VALENCIA. Cultura en el punto de mira. Con el levantamiento del secreto en la parte del sumario relativa a los contratos del Ayuntamiento de Valencia, decretado por el juez de la Operación Taula, han quedado al descubierto los detalles y conversaciones sobre cómo funcionaba la trama que, según el juez, amañó decenas de contratos durante la etapa del PP en el Consistorio para enriquecerse personalmente. El auto del juzgado detalla el modus operandi para el cobro de supuestas mordidas por la adjudicación de contratos para la limpieza de la Lonja y las Torres de Quart, la conservación de los puentes de Serranos y Trinidad, la construcción y explotación del centro cultural la Rambleta y otros relacionados con la Mostra de Cine. La jugada pasaba no solo por las adjudicaciones, sino por las posteriores modificaciones del contrato.
El exgerente de Imelsa, el "yonki del dinero" Marcos Benavent; la exconcejala de Cultura del PP, María José Alcón, y su marido entonces y gerente de la Fundación Jaume II El Just, Vicente Burgos, así como el exasesor Pedro Aracil "se habrían enriquecido a través del cobro de comisiones ilegales de distintas empresas", una trama que exprimió cada contrato. Es precisamente en la investigación en torno al concurso público para la ejecución de las obras de limpieza y mantenimiento de las fachadas interiores y exteriores de La Lonja donde se explicita la cifra mágica, en una llamada telefónica entre Alcón y Benavent en 2005. El proceso, sin embargo, se inició dos años antes de esa conversación. Fue en abril de 2003 cuando el gobierno local aprobó la convocatoria del concurso para los trabajos sobre el histórico inmueble, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los pocos ejemplos de gótico civil en Europa, unas bases publicadas en junio el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia, con un presupuesto base de licitación máximo de 1.284.593,30 euros.
Con un total de 96 puntos -14,22 más que la segunda opción-, la mesa de contratación adjudicó el contrato en noviembre de 2003 a la empresa Estudios Métodos de la Restauración S.L. (EMR), por 1.027.674,64 millones de euros (una rebaja de aproximadamente el 20%), tras un concurso público al que se presentaron ocho compañías. Entre los criterios de evaluación, uno de los mejor valorados por la comisión es 'Mejoras a la oferta' pues EMR comprende en su oferta, además de la limpieza y mantenimiento de fachadas, otras mejoras como la restauración del mobiliario y lámparas, del pavimento del salón columnario, de las escaleras, de la pileta, de la fuente y de los bancos, así como la limpieza del entorno de la Lonja.
El montante, sin embargo, sufrió una importante modificación dos años después. En septiembre de 2005 el Servicio de Patrimonio Histórico emitía un informe que detallaba una ampliación del proyecto inicial por un coste de 448.056,08 euros, lo que supone un 43,6% del presupuesto de adjudicación primitivo. Esta ampliación constaba en la actuación en la planta segunda del edificio del Consulado del Mar y refuerzo y restauración del artesonado de la planta baja del edificio del Consulado del Comercio. Así, el informe apunta a la "necesidad" de ampliar el proyecto para que se puedan ejecutar los trabajos primitivos y evitar la "duplicidad" que supondría volver a contratar la limpieza en el caso de que esta segunda fase constituyera un concurso independiente, una duplicidad de equipo y material que también sirve de justificación para incluir los trabajos como una modificación del contrato de la empresa adjudicataria inicial.
La propuesta de ampliación fue, finalmente, aprobada en Junta de Gobierno, donde se accedió a adjudicar la ejecución del mismo a la mercantil EMR. Formalizada la modificación del contrato, es apenas un mes después cuando se registra la conversación en la que se observa como Marcos Benavent haría presuntamente una entrega de 9.000 euros a Mª José Alcón. "Mira, no me hables. Llevo siete meses detrás. No me han dado lo que yo quería. Aquí solo hay un dos por cien, 9.000 euros, millón y medio. No sé si te parecerá poco o bastante [...] Un millón y medio de pesetas. Para por lo menos comprarte [...] dos regalitos en Navidad y cuatro fiestas", decía entonces el exgerente de Imelsa. "El tema de las Torres, es un tema. Eso es un tema, ¿tú tienes compromiso? Yo tengo una empresa ya, vamos a ver", continuaba Benavent, a lo que la exconcejala de Cultura replicaba: "Compromiso, EMR, está detrás como loco".
Finalmente el proyecto de Estudios Métodos de la Restauración S.L. consistió, tal y como detallan en su página web, en los trabajos de documentación gráfica y planimetríca; actuación en las fachadas interiores y exteriores; limpieza exhaustiva de los sillares, arenas y limos mediante agua ionizada; tratamiento biocida de manera preventiva para la madera, restauración de carpintería, de cerrajería y una preconsolidación con inyección de resina acrílica y epoxídicas. También se realizó una consolidación del forjado, restauración del artesonado, reintegración volumétrica de faltantes, estucado de grietas, reintegración de todos los elementos decorativos de las fachadas y elementos escultóricos como tondos o gárgolas y se intervino tanto en la cubierta como en el salón columnario reponiendo los elementos que fuesen necesarios.
Si en la conversación con la entonces concejala de Cultura se apunta a los ya famosos 9.000 euros, otro archivo entre Benavent y el entonces consejero delegado de Ciegsa, Máximo Caturla, un audio fechado en 2006, trata sobre un comportamiento similar, aunque en este caso concreto referido a otra obra y no a La Lonja, pero en el que también se apunta a la fórmula de los "arreglos". Estos, tal y como declaró el propio Benavent como imputado en 2015, servían para que "las empresas adjudicatarias compensasen las pérdidas, la baja realizada además de la mordida en cada caso". Así pues, es el Benavent, que se autodenomina como "recaudador" de las mordidas, manifiesta que el dinero -los 9.000 euros- proceden de la empresa adjudicataria del contrato de la Lonja tras una adjudicación "premeditada", según recogen en su informe los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO).
La fórmula concurso-contrato-modificación se aplicó en el contrato de La Lonja, pero no fue el único. De igual modo, el juez considera que la misma empresa, también adjudicataria de las obras de conservación y restauración de los Puentes de Serrano y de la Trinidad por 2,3 millones de euros y que se ampliaron posteriormente en 320.000, pudo pagar una cantidad no determinada de dinero por conseguir esta actuación.