Cultura y Sociedad

el cabecicubo

El museo de los horrores de la MTV

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MADRID. En un tiempo lejano, casi remoto, cuando los jóvenes rebobinaban las casettes con un bolígrafo Bic para no gastar las pilas del walkman, la MTV era objeto de veneración. Antes de que apareciera la VIVA u otras cadenas por satélite, todos los vídeoclips que circulaban de mano en mano en VHS tenían el sello de la MTV. De ahí provenía lo último, lo más, lo tope, en fin, todo lo guay. Si nos dijeran que veinte años más tarde íbamos a tener una MTV en español aplaudiríamos con las orejas. Y ahora que la tenemos, es verdad, aplaudimos, pero con las tripas. El duodeno con la vesícula biliar: plas, plas, plas.

Sorpresa, incredulidad, estupefacción, hasta sobrecogimiento puede experimentar quien se acerque a la programación de MTV por primera vez un no iniciado. La cadena que antes seguía tu hermano mayor grunge que tenía al sistema cogido por los huevos con el último acústico de Nirvana, ahora es la cadena que ve tu hermana pequeña tatuada la que llora porque sus padres no le regalan unas tetas de silicona por su catorce cumpleaños.

El viraje de la cadena se deberá a que el vil metal termina inclinando al más pintado a diseñar su oferta calculando el mínimo común múltiplo. También es cierto que los gustos de la gente cambian, sobre todos los de las nuevas generaciones que, por lo que sea, tienden a ser cada vez más trash. El caso es que vamos a analizar mínimamente lo más reseñable de una semana de programación de MTV para que Ustedes se hagan una idea de lo qué clase de Vietcong catódico estamos hablando.

MENTIRAS EN LA RED

Este programa es quizá el más original. Consiste en desenmascarar a mentirosos de Internet, perfiles falsos, etcétera. Esos jessica15 o mamem16 tan sugerentes, pero que están gestionados por un señor de Burgos con bigote y tres hijos en edad militar. En el capítulo que vimos, los investigadores se encontraron con un chico que tenía pocos amigos en Facebook y la gente que salía en sus fotos no estaba etiquetada. Con una sencilla búsqueda en Google por fotografías, vieron que el individuo que salía en la imagen de su perfil era un suizo con un montón de amigos y todos bien etiquetados, el otro era un fake. ¡Tachán!

Luego daban con él, claro. Sin embargo, en lugar de someterle a un escarnio público, los presentadores lo que hacían era profundizar en el problema, buscarle el lado humano. En este caso, se trataba de un transexual de 21 años, de chica a chico, que no se atrevía a mostrar su verdadera identidad. Todo terminó bien porque la chica que se había enamorado de él, y a la que llevan a conocerle, se lo perdona. Pero el punto álgido del capítulo fue cuando ella se lo tiene que contar a su madre y no parece hacerle mucha gracia que el chico guapo y trendy del que su hija estaba enamorada por Internet era un transexual bien distinto al de la foto. Pero al final triunfa el amor. Se besan. Después lloran: no quiero que este día se acabe nunca, gime el transexual. Y suena algo romántico.

YA NO ESTOY GORDO

Aparte de aparearse por la red, a los jóvenes les preocupa mucho su peso. En este espacio se les anima a perder kilos de forma medieval. En el que vimos, un hispano pandillero residente en Los Ángeles pesaba 136 kilos. Con ayuda de un monitor, se propuso eliminar cuarenta kilos de más en cuatro meses, un verano. Al principio le costó ponerse a ello. Cuando ya parece que le estaba pillando el punto, asesinaron a tiros a un compañero suyo del instituto y se volvió a dejar del disgusto.

Finalmente, tras haber vomitado ante las cámaras mientras levantaba pesas regalándonos una bella composición navideña, consiguió reducir el peso. Su familia estaba orgullosa de él y no paraba nadie de llorar. Un espacio muy útil para los que necesiten fuerzas de cara a la operación biquini.

EMBARAZADA A LOS 16

Cuando los jóvenes ya están delgados y encuentran a alguien que les gusta por Internet, llega, efectivamente, la cópula. A falta de otras herramientas comunicativas y educativas entre padres e hijos en Estados Unidos, este programa alerta a los adolescentes sobre ese pequeñito detalle de que un embarazo no es cosa de broma. En la entrega que tuvimos el honor de presenciar, un joven de 17 años se va a vivir a casa de su novia, con los padres de ella, a la que ha dejado embarazada. Al nacer el bebé, el chico, que trabajaba por la noche, pasaba muy mucho de ocuparse de las tareas correspondientes. Hay movida.

Su suegra le montó un pollo de dios, momento álgido del capítulo, y él sin atisbo ninguno de vergüenza, como a la antigua usanza, se embarcó a surcar los mares y les dejó a todos tirados. En la carta de despedida les deseaba lo mejor y no mostraba intención alguna de volver. Al final, la chica se quedaba sola llorando. Ya no podía salir con sus amigas, no tenía pareja y ya no podía hacer nada más que estar pendiente del bebé. Su madre ya lo sabía. Se lo dice. Entonces ella llora aún más. Fundido en negro.

NOS CASAMOS

Otra de las opciones vitales que le plantea la MTV a los adolescentes es contraer matrimonio. En estos simpáticos documentales nos muestran cómo es la vida de casados de parejas de menos de 21 años. Nos topamos con una de adolescentes cristianos que se casan con la única y exclusiva obsesión de poder tener sexo sin pecar, los pobres. La madre no lo veía bien, el casamiento se llevaría de su casa a su pequeña, de modo que se monta ahí un tira y afloja entre el marido y la suegra que se resuelve con la pareja largándose a Arkansas. Todo por no poder echar una cana al aire antes del matrimonio.

Pero en España no es habitual, aunque sea un país católico, que la gente viva el cristianismo hasta esos extremos, propios de los años cuarenta cuando no del siglo XIX, y la siguiente pareja que mostraron resultaba mucho más interesante. Era la animadora del instituto, que se había enamorado del freak de los ordenadores de la clase. ¡Cómo es posible esta unión contranatura!, se preguntaba el programa. Y luego enseñaba los pormenores.

Muy lejos de sentirse honrado con la jamba que tenía, el geek seguía colgado de su ordenador y la chica sentía celos de su portátil, que se lo llevaba hasta a la cama. Al final nos muestran con todo lujo de detalles cómo ella se va de marcha sin él, con las amigas, vestida con poca ropa, y se pasa toda la noche frotándose con otros machos sudorosos en la disco. Todo esto sin mandarle ni un solo wachap a su joven marido, que ahora sí, ha dejado el ordenador y sólo mira el smartphone a punto de llorar. Nunca me había hecho esto, dice contrariado el programador.

VERGÜENZA AJENA, GEORDIE SHORE

La nómina de espacios para adolescentes es eterna. Cabe destacar además de los citados por su singularidad, ‘Vergüenza ajena', sobre golpes y bromas grabadas con el móvil. Una especie de vídeos de primera con Alfonso Arús, pero con ambiente skater y una tetuda que se ríe por todo de copresentadora.

Geordie Shore, por su parte, es un Gandía Shore con británicos en las costas mexicanas. En el litoral mediterráneo los naturales pueden ver su contenido en vivo cada noche de verano. Alcohol en garrafas, sexo en grupo y ¡a vomitar!

En fin, al joven aquel que se ponía la rebequita de su abuela para salir, se deleitaba con Pearl Jam y sufría mucho por el apartheid de Sudáfrica, si se le quiere caricaturizar, reír de él, adelante: era un papanatas. Ahora bien, como prolifere la nueva generación MTV, el planeta no sobrevive a este siglo. Ahí queda dicho.

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