VALENCIA. Pese a la hegemonía habitual de lo indecente y la tiranía que ejercen unos titulares desgraciadamente predecibles, aún queda un reducto para lo inesperado, lo casi exclusivo. Una zona VIP a la que sólo consiguen catapultarse aquellos que con un poco de imaginación e ilusión marcan la diferencia reivindicando por encima de todo "las ganas de trabajar".
Precisamente, y bajo esta premisa, José Luis Ramos, uno de los fundadores del despacho de abogados Mil Torres es lo que defiende en cada una de sus largas jornadas laborales. "Prácticamente desde que acabé la carrera tenía claro que quería montar un despacho de abogados. Ha sido una decisión arriesgada en este momento por la crisis, pero las ganas de hacer realidad este proyecto han podido más que los malos datos económicos" comenta.
A simple vista tampoco es difícil percibir esta elección por el atrevimiento. Con aspecto de gentleman, bajo un elegante traje de chaqueta y corbata, se deja ver un ambicioso y joven abogado con una ya considerable experiencia en asesoramiento legal que ha sabido aprovechar el momento oportuno para emprender. "Pienso que la crisis nos ha impulsado a emprender, sabemos que un despacho de abogados genera beneficios a medio plazo, por lo que consideramos importante estar preparados en el momento en el que salgamos de la crisis". No hay duda que las apariencias no engañan. Tampoco su base de datos con ya casi 40 clientes.
Además Edgar Vidal y Rubén Moreno, colegas de toga y birrete junto a José Luis, también ayudaron a forjar esta multidisciplinar y completa asesoría tales como abogados del diablo, siendo el enemigo un momento de involución que, desde su entusiasmado prisma de letrados, decidieron, además de destripar sus propios bolsillos gracias a sueldos anteriores, juzgar el momento como una ocasión para la evolución: "La idea surgió en una cena con compañeros del master, tres de nosotros teníamos ganas y la misma idea de despacho de abogados, por lo que decidimos tirarnos a la piscina. "No ha sido fácil, casi tres meses de trabajo diario para buscar despacho, amueblarlo, equipos informáticos, y papelería, entre otras cosas, pero desde luego el resultado merece la pena", explica José Luis sentado en su butaca perfilando una leve sonrisa.
No es secreto profesional tampoco desvelar que los responsables de este despacho se rigen por un código de pasión a su tierra homenajeándola con el propio nombre de su proyecto. Cuentan que como "antiguamente se conocía a Valencia como la ciudad de las mil torres" por el gran número de torres, cúpulas y campanarios que tenía la ciudad y el despacho está situado en pleno centro de Valencia, se decidieron por Mil Torres, "por su arraigo valenciano y por la fuerza que transmitía".
Aún así, en esta concienzuda defensa por lo auténtico de lo autóctono, convertirse en su propio jefe en su ciudad es categoría premium. José Luis subraya que lo bueno sin duda "es que trabajas para ti mismo y estudias tu propios temas". "Lo malo", añade "es que ahora nos cuesta salir y tendemos a alargar la jornada laboral hasta casi diez horas cuando antes salíamos casi corriendo de nuestros respectivos despachos llegada la hora de salida". La cosa cambia cuando una vez metamorfoseados en dueños y señores de su empresa y ubicados en el interior de un imponente despacho por donde todo debe filtrarse, la responsabilidad llama a la puerta en una considerable media de veces al día en forma de derecho, civil, penal, laboral y mercantil.
Aunque ojo, ellos encantados. Pues bajo su perspectiva "ya no es cuestión de agallas" arriesgarse, "es la única opción". "Sabemos que a corto plazo en cualquier otro despacho ganaríamos mucho más, pero a medio plazo esta elección es mucho más satisfactoria, a nivel profesional trabajas para ti por lo que las ganas son enormes", dice Jose Luis.
La sentencia para los que quieran seguir ejemplo surge por sí sola: apelar por la imprudencia valiente, demandar a los que injurian contra los luchadores y recurrir siempre por salir del cascarón. Una ley justa que deberían aplicarse todos aquellos potenciales personajes que como Jose Luis se atreven a tomar el mando con conocimiento y determinación. Al menos, eso sería lo más legal.