VALÈNCIA. La compañía valenciana Belros, dedicada a la venta de gominolas, palomitas de maíz y caramelos, encadena cuatro años consecutivos de crecimiento en sus ventas. La empresa, con sede en la localidad de Benetússer, cerró el pasado ejercicio 2019 con una cifra de negocio que alcanzó los 70,3 millones de euros, un 5,5% más que en 2018 cuando rozó los 66,6 millones de euros.
Fundada en 1982, esta empresa familiar se ha erigido como operador líder en alimentación de entretenimiento, complementos y artículos de celebraciones con sucesivos incrementos en su cuenta de resultados. En 2016, la compañía rozaba unas ventas por valor de 58 millones, en 2017 superó los 63,7 millones y en 2018 consiguió alcanzar los 66,6 millones, según se desprende de sus cuentas anuales depositadas en el Registro Mercantil.
Unos resultados que no se reflejan en los beneficios directamente, ya que se han reducido ligeramente, de 5,02 millones en 2018 a 4,95 millones en 2019, un 1% menos. "En este año 2019 el dinamismo mostrado por la empresa ha sido constante. Se han inaugurado nuevos puntos de venta, se han reformado varias tiendas y se ha procedido al cierre planificado de determinados puntos de venta ineficientes de la red", señala el informe de gestión que acompaña a las cuentas.
A final de año, la sociedad contaba con numerosos puntos de venta operativos repartidos por toda la geografía nacional, comprendiendo tiendas de calle, estaciones y aeropuertos, que se unen a los puntos de venta habituales situados en centros comerciales y en centros de ocio. Concretamente, la compañía, que tiene presencia en todas las comunidades autónomas en España, disponía a 31 de diciembre una red de 250 tiendas propias.
Actualmente, la cadena, que cerró el año con una plantilla de 1.396 personas, desarrolla su actividad a través de dos formatos comerciales: Belros y Lovit. Cada uno de los formatos opera con un modelo de tiendas físicas y en el caso de Belros también tienen venta online, gestionado de forma directa e integrada.
Al cierre del año, la compañía, con Gerardo Salvador -la segunda generación al frente-, no podía calcular el impacto de la covid en su cuentas anuales pero, las previsiones que contemplaba para 2020, eran las de continuar con el plan de reformas de tiendas, aperturas de nuevas tiendas en España y cerrar algunas de las que resultan ineficientes.