VALÈNCIA. Los centros escolares de la Comunitat Valenciana abrieron sus puertas el pasado lunes en un contexto fuertemente marcado por el descenso de la natalidad, cuyas cifras son ya las más bajas desde el inicio de la serie del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 1975. Este desplome progresivo, que no ha hecho sino acentuarse en los últimos años, se traduce así en una importante caída del alumnado en las etapas más tempranas de la enseñanza, y en especial en el segundo ciclo de Infantil y el primero de Primaria. De hecho, en los últimos cinco cursos el número de estudiantes matriculados menores de seis años se ha reducido en casi 10.400 alumnos, a la vez que en Primaria se ha perdido en torno al 6 % de los escolares en el mismo periodo.
Así lo demuestran los resúmenes de escolarización publicados cada año por la Generalitat Valenciana, en cuya última actualización disponible, la del curso que concluyó en junio, se aprecia cómo la caída del alumnado afecta ya incluso al primer curso de la Secundaria. Esta situación se acentúa además en función del área, puesto que en algunas de las comarcas que más estudiantes han perdido en relación al número total de matriculados se hallan algunos municipios en riesgo de despoblación. En cambio, en zonas donde el balance entre nacimientos y defunciones es aún positivo, como la Vega Baja o la Marina Baixa, el descenso de los escolares es menos acusado.
Por ciclos educativos, y en el caso de Infantil, la mayor caída se registra en la etapa que cubre de los 3 a los 5 años, ya que la demanda de guarderías para edades anteriores, en las que antaño no era habitual la escolarización, ha crecido mucho en los últimos cursos. “En la última década, el aumento de alumnos en el tramo de 0 a 3 años es una realidad, y muy especialmente en los dos años, el tramo más demandado por las familias”, aseguraba la consellera de Educación, Raquel Tamarit, en la presentación del nuevo curso escolar. No obstante, ese crecimiento no ha sido suficiente como para compensar la disminución de alumnos en el segundo ciclo de Infantil, donde en tan solo un lustro se han perdido una de cada diez matriculaciones.
De este modo, desde el curso 2013-14, el primero en el que las estadísticas del Consell recogen a todos los estudiantes matriculados en centros públicos, concertados y privados, el desplome del alumnado de entre 3 y 5 años se elevaría al 17,5%. Así, los colegios que tienen aulas de este tipo terminaron el pasado junio con 26.700 alumnos menos que hace ocho años, y el balance es especialmente preocupante en comarcas como el Rincón de Ademuz, donde había 66 menores en esa franja de edad en 2013 y el pasado año apenas se superaban los cuarenta. En entornos más urbanos, como en las comarcas de la periferia de València, también se han registrado reducciones relevantes.
Ante este escenario, y con el fin de evitar el cierre de muchas unidades educativas y mejorar por el camino la calidad de la enseñanza, desde la Conselleria de Educación abogan por una reducción de las ratios allí donde la caída de la natalidad impacta con mayor fuerza. “En los municipios donde vemos que ese descenso no es un pico de un año, sino que es constante, lo que se hace es bajar la ratio para todos los centros públicos y concertados”, confirma el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler. Según explica, otra de las medidas propuestas es la incorporación de aulas gratuitas de alumnos de dos años “en aquellos centros que iban perdiendo alumnado y tenían disponible un aula de Infantil” para ampliar las matriculaciones.
Por otro lado, y si bien es cierto que el desplome del alumnado no ha conllevado un cierre de centros en la Comunitat, dado que en 2021 el número de colegios con oferta de Infantil había crecido cerca de un 8 % respecto a ocho años antes, sí existen localidades, como Vistabella del Maestrat (Castellón) o Sella (Alicante) que en ese tiempo han perdido a todos los alumnos de segundo ciclo con los que contaban. Esta es una realidad que afecta en mayor medida a los territorios en riesgo de despoblación, y por ello allí se trata también de potenciar el mantenimiento de las escuelas con programas como Reviu, que busca a emprendedores para que se instalen en localidades poco pobladas.
Como afirma la directora general de la Agencia Valenciana Antidespoblament, Jeannette Segarra, muchos de estos emprendedores vienen “con familia en edad escolar”, lo que favorece la conservación de los centros escolares y en algunos casos la reapertura de aularios. Este tipo de iniciativas, entre otras cuestiones, podrían haber favorecido que en comarcas como el Alto Mijares, en las que el número de alumnos es muy reducido, las matriculaciones hayan experimentado un crecimiento respecto a años anteriores en lugar de continuar con la tendencia a la baja.
Este escenario también se refleja en el primer ciclo de Primaria, donde els Ports y el Alt Maestrat tienen ahora más estudiantes matriculados que hace ocho cursos. En términos generales, eso sí, desde 2013 se aprecia un descenso de los alumnos de seis y siete años de más del 10 %, algo que se evidencia también en zonas muy urbanas como la ciudad de València, donde en ese tiempo se ha reducido el número de estudiantes en casi 2.000. Aun así, algunos de los descensos más relevantes en términos porcentuales están en l’Alcalatén, la Canal de Navarrés, la Costera o el Valle de Cofrentes-Ayora.
Por su parte, en las siguientes etapas de Primaria se aprecia del mismo modo una reducción paulatina de las matriculaciones, aunque en este caso es menos relevante ya que el descenso comenzó más tarde. De hecho, hasta 2016 el número de alumnos en el tercer y cuarto curso de Primaria todavía estaba al alza, y es solo desde hace cuatro años que las caídas son más pronunciadas. Además, como explica el miembro de la Junta de Castellón de la Asociación de Directoras y Directores de Infantil y Primaria, Juanjo Moliner, en cierto modo también la llegada “de alumnos que vienen de fuera” ha compensado en cierto modo “la caída de la natalidad”. Así, ya en el último ciclo de Primaria, la disminución es leve y lleva solo tres ejercicios en negativo.