El 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales de nuestra democracia, después de 40 años, en 31 municipios sigue gobernando la misma persona, quien fuera elegido en la década de los 70. La importancia de las personas en la política municipal
En menos de un mes estamos llamados a votar en las elecciones nacionales y autonómicas, y en menos de dos meses en las europeas y las municipales. Hoy se cumplen exactamente 40 años desde que los españoles votáramos en democracia para elegir a los regidores de cada pueblo, municipio y ciudad de España. Esa primera administración a la que pedimos y exigimos limpieza, seguridad y alumbrado en nuestras calles, ese espacio donde ir a reclamar ante la subida de un tributo local y ese lugar, que, en cientos de pueblos, supone el edificio más importante y reconocido del lugar junto a la Iglesia.
Los ayuntamientos son la estructura básica de nuestra administración, su propio nombre deriva del verbo ayuntar, juntar, es el lugar donde los vecinos de un mismo espacio o territorio nos juntamos para organizarnos, nos dotamos de unas ordenanzas locales que todos debemos respetar y cumplir para que la vida transcurra con orden y en convivencia. Son la administración más próxima a los ciudadanos, al menos físicamente hablando, porque hoy en día las tecnologías permiten acceso a muchos ámbitos y escalas de la administración pública.
En la política hay muchos tópicos y lugares comunes, que no significa que sean incuestionables, pero tampoco que no contengan un alto grado de verdad. Uno de ellos es el que dice que, para ser un buen político, debes haber tenido experiencia en la administración local, es decir, haber sido concejal o alcalde de un ayuntamiento; también suele darse otro que pronuncian los candidatos a las alcaldías, y es que su mayor ilusión en la vida pública es la de ser alcalde de sus vecinos. Como les decía, esta especie de frases hechas pueden relativizarse, ya que hay buenos políticos que comienzan su carrera en la administración autonómica o nacional y también debe ser ilusionante presentarse a presidente de tu nación.
Pero si hay un tópico que se repite constantemente y que es una gran verdad, aunque también podemos matizarla, es el de la importancia de las personas a la hora de votar a los alcaldes, especialmente en los pueblos donde todos se conocen y los políticos forman parte del día a día junto a sus vecinos, algo que no es tan habitual en las grandes ciudades. El matiz es que también las siglas de los partidos han ido consolidando su fuerza y poder, y especialmente el PP y el PSOE arrastran una historia y tradición que puede ayudar (y a veces perjudicar) a sus candidatos locales. Pese a todo, cuántos alcaldes son elegidos por su trabajo y honradez al margen de las siglas por las que se presenten, no es una pregunta sino una afirmación. En los medios leemos noticias de las ciudades más grandes y de los escándalos que se producen, pero no somos conscientes de la cantidad de municipios (más de 8000) que tienen al frente a personas que apenas cobran sueldo público, que compaginan su trabajo y familia con la responsabilidad pública y que lo hacen por civismo y compromiso social.
En una efeméride como esta, es oportuno recordar un dato curioso, el de los alcaldes que llevan desde el 3 de abril de 1979 en el cargo, reelegidos en muchos casos tras varias mayorías absolutas. Son 31 municipios en toda España los que siguen gobernados por la misma persona, y algunos en nuestra Comunitat, como José Luis Seguí Andrés, alcalde de Almudaina en la comarca del Comtat, Alicante, quien es alcalde desde 1972, es decir, antes de la democracia, y luego lo ha sido con UCD, AP y PP, partido con el que volverá a presentarse el próximo 26 de mayo.
La Federación Española de Municipios y Provincias, con motivo de este 40º aniversario de las primeras elecciones, ha emitido una Declaración que demuestra la ilusión por el futuro bajo el título ‘Lo mejor está por llegar’, donde analizan los retos que tienen las corporaciones locales, entre los que destaca la sostenibilidad y los 17 compromisos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los contenidos de las Agenda 2030. Una forma de reivindicar el protagonismo de los ayuntamientos en nuestro día a día, ese primer estadio de la democracia en nuestra sociedad.