La Sociedad Española de Psiquiatría ha descrito en un informe demoledor los principales retos a los que se está enfrentando todo el personal sanitario. El desbordamiento en la demanda asistencial; equipos de protección insuficientes, poco confortables y que limitan la comunicación; la exposición al desconsuelo de las familias, o los dilemas éticos y morales derivados de la toma de decisiones muy complejas en un breve espacio de tiempo son algunos de los factores de estrés con los que conviven las personas encargadas de cuidar de nuestra salud todos los días.
Tras casi dos años de pandemia, seguimos viendo que los profesionales sanitarios no están trabajando en las condiciones adecuadas. Recientemente, hemos visto ya la primera sentencia en este sentido. En concreto, el Juzgado de lo Social Nº 5 de Alicante ha condenado a la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana a indemnizar a los médicos por la desprotección a la que fueron sometidos durante la primera oleada de la pandemia por covid-19 y ha recordado a la Administración que "el incumplimiento de las medidas de prevención individual ha significado un grave riesgo para la seguridad y la salud de todos los trabajadores sanitarios, especialmente para el personal facultativo, por su exposición directa al riesgo de contagio que ha significado".
Más allá de que ahora la Conselleria de Sanitat vaya a recurrir esta sentencia, lo cierto es que la situación del personal sanitario, con la explosión que ha supuesto la variante Ómicron, es cada vez más complicada.
El personal sanitario atiende las citas habituales —presenciales o por teléfono—, las urgencias y a los pacientes con síntomas compatibles con coronavirus. A todo esto tenemos que sumar el maremágnum administrativo de bajas y altas laborales de esta sexta ola, mientras se tienen que aplazar revisiones o las citas de pacientes con enfermedades crónicas.
La media de pacientes que atienden al día los médicos de atención primaria es de entre 60 y 70 pacientes, algunos citados a la misma hora, con picos que pueden superan las 100 atenciones o que se disparan si algún compañero tiene días libres o está enfermo o tiene que aislarse por coronavirus.
¿Cuántas olas más podemos soportar?
Desde la ADSCV pedimos a la Administración que ponga los medios necesarios para que el personal sanitario pueda realizar su trabajo en unas condiciones dignas. No nos cansaremos de decirlo: si no cuidamos a quien nos cuida, vamos por muy mal camino.
Carlos Fornes es el presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana (ADSCV)