
VALENCIA. Te pueden pesar los años, los días o los kilos ¡menos si eres un comercio local! Entonces, con más de 100 años cumplidos en la ciudad, serás un luchador, un guerrero del asfalto que vive día a día sin recetas ni pociones mágicas del éxito, más allá de trabajar. Trabajar y hacerlo bien, que no es poco. Tus tatarabuelos ya los conocieron, tus abuelos los visitaron, tus padres te los recomendaron y hoy puedes seguir confiando en ellos, porque de hecho siguen vivos.
Los Yelpers lo saben, los comparten y los disfrutan ¿aún no ha pisado sus suelos? ¡pues empieza! A Cristina B le fascina la cordelería Antonio Mañes, "no por la variedad de cuerdas y cordones que tiene (que son unos cuantos) sino por lo añeja que es. El mobiliario, la luz, el polvillo... todo marca el paso de los años. Entras y te teletransportas, o algo por el estilo, a los años de Maricastaña". Pues sólo
hay que coger el autobús y plantarse en la puerta, o ir andando que es más del siglo XIX ¿no te parece?
Si lo tuyo son las rutas domingueras por la Comunitat desliza tus piernas hasta la papelería Regolf, porque tal y como dice Samuel M, en su encantadora mini estancia "¡no hay mapa que se les resista! Y no es nada caro. El chico que atiende no es la alegría de la huerta, pero tampoco tiene que serlo porque no tiene que venderte nada; ya vas tú allí porque sabes que tienen lo que necesitas".
Te vas a poner de topografía hasta las cejas, amigo.

¿Y qué me dices de las sombrererías? Sí, la palabra existe, y en Valencia tenemos unas cuantas. Se trata de lugares en los que únicamente encontrarás ropa para tu cabeza ¿eres presumida y elegante? Te interesa ¿o se te empiezan a ver las ideas? Te interesa, casi más todavía. Chambergos, cordobeses, de canal, de canoa, de catite ¡son gorros! y en Albero los tienes todos. Allí, según Sergio R, "el aire siempre está cargado de trazas del ayer, cuando el señor vestía sombrero y el obrero se copaba con una boina, olores de un adiós a los campos de algodón y el saludo a sobrevivir tocando algún instrumento a cambio de limosna". Menuda poesía tiene este comercio, dan ganas de brindar por muchos más siglos como toca, quitándose el sombrero.
Y no por haber pasado las fechas navideñas hemos de dejar de comer ¿verdad? Pues en Turrones Galiana llevan endulzando nuestros días muchísimo tiempo y Miriam T lo sabe: "De lo mejorcito de Valencia. Una tienda histórica con una calidad máxima y absoluta. Sus propietarios son personas súper cercanas y amables, además de grandes profesionales. Y el local es histórico, hace gala de sus orígenes. ¡Vaya bombón de lugar!
¿Te vas a resistir? De momento, hay que celebrar que tengamos en la ciudad comercios tan fantásticos como respetables, maravillosos, adorados, bonitos, encantadores y sobre todo ¡auténticos! Por muchos más siglos en nuestras calles, salut i força!