Cultura y Sociedad

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Rafael Frühbeck de Burgos: Temperamento romántico, vena popular

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El director de orquesta fallece en Pamplona un mes y medio después de suspender su último concierto previsto en Valencia

VALENCIA. Rafael Frühbeck de Burgos, el director de orquesta español más importante de su generación, ha muerto en Pamplona el 10 de junio a los 80 años, solo mes y medio después de haber suspendido el último concierto que tenía previsto ofrecer en el Palau de la Música de Valencia. Estaba programado para el 25 de abril pasado y finalmente lo dirigió Antoni Ros-Marbà.

El programa que había diseñado Frühbeck era una especie de síntesis de su temperamento musical y de sus preferencias en el repertorio, ya que unía dos obras tan diferentes como El retablo de Maese Pedro, de Falla, en la primera parte y la Sinfonía número 1 de Brahms en la segunda. Por cierto que Ros-Marbà hizo una espléndida versión de la Primera de Brahms, una de las obras preferidas de Frühbeck, que fue premiada con intensos y prolongados aplausos.

El director fallecido, de padres alemanes y nacido en Burgos, cuyo nombre incorporó al suyo artístico, siempre compaginó el interés por el gran repertorio sinfónico germano con la vena española popular. En las dos últimas ocasiones en que asistí a conciertos suyos en Valencia, las propinas fueron las mismas por el mismo orden: el intermezzo de Goyescas, de Granados, y el de La boda de Luis Alonso, de Giménez. La última fue el 3 de febrero de 2014, con Arcadi Volodos al piano, que hizo un inmenso Concierto para piano número 1 de Chaikovski, magníficamente acompañado por Frühbeck al frente de Orquesta Sinfónica Nacional Danesa. En la segunda parte, una detallista y fogosa Sinfonía Fantástica de Berlioz. La energía y el temperamento romántico de Frübeck no habían decaído, pese a que estaba visiblemente desmejorado a consecuencia del cáncer que ha acabado con su vida.

Este gran director, el que más largo tiempo ha sido titular de la Orquesta Nacional de España (1962-1978), siempre estará para mí unido a la primera vez que tuve ocasión de escuchar la Pasión según San Mateo, de Bach. Fue a principios de los setenta, en el Teatro real de Madrid, entonces sede de los conciertos de la Nacional, y su interpretación vibrante y profunda, me emocionó. También tengo su figura asociada a otro concierto que le escuché en Madrid, igualmente con la Nacional, pero esta vez en el Auditorio, ya a finales de los ochenta. Hizo la Primera de Brahms, precisamente la obra que programó y no pudo hacer en Valencia, en una versión preciosista e intensa. Me llamó la atención que las notas al programa, interesantes y amenas, también eran suyas.

Frühbeck de Burgos era en estos momentos titular de la Sinfónica Nacional Danesa, ha dirigido hasta en 13 ocasiones en el Palau de la Música de Valencia y estaba en posesión de la Medalla que otorga el auditorio, que le fue concedida en 2010. La interpretación del Réquiem de Verdi que ofrece el viernes 12 la Orquesta de Valencia bajo la dirección de Yaron Traub está dedicada a su memoria.

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