Compromís frena un proyecto piloto de 'carsharing' en València a la espera de Grezzi

VALÈNCIA. Poco se ha avanzado en materia de vehículos compartidos -el llamado sharing- desde que Lime desplegara su tropa de patinetes eléctricos en la ciudad a finales del verano. Se presentó, sobre la campana, el borrador de la ordenanza de Movilidad que 'legalizaba' el uso de los patinetes, pero el proceso se encuentra encallado en el área de Movilidad, dirigida por Giuseppe Grezzi. Desde allí se debe calcular cuántos vehículos compartidos -patinetes, motocicletas y coches- puede absorber la capital sin colapsarse.

Pero esos datos, más de dos meses después, todavía no han llegado ni a la delegación de Espacio Público, del compañero de partido de Grezzi, Carlos Galiana; ni a la de Hacienda, cuya cartera ostenta el socialista Ramón Vilar. Estas dos concejalías son las responsables de continuar el proceso, fijando las tasas correspondientes por la ocupación del espacio público para realizar una actividad económica. El equipo de Vilar ya ha hecho sus cábalas, aún a la espera de los estudios de Movilidad, con una tasa que ascendería a 25 euros anuales por patinete, 60 por moto y 360 por coche. Cifras todas ellas susceptibles de cambiar, se esmeraron en subrayar en el área de Hacienda.

Pero los tiempos del Ayuntamiento parecen impacientar a las compañías interesadas, que han ido pasando por los despachos de Galiana y Vilar durante las últimas semanas. Una de ellas, CarGreen, la única del ramo del carsharing, ha acabado por estallar, después de que su impulsor, Alejandro Villamuera, se reuniera con el concejal de Compromís el pasado 8 de noviembre, hace poco más de un mes. En el encuentro se detallaron los planes de la compañía y su interés en conseguir que todos los coches eléctricos no paguen la ORA -como ocurre en Madrid-. Sin embargo, desde la concejalía de Galiana le explicaron que había que esperar hasta la aprobación de la ordenanza y la presentación de los informes sobre vehículos compartidos, ambas dependientes de Giuseppe Grezzi.

Según narra el representante de la empresa, Galiana le citó en un periodo no mayor a 15 días, pero esa reunión nunca llegó, de forma que acudió al PSPV, que en numerosas ocasiones ha mostrado su adhesión a la idea del carsharing eléctrico -los socialistas llegaron a instar a sus socios de Compromís a que aceleraran la aprobación de la ordenanza-. Las conversaciones entre CarGreen y el grupo municipal socialista concluyó con una idea: poner en marcha un proyecto piloto temporal hasta que el Ayuntamiento finalice los trámites.

Con este proyecto piloto, se pretende desembarcar con 50 coches eléctricos de sharing y empezar a operar en la ciudad, pago de tasas mediante, con el objetivo de "recabar datos sobre la cantidad de usuarios y el tiempo que los vehículos están en funcionamiento", detalla Villamuera, quien señala que esto ayudaría a los estudios que se están realizando para determinar "cuánto puede digerir València". En Madrid, por ejemplo, hay 2.000 vehículos de este tipo. Con el despliegue de esta flota, la empresa calcula en invertir entre 1,5 y 2 millones de euros y crear 15 puestos de trabajo.

Así pues, los socialistas intentaron mediar entre la compañía valenciana y la concejalía de Galiana, que dio su aprobación inicial a un encuentro junto con Vilar. Pero cuando Hacienda inició los trámites para coordinar la reunión, no hubo respuesta afirmativa del concejal de Espacio Público, lo que ha acabado de crispar al equipo de CarGreen. Preguntadas al respecto, fuentes del departamento de Galiana consideran que este proyecto piloto consiste, en la praxis, en empezar a operar como si de una licencia se tratase, algo para lo que es necesario una normativa aprobada y los informes de Movilidad al respecto, tal y como trasladaron a la compañía a principios de noviembre.