VALENCIA. El presidente del Patronato, Gregorio Marañón, presentó ayer en rueda de prensa a Ignacio García-Belenguer como sustituto de Miguel Muñiz en el puesto de director general del Teatro Real. García-Belenguer llega a este cargo en un momento delicado, ya que hubo un error en la aplicación de un decreto de 2010 y ahora se exige que los trabajadores del Real, 315 en plantilla, devuelvan un millón de euros que no se les rebajó, como era preceptivo, en aplicación del decreto sobre el sueldo de los trabajadores públicos.
El millón de euros que debe recuperar el teatro, y que la dirección ha propuesto restar de las pagas extraordinarias de los empleados, contribuirá a conseguir el "equilibrio presupuestario" que se propone para este año el nuevo director. En la política de contención de gastos ha descartado que se vaya a suprimir ninguna producción ni de ésta ni de la temporada próxima. Respecto a la amenaza de un ERE, García-Belenguer ha considerado que "es un tema que hay que tomar con la responsabilidad que merece y valorar las circunstancias".
Obtener los mejores resultados con los mínimos recursos posibles y capear la crisis sin renunciar a la excelencia son los objetivos artísticos de la nueva gestión de García-Belenguer para el teatro, que afronta una amenaza de huelga para los próximos días de mayo coincidiendo con el estreno de la ópera de Alfano Cyrano de Bergerac. Tras recalcar su sintonía con el director artístico del Real, Gerard Mortier, y al ser cuestionado sobre el descenso en el número de abonados, actualmente cifrado en 15.787, García-Belenguer manifestó que la temporada 2012-2013 "es excelente y tenemos que trabajar en esa línea. Hay plena garantía de que se puede asumir con el presupuesto. Esto es el Teatro Real, así que tenemos que trabajar en otros campos para reducir gastos y defender la temporada”.
