Parece una obviedad, pero lo más evidente deja de serlo cuando uno está nervioso y unos cuantos pares de ojos están centrados en él. Por eso es tan importante llevar escrita una buena frase que resuma de lo que queremos decir. Si también se puede llevar escrito todo lo demás con frases cortas y sencillas, mejor.
Una estructura de cajón es poner en una primera frase QUÉ queremos decir y después POR QUÉ lo decimos. Si nos da la gana ya pondremos un CÓMO, un CUÁNDO o un CON QUIÉN, pero sólo cuando hayamos dicho lo fundamental.
EL EJEMPLO
Igual es por ser catedrático de Metafísica, pero el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, se fue a otra dimensión antes de decir tres sencillas palabras: "No seré diputado", a pesar de que sonaba para cabeza de lista por Valencia en las elecciones generales del 20-N.
Los socialistas valencianos no parecían muy dispuestos a aceptar en el cartel a un "cunero" (candidato incluido en una lista electoral sin ser de la circunscripción) y el ministro decidió cortar por lo sano. Sin embargo, lo que podía haber resuelto en tres palabras se enreda en una explicación poco clara que llega a ser ambigua. Todo esto en sólo 30 segundos.
