El Gobierno de EEUU podría reducir su deuda aplicando varias estrategias basadas en la experiencia histórica y las recomendaciones de organismos como el FMI. La creciente deuda de Estados Unidos es preocupante, alcanzando el 15% de los ingresos fiscales solo en intereses. En el pasado, EEUU logró enfrentar crisis similares mediante acciones bipartidistas, como la reforma del Fondo Fiduciario de la Seguridad Social en los 80 y la reducción del déficit en los 90, impulsada por aumentos de impuestos y recortes de gastos.
Sin embargo, la actual polarización política dificulta la implementación de medidas drásticas como recortes presupuestarios significativos o aumentos de impuestos. En lugar de esto, se espera que se apliquen cambios fiscales modestos después de las elecciones de noviembre de 2024.
El presidente Biden parece seguir una estrategia similar a la de Clinton, apoyándose en políticas industriales recientes para fomentar la inversión y la productividad a mediano plazo. Estas incluyen las Leyes de Infraestructura, CHIPS y Reducción de la Inflación de 2022, que podrían mejorar el crecimiento de la productividad en el futuro.
Mientras tanto, la Reserva Federal ha ralentizado el ritmo de desinversión en tenencias del Tesoro para mantener bajos los rendimientos de los bonos, ayudando a manejar la deuda. Esta táctica recuerda a la utilizada por el Banco Central Europeo durante la crisis de la deuda soberana del euro.
Finalmente, aunque usar la inflación para mantener el crecimiento del PIB nominal puede ser una estrategia, también presenta riesgos, ya que gastos como la Seguridad Social y Medicare están indexados a la inflación, lo que limita los beneficios. Los inversores deben prepararse para la volatilidad de los tipos de interés y considerar estrategias de inversión que protejan contra la inflación.