El alcalde de València, Joan Ribó, y la vicealcaldesa de la ciudad, Sandra Gómez. Foto: EP.VALÈNCIA. Todavía no se ha cerrado un acuerdo entre las dos fuerzas del gobierno municipal de València, Compromís y PSPV, para el nombramiento de los quince alcaldes pedáneos de los pueblos de la ciudad. Se tendrían que haber consumado el pasado mes de julio, pero han sido aplazados hasta en dos ocasiones por la falta de consenso en el ejecutivo local.
Tendrían que haber sido nombrados en verano. Pero la larga negociación entre la coalición valencianista y las filas socialistas para la conformación del gobierno municipal bloqueó la elección de los dirigentes pedáneos. Entonces, el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, tuvo que suscribir una prórroga para que los que eran alcaldes pedáneos continuaran en su plaza hasta el pasado 30 de septiembre.
Se confiaba que para entonces se habría alcanzado un pacto para renovar y nombrar a los responsables de las pedanías para los próximos cuatro años. Con todo, tampoco se llegó al consenso y el primer edil tuvo que resolver una nueva prórroga, nombrando temporalmente a quienes ocupaban estos puestos
Desde entonces, ha pasado mes y medio y todavía no se ha hecho público el acuerdo, algo que en la práctica tendría escasa repercusión dado que las alcaldías pedáneas continúan funcionando provisionalmente como lo habían hecho hasta el momento. Ahora bien, de la quincena de puestos, hay tres vacíos que hasta el momento dependían de Compromís. La coalición valencianista ha estado esperando a que se consume el acuerdo con los socialistas para renovarlos.
Se tratan de las alcaldías de La Punta, Carpesa, y El Saler. La primera quedó vacante después de que su anterior ocupante, Ignasi Vázquez, rehusara continuar debido a disensiones con el gobierno de València respecto a la Zona de Actividades Logísticas del Puerto (ZAL). Vázquez manifestó sonoras críticas contra el ejecutivo de Joan Ribó por su actitud pasiva para con la consolidación de la ZAL en la pedanía.
La alcaldía de El Saler está desocupada desde el pasado mes de octubre, después de los nombramientos provisionales. La dirigente de El Saler, Anna Batlle, dimitió de su cargo al considerar que el Ayuntamiento de València había frenado su libertad de expresión y había puesto impedimentos para desarrollar un proyecto de parque infantil en el pueblo. El gobierno negó la mayor y achacó la actitud a una "rabieta personal".
La plaza de Carpesa, por su parte, estaba dirigida por el ex alcalde pedáneo Joan Estellés. En este caso la renuncia se produjo por problemas personales. La gestión de estos tres núcleos ha sido asumida provisionalmente desde la última prórroga -y hasta que haya un acuerdo entre Compromís y PSPV- por la concejalía de Pobles de València, que dirige la edil Lucía Beamud.
Con todo, fuentes municipales explicaron que el acuerdo se prevé sellar muy pronto, dando fin a esta situación de interinidad. Y es que, además de estos tres enclaves dependientes del Ayuntamiento, hay otros tres cuyos alcaldes pedáneos continúan siéndolo pese a haber sido elegidos miembros del grupo de Compromís en el consistorio valenciano.
Son la edil de Pobles, Igualdad y Actividades, Lucía Beamud, quien fuera dirigente pedánea en La Torre; el concejal de Agricultura y Emergencia Climática, Alejandro Ramón, alcalde de Castellar-l'Oliveral; y el asesor municipal Josep Gimeno, alcalde de Pinedo. Previsiblemente los tres dejarán el cargo para centrarse en sus responsabilidades consistoriales cuando se acometa la renovación.
