transfronterizos", advertía Bruselas en ese documento, en el que señalaba que los países del sur están más expuestos de los del norte.