Cultura y Sociedad
Las tres sinfonías de Tomás Bretón, en Verso
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Para la mayoría de los aficionados y estudiosos de la música española, hablar de Tomás Bretón es hablar exclusivamente de La verbena de la Paloma, pues el éxito de esta zarzuela, sobre libreto de Ricardo de la Vega, fue tan arrollador que pueden contarse en decenas de miles las representaciones que acumula ya en su historia desde su estreno en 1894. Pero no es menos cierto que Tomás Bretón pagó un alto precio por este éxito inmenso, pues el público no ha mostrado desde entonces gran interés por el resto de su catálogo, tanto teatral como sinfónico (si exceptuamos la ópera La Dolores), que incluye hasta un oratorio (El Apocalipsis) y estas tres sinfonías, la primera y la tercera de ellas en primera grabación mundial en este registro.
En torno a 1870-75 se vivió en España un incipiente fervor por el género orquestal, que en otros países de Europa había adquirido ya desarrollo y madurez. Es en esos tiempos (1872) cuando Tomás Bretón abordó la composición de la que sería su Primera sinfonía. La Segunda es once años posterior, una obra de gran aliento sobre los pasos de Beethoven. Veinte años después de su Segunda, Enrique Fernández Arbós se dirigió a Bretón en demanda de una obra orquestal de alto vuelo para su recién nacida Orquesta Sinfónica de Madrid. El compositor decidió que su nueva sinfonía resultara de la orquestación de su recién escrito Quinteto con piano (1904), que había obtenido éxito muy grande en su estreno.
El álbum es resultado de una coproducción entre la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Acción Cultural Española y la Comunidad de Madrid. El Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) ha publicado simultáneamente la edición crítica de las tres obras, encomendada al profesor Ramón Sobrino, cuya edición será presentada también en el mismo acto. La grabación de este inminente lanzamiento ha sido realizada en el Auditorio Miguel Delibes entre septiembre y noviembre de 2011.