VALÈNCIA. (EP) La Fallera Mayor de València, Consuelo Llobell, y su corte de honor se han acercado este miércoles hasta la Plaza del Ayuntamiento, durante los trabajos de montaje de la Falla municipal, la icónica Meditadora que no se quemó en 2020, y que lleva por lema 'Açò també passarà'. Aunque, al igual que los artistas vive con una "sensación agridulce" las atípicas fiestas en septiembre, cree que, tras largos meses de "espera e incertidumbre", ahora "toca exprimirlas y guardarlas en la memoria para siempre".
La 'plantà' de la parte que queda de la Falla municipal --y que los artistas lamentan que no se pueda ver tal y como se creó por las circunstancias-- se ultima como la vista puesta en el cielo, bajo la amenaza de lluvia, y tras días de rozar los 40 grados. "Iremos mirando al cielo", ha indicado el presidente de la Junta Central Fallera y concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, quien ha admitido que "siempre hay preocupación por el tiempo, incluso en marzo porque sabéis que las fallas normalmente se mojan".
Galiana ha insistido, en declaraciones a los medios, que estas "no son las fallas conocemos ni mucho menos", pero se ha querido celebrar unos "actos falleros para poder cerrar una etapa y empezar con otra y con las Fallas de 2022".
Si bien no ha afirmado que se trata de "nostalgia", sí que ha subrayado que el mundo fallero "está acostumbrado a vivir las fallas de otra manera". No obstante, "no dejamos de estar en pandemia y hemos tenido que renunciar a muchas cosas" y hay "medidas sanitarias muy claras y concisas que se deben cumplir". Por tanto, ha admitido que "no tienes la sensación que tienes en marzo, ni siquiera son las fechas normales", pero se ha congratulado de que "las cosas van mejor de lo que pensábamos y al final tenemos las fallas en la calle". "Después de tanto tiempo, al verlas está la ilusión de que por fin están aquí", ha resumido.
El edil ha mostrado sus dudas acerca de que la cabeza de la Meditadora tenga que volver a llevar la mascarilla que se le colocó al inicio de la pandemia, cuando las Fallas fueron las primeras fiestas en suspenderse. "Por un lado, se convirtió en un símbolo por la mascarilla, pero depende de los artistas", ha expuesto.
En esta línea, los artistas lo tienen claro y no la lleva. "En ningún momento se ha pensado poner la mascarilla. Todo el mundo ya la ha visto con mascarilla y, ahora, que la disfruten sin ela", ha dicho el artista Manolo Martín, quien ha hecho hincapié en que el haberle puesto en su día el tapabocas era precsiamente para hacer el acto de quitársela, no para la 'cremà', sino para la 'plantà'.
La cabeza de la Meditadora --el cuerpo se quemó con una Plaza del Ayuntamiento cerrada el 17 de marzo de 2020-- ha pasado por un proceso de restauración que comenzó en junio y en el que comprobaron que la estructura no estaba muy dañada, que era lo importante.
"Dentro de lo que hemos padecido, porque nos hubiera gustado tener la falla entera, nos quedamos con que se ha quedado como una imagen yo creo que universal", ha resumido Martín, que no quiere que llueva: "A ver si aguanta y pasa de largo".
Martín ha relatado que había "muchas ganas de acabar este ciclo" pero ha lamentado no haber podido llegar nunca a contemplar la falla entera y moviendose como correspondía al proyecto. "Ni cuando la plantamos el año pasado que nos quedaban dos horas para verla completa ni ahora, tampoco porque no está el cuerpo", ha dicho, por lo que ha admitido estar "un poco fastidiados".
En esta línea, el otro artista fallero, Jose Ramón Espuig también reconoce vivir una sensación agridulce porque las escenas que no se van a montar "iban repartidas por toda la Plaza del Ayuntamiento" y "conviviendo con el espacio urbano", en un "punto muy Escif", estudio que también ha sido autor del monumento. "Ahora están dejadas caer. Hemos hecho los paneles para que se entienda porque ahora está como fuera de contexto", ha precisado.
En todo caso, queda la satisfacción de que los monumentos "los vamos a sacar de los talleres, donde nos estaban ocupando mucho terreno y así nos podemos dedicar a las Fallas de 2022, que están a la vuelta de la esquina", ha apuntado Espuig.
La Fallera mayor también ha señalado que le hubiera gustado ver a la Meditadora al completo. "Era una falla espectacular, con muchísimo mensaje y trasfondo. Pero la situación viene como viene y por lo menos la tenemos plantada". "Han sido meses muy duros y muy largos, de mucha incertidumbre, de estar esperando constantemente y, bueno, por fin han llegado y toca disfrutarlas, exprimirlas y guardarlas en la memoria para siempre", ha concluido LLobell.