VALÈNCIA. A falta de apenas un año y medio para las elecciones autonómicas y locales de 2019, el núcleo duro del cuartel general del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se encuentra en una fase de profunda reflexión y debate interno para depurar estrategias y optimizar al máximo los recursos humanos de cara a que el líder del PSPV conserve su puesto como jefe del Consell. Este objetivo único y prioritario, se ve amenazado por dos flancos: el de un hipotético sorpasso de Compromís -sondeos como el de este diario apuntan a una manifiesta igualdad- y el de una posible recuperación del PP, que pudiera así desbancar a las fuerzas del Botánico con la eventual ayuda de Ciudadanos.
Con este escenario, distintas fuentes de partido y gobierno han señalado a este diario que se vienen estudiando posibles cambios dirigidos a buscar un incremento del arsenal de ideas y propuestas de cara a la futura campaña así como la intención de lograr una mayor proyección en la difusión pública de Puig. Para ello, varios puntos son los que están bajo la lupa: el excesivamente reducido núcleo duro del presidente, en el que se echan en falta manos a menudo; el insuficiente personal destinado a Comunicación, algo de lo que adolece Puig desde el inicio de la legislatura, y la necesidad de reforzar y relanzar el departamento de Análisis, un área esencial ante el horizonte electoral de 2019.
Para acometer este giro en Presidencia, si finalmente se confirma, la principal manera de ejecutarlo es procediendo a cambios en el personal eventual, dado que a día de hoy prácticamente se ha agotado el cupo de plazas. Este departamento tiene actualmente 18 asesores más dos conductores y una secretaria, además de las cuatro plazas reservadas a los expresidentes. De esta manera, todo apunta a que las nuevas incorporaciones que se produzcan se llevarán a cabo a cambio de otras salidas.
Sobre esto, se considera que el trabajo de los asesores existentes está actualmente demasiado diversificado por lo que es perentoria la necesidad de reforzar algunas áreas que en el reparto inicial hecho en su día no quedaron fuertemente cubiertas. Así, se considera que hay pocos efectivos dedicados exclusivamente al servicio del Presidente, preparación de intervenciones, discursos, respaldo a su agenda diaria, relación con los medios, coordinación parlamentaria... todas ellas cuestiones a las que se pretende dar prioridad de cara al reto electoral.
De esta manera, y aunque se desconoce si estos relevos se afrontarían de golpe o por goteo, sí parece claro que existe cierta unanimidad en la cúpula del Palau de la Generalitat en que estos cambios son necesarios. Unas opciones que están sobre la mesa del presidente Puig, quien también empieza a calibrar que necesita nuevas incorporaciones en su núcleo duro prescindiendo de otros activos que están centrados en otras tareas.
En todos estos cambios, también se estudian algunas variaciones en el área de Comunicación. En este sentido, se debate sobre si introducir personal de prensa con la misión específica de acompañar al presidente y hacer las funciones de responsable de prensa de Puig, una posibilidad en la que se podría buscar la promoción interna o -tampoco se descarta- tantear a profesionales externos de primera línea con experiencia destacada en medios de comunicación-
Una circunstancia que enlaza con otra de las situaciones complejas con la que se viene lidiando en Presidencia desde el inicio de legislatura: la Dirección General de Relaciones Informativas y Promoción Institucional que actualmente lidera la periodista Marta Hortelano. Un departamento diverso y complicado -de hecho con el PP estaba partido en dos por su volumen y disparidad- que obliga a quien lo ostenta a ejercer de jefe de prensa de Puig y seguir sus maratonianas agendas al mismo tiempo que gestionar la compleja área de Promoción.
Sobre esto, cabe recordar que Puig tardó meses en designar al primer director, el también periodista Ximo Clemente, si bien un año después decidió que retornara a un puesto de asesor para nombrar a Hortelano. No obstante, parece que el refuerzo sigue siendo necesario en el área y de ahí que se venga estudiando la posibilidad de que el presidente disponga de uno o dos asesores que realicen tareas de jefe de prensa, en sustitución de otro personal eventual cuyas funciones ahora no sean tan requeridas.
De la misma manera, también se estudian otras posibles incorporaciones para reforzar el área de Análisis, un departamento que necesita trabajar a toda potencia en la recta final de la legislatura. Una medida que requerirá de ajustes dentro de un departamento al que Puig y su equipo quiere exprimir con mayor intensidad de cara a los comicios de 2019.
Con estos mimbres, y aunque se desconoce la velocidad de los cambios, lo cierto es que en Presidencia de la Generalitat viene barruntándose una crisis que apunta a desarrollarse en las próximas semanas y que se centrará en una serie de variaciones en la cúpula del Palau que afectará a esencialmente al personal eventual de la calle Caballeros.
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