VALÈNCIA. Aunque es poco frecuente, se estima que afecta a 1 de cada 50.000 deportistas (de entre 12 y 35 años) al año. Lo cierto es que las noticias de muerte súbita de deportistas llaman la atención y alertan a la sociedad, que no entiende cómo algo saludable, como es hacer deporte, pueda causar el fallecimiento de un niño o un adulto joven, aparentemente sanos y a los que no se les conoce ninguna patología.
Precisamente el problema está en que detrás de una muerte súbita en deportistas siempre hay una cardiopatía. Unas cardiopatías que en la mayoría de los casos son congénitas, se nace con ellas, principalmente valvulares o a nivel de arterias; miocardiopatías (enfermedades del miocardio) o enfermedades del corazón hereditarias. Y que no suelen estar diagnosticadas porque no dan síntomas.
De ahí la importancia de la prevención. Tal y como apunta el doctor José Ignacio Carrasco, director de la Unidad de Cardiología Pediátrica y Hemodinámica Infantil del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “es fundamental hacer un estudio cardiovascular previo a la práctica de cualquier deporte, ya sea de competición o recreativo, para detectar esos problemas que pueden estar ocultos; de hecho, hay estudios que señalan que de cada tres personas que habían tenido una muerte súbita haciendo deporte, solo uno se había realizado un estudio previo”.
¿En qué consiste? Lo primero es averiguar si tiene antecedentes, “porque muchos de estos problemas son hereditarios y vemos cómo niños con problemas cardíacos tienen a familiares con el mismo problema. De hecho, en los casos de muerte súbita debería ser obligatorio hacer la autopsia para detectar el problema y, a través del diagnóstico, se puede hacer un estudio a los familiares de primer orden para descartar esa enfermedad en ellos”, comenta el director de la Unidad de Cardiología Pediátrica y Hemodinámica Infantil del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. Después se realiza el estudio cardiovascular, que consiste en dos exploraciones básicas: un electrocardiograma y la ecocardiografía. “Si se les encuentra algo, ya pasamos a exploraciones más avanzadas como la resonancia, TAC o cateterismo cardiaco. Con esto se diagnostica el 90% de los problemas”.
Pero, además, es necesario que en los clubes deportivos y en los estadios haya personal formado en reanimación cardiovascular básica, “en realidad toda la población debería tener nociones de cómo hacerlo, además es sencillo de aprender”. Una formación que el doctor Carrasco extiende a enseñar a reconocer los signos de alarma: un mareo o una pérdida de conciencia en el momento en el que estás haciendo ejercicio; notar que el corazón late muy deprisa nada más empezar a hacer deporte o que tengas un dolor en el pecho haciendo ejercicio. En ese momento hay que parar y ver qué pasa. También es importante que todas las instalaciones deportivas cuenten con desfibriladores automáticos, para poder actuar en caso necesario.
Y, por supuesto, empezar desde muy pequeño a llevar una vida sana, haciendo ejercicio de forma moderada y progresiva. Porque, tal y como señala el doctor Carrasco, el ejercicio y el deporte es bueno en casi cualquier circunstancia. “Si tienes un problema cardiaco y le sumas el sedentarismo y todo lo que conlleva (hipertensión, diabetes, obesidad…) añades un factor de riesgo al problema cardiológico que tienes. No hacer ejercicio es contraproducente. Pero si tienes una enfermedad del corazón es importante que lo hagas guiado por un cardiólogo del deporte o infantil. Aquí les orientamos con pruebas de esfuerzo y a los chavales que tienen problemas de corazón les hacemos rehabilitación dirigida, para que puedan hacer ejercicio dentro de los límites que ellos tienen”.
No hay que olvidar que las cardiopatias congénitas, defectos en el corazón por alteraciones sufridas durante el desarrollo del feto, son una de las malformaciones más frecuentes que hay, se dan en 8 de cada mil recién nacidos. En la mayoría de los casos son defectos transicionales que muchas veces se resuelven solos. El resto son cardiopatías que pueden ser simples y complejas. «Una cardiopatía simple, que no quiere decir que no sea grave, tanto en las simples como en las complejas hay grados (leves, moderadas y severas), es una válvula estrecha o una comunicación o una válvula en una de las cavidades del corazón que no tiene que estar… y las complejas pueden ser por ejemplo que falta una parte del corazón o una arteria no sale por donde debe, la falta de un ventrículo, válvulas anormales…».
De ahí la necesidad de unidades especializadas, como la Unidad de Cardiología Pediátrica y Hemodinámica Infantil del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “a nivel privado, somos la única unidad integral en cardiología pediátrica en toda la Comunitat Valenciana y la única unidad a nivel privado que trata pacientes de edad pediátrica por cateterismo, y también en diagnóstico ecocardiográfico/ prenatal (cardiología fetal), realizando el seguimiento, control y tratamiento de embarazadas con problemas cardiológicos fetales», destaca el doctor José Ignacio Carrasco, director de la unidad desde hace más de veinte años.
Junto con el doctor Carrasco trabaja el doctor Antonio Sánchez. Ambos cardiólogos pediátricos con amplia experiencia en el tratamiento de niños con cardiopatías congénitas. Ambos trabajan en estrecha colaboración con pediatras generales, intensivistas y anestesistas pediátricos, personal de enfermería y cirujanos cardiovasculares, constituyendo un equipo multidisciplinar de alta especialización. Esa experiencia es clave para que la unidad atienda al año cerca de 2.500 pacientes, y realicen unas 5.000 técnicas.
Además, la unidad cuenta con 2 ecocardiógrafos de alta gama, uno de ellos equipado con la última tecnología para el diagnóstico y asesoramiento de las cardiopatías en época fetal (ecocardiografía fetal), sistemas de registro puntual y continuo de electrocardiograma (Holter) y un cicloergómetro adecuado para realización de pruebas de esfuerzo en edad pediátrica. Un área dentro de la Unidad de Cardiología Pediátrica y Hemodinámica Infantil del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre que está incrementando el número de consultas. “Nosotros ofrecemos un servicio integral realizamos un estudio pre-práctica deportiva muy completo. Y si detectamos un problema hacemos el seguimiento, control y el tratamiento en caso de ser necesario».
El gran inconveniente de la enfermedad renal crónica es su perfil asintomático en fases iniciales, por lo que 9 de cada 10 personas que pueden padecer ERC no lo saben