Una porción muy relevante de nuestro tejido empresarial trabaja para organismos públicos. Empresas que facturaron 60.000 millones de euros a través del FACe: el Punto General de Entrada de Facturas de la Administración del Estado. Un dato que revela la importancia de este eje de nuestra economía y también explica la necesidad de los proveedores de lo público de financiar todas esas ventas que no se cobran inmediatamente.
¿Cuál es la mejor manera para que una empresa financie todas esas ventas cuyo cobro se aplaza? De las diferentes fórmulas para financiar ese circulante, la más apropiada sería la más eficiente en cuanto a coste de financiación, recurrencia del servicio, certidumbre en los plazos e impacto en balance. Es decir, aquella fórmula que se apalanque en el propio activo generado como consecuencia de la venta: los créditos comerciales. Y esa es sin duda el factoring sin recurso, que basa su valor en la transmisión de esos activos, de esos créditos comerciales, y resuelve perfectamente las necesidades de financiación de circulante para los proveedores de las administraciones públicas. Pero no todos los proveedores financieros presentan este producto bajo las mismas características y premisas.
Por ejemplo, para las entidades financieras no les es fácil realizarlo porque tienen que declarar ese riesgo en CIRBE, a su vez, la administración pertinente deberá clasificarlo como deuda financiera y no comercial, porque el nuevo acreedor es el banco y eso le computará en su máximo apalancamiento cuando bajo nuestro punto de vista debería de ser crédito comercial. Aquí juega con ventaja la banca alternativa ya que el riesgo está fuera de CIRBE y, en consecuencia, la empresa publica no tiene que reclasificar su deuda comercial como deuda financiera.
Las ofertas más interesantes en este ámbito son las de factoring público sin recurso. No hablamos de operaciones complejas solo disponibles para grandes empresas y grandes volúmenes de ventas. Se puede acceder a ofertas sencillas para comprar créditos comerciales sobre deudores públicos, con un servicio completo, imbatible en términos de aportación de valor y a precios tremendamente competitivos.
“Factura y cede el crédito”, a la empresa no se le solicita más. Y a cambio recibe el compromiso de obtener todo el crédito que necesita por sus ventas públicas, con un modelo que garantiza plazos y evita la incertidumbre en las fechas de cobro, cierra el coste por el aplazamiento del pago y además permite que esta inyección de liquidez no compute como endeudamiento. ¿Qué más se puede pedir a una estructura de financiación vía factoring?
Pues bien, esto no es ciencia ficción, son soluciones disponibles en nuestro mercado a nuestro alcance y, con una adecuada gestión e interlocución, accesibles para la mayoría de los proveedores de la administración pública.
Animamos a las empresas a que se abran a estas nuevas herramientas de financiación, contando con el asesoramiento adecuado que ofrecemos, y así encontrarán en el mercado la manera más eficiente de financiar sus ventas a la administración pública.
José Roca Barrachina, socio director de Kaizen Consulting Vlc.